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Descargar - Els arbres de Fahrenheit

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trabajar en eso tratando <strong>de</strong> materializarlo ya en la propia vida fue una<br />

aspiración <strong>de</strong> Gramsci <strong>de</strong>s<strong>de</strong> joven.<br />

Ya antes <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>tenido y encarcelado por el fascismo mussoliniano en<br />

1926, en los años entre la Primera Guerra Mundial y 1926, Gramsci había<br />

<strong>de</strong>sarrollado una intensísima actividad como crítico <strong>de</strong> la cultura y como<br />

hombre político revolucionario en Turín, en Moscú, en Viena, y en Roma. No<br />

me voy a referir a eso. El testimonio <strong>de</strong> su actividad está recogido en seis<br />

volúmenes con los artículos que fue publicando en las revistas en que colaboró<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1914-15 hasta 1926. En 1921, cuando se funda el PCI, Antonio Gramsci<br />

era ya conocido sobre todo como teórico <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las más interesantes<br />

experiencias <strong>de</strong>l movimiento obrero italiano, y probablemente europeo, <strong>de</strong>l siglo<br />

XX: la experiencia <strong>de</strong> los consejos <strong>de</strong> fábrica <strong>de</strong> Turín, que habían llegado a<br />

ocupar por algún tiempo las instalaciones <strong>de</strong> la más importante <strong>de</strong> las<br />

empresas <strong>de</strong> la época, la FIAT. Voy a hacer una referencia a esto porque a<br />

pesar <strong>de</strong>l paso <strong>de</strong>l tiempo y <strong>de</strong> lo que hemos dicho antes sobre los tiempos<br />

distintos en que vivimos, hay algo <strong>de</strong> esto que me interesa particularmente. Y<br />

es que aquél Gramsci joven, que era muy espontáneo en la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> la<br />

actividad política, al que se acusó muchas veces <strong>de</strong> voluntarista y <strong>de</strong> i<strong>de</strong>alista<br />

por alguno <strong>de</strong> sus compañeros <strong>de</strong> entonces, fue, en efecto, un i<strong>de</strong>alista en la<br />

moral y un duro crítico <strong>de</strong> los sindicatos entonces existentes, a los cuales<br />

consi<strong>de</strong>raba él como parte <strong>de</strong> la cultura establecida bajo el capitalismo. Querría<br />

<strong>de</strong>tenerme un momento en estas dos cosas (el i<strong>de</strong>alismo moral y la crítica <strong>de</strong><br />

los sindicatos). Lo <strong>de</strong> duro crítico <strong>de</strong> los sindicatos lo quiero subrayar porque<br />

ahora se suele poner en primer plano, y muy críticamente, esta terrible i<strong>de</strong>a<br />

según la cual aquél que critica las políticas sindicales ya no es <strong>de</strong> izquierdas, o<br />

<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> izquierdas, o hace pinza con la <strong>de</strong>recha. Este es un grave error,<br />

porque olvida y tergiversa lo mejor <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>l movimiento socialista y<br />

comunista obrero y revolucionario europeo. Hay que <strong>de</strong>cir taxativamente que<br />

todos los más importantes dirigentes revolucionarios <strong>de</strong> la tradición marxista<br />

que en el mundo han sido empezando por Marx, siguiendo por Rosa<br />

Luxemburg, continuando por Lenin y siguiendo también por Gramsci, han sido<br />

en algún momento <strong>de</strong> su vida críticos, y la mayor parte <strong>de</strong> las veces críticos<br />

muy duros, <strong>de</strong> las direcciones sindicales existentes. Lo cual no dice nada en<br />

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