Descargar - Els arbres de Fahrenheit
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general referido al neopositivismo. También hay un largo <strong>de</strong>bate con Popper<br />
que no tiene <strong>de</strong>sperdicio. Otro pensador al que se refiere el autor <strong>de</strong>l libro es a<br />
Egard Morin, que plantea un horizonte a explorar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo que llama las<br />
ciencias <strong>de</strong> la complejidad. Hay una referencia muy interesante al relato que<br />
hace James Watson <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>scubrimientos científicos <strong>de</strong> los<br />
últimos tiempos. El <strong>de</strong> la doble hélice. Este capítulo permite concretar y<br />
precisar muchas <strong>de</strong> las cuestiones que aparecen en un plano más teórico.<br />
Contiene el libro también otras reflexiones sugerentes, como la <strong>de</strong>l papel <strong>de</strong> la<br />
metáfora en el discurso científico.<br />
¿Conclusiones? Por supuesto, siempre <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l estilo claro y riguroso,<br />
matizado aunque sin ambigüeda<strong>de</strong>s. La ciencia como discurso, como práctica<br />
existe y lo hace <strong>de</strong> una manera consistente y contrastada. Hay que <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r,<br />
por tanto la ciencia <strong>de</strong>l relativismo <strong>de</strong>l todo vale. Ahora bien: hay que recoger<br />
también toda una tradición <strong>de</strong> escepticismo mo<strong>de</strong>rado que arranca <strong>de</strong> Hume y<br />
que nos permite una <strong>de</strong>fensa crítica <strong>de</strong> lo científico. Como dice uno <strong>de</strong> los<br />
capítulos <strong>de</strong>l libro, hay que <strong>de</strong>sconstruir pero no <strong>de</strong>moler. No hay un<br />
metalenguaje que pueda justificar lo que es científico y lo que no. Este sería el<br />
primer sentido <strong>de</strong> la palabra ilusión: la <strong>de</strong> encontrar un método que sea el<br />
criterio externo a la propia investigación científica. Hay aquí un planteamiento<br />
jerárquico que Paco Fernán<strong>de</strong>z Buey, muy a<strong>de</strong>cuadamente rechaza. Y ya<br />
anticipa en sus escritos un concepto que posteriormente hará fortuna: la i<strong>de</strong>a<br />
<strong>de</strong> red abierta por encima <strong>de</strong> la <strong>de</strong> estructura cerrada. Hay que ser sistemático<br />
pero no hay que construir un Sistema. Este Método con mayúsculas es una<br />
ilusión en el sentido negativo <strong>de</strong> espejismo. Pero también hay que recoger otro<br />
sentido <strong>de</strong> la palabra ilusión, que es positivo, que es el <strong>de</strong>l entusiasmo que nos<br />
impulsa a buscar el método, el camino que siguen los científicos. La historia y<br />
la sociología <strong>de</strong>ben estar presentes en la comprensión y la valoración <strong>de</strong>l<br />
propio discurso científico, que nunca es puro.<br />
¿Deben ser los filósofos los que reflexionen sobre la ciencia? Manuel<br />
Sacristán, maestro reconocido <strong>de</strong> Paco Fernán<strong>de</strong>z Buey, <strong>de</strong>cía que no, que<br />
son los propios científicos los que <strong>de</strong>ben reflexionar sobre su práctica. Nuestro<br />
autor dice que está sólo parcialmente <strong>de</strong> acuerdo porque también es bueno el<br />
diálogo entre el científico y el filósofo (que aunque no sea un experto tiene que<br />
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