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Descargar - Els arbres de Fahrenheit

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las que ya no quedan.<br />

Antes que su presencia me habían llegado sus palabras. Palabras<br />

honestas y valientes que resonaban claras en este mundo falso. Brillaban con<br />

luz propia. Eran un faro en la niebla.<br />

Había leído muchas veces el artículo que su discípulo me recomendó<br />

sobre Gramsci y la ética política: Gramsci para rojos nepantla (o perplejos).<br />

Había absorbido, con asombro y agra<strong>de</strong>cimiento, su <strong>de</strong>finición certera <strong>de</strong><br />

la política como ética <strong>de</strong> lo colectivo frente a la politiquería <strong>de</strong> los partidos-mafia<br />

en los que la asociación es un fin en sí mismo. Lejos <strong>de</strong> la búsqueda <strong>de</strong>l bien<br />

común y la convivencia.<br />

Sabía <strong>de</strong> sus clases, <strong>de</strong> sus atenciones con los alumnos, <strong>de</strong> su<br />

compromiso…<br />

Y un día me llegó, <strong>de</strong>dicado con mimo, un libro editado y prologado por<br />

él: Antonio Gramsci. Cartas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cárcel.<br />

Fernán<strong>de</strong>z Buey era uno <strong>de</strong> sus mejores estudiosos. Y el libro me abrió<br />

las puertas <strong>de</strong>l alma <strong>de</strong> un figura fascinante. De un hombre al que, como tantos<br />

otros, no pu<strong>de</strong> conocer en mi larga vida <strong>de</strong> estudiante <strong>de</strong>bido a la misma<br />

censura franquista que torturó siempre al profesor Fernán<strong>de</strong>z Buey.<br />

Quizá no fue casualidad que <strong>de</strong>dicara años a estudiar a Gramsci. Quizá<br />

en ellos dos hay algo especial que hace a los seres humanos únicos.<br />

Quizá estaban ahí los dos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siempre, para que un día los<br />

encontrara y me encontrara con tantas cosas perdidas.<br />

Hay hilos misteriosos que mueven el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> los seres humanos. La<br />

vida se va haciendo con ellos. Y se teje una tela única que viste nuestros días.<br />

Tela hecha <strong>de</strong> retazos <strong>de</strong> otras vidas.<br />

Las cartas <strong>de</strong> Gramsci son un testimonio estremecedor <strong>de</strong> humanidad.<br />

En ellas, el autor doliente y encerrado en la cárcel por el cruel fascismo <strong>de</strong><br />

Mussolini habla <strong>de</strong> vida, <strong>de</strong> sentimientos, <strong>de</strong> libertad y prisión, <strong>de</strong> presente y<br />

futuro. De camino vital. Es un ser irreductible, inmune a la crueldad <strong>de</strong>l<br />

fundamentalismo. Capaz <strong>de</strong> caminar en la noche <strong>de</strong> la intolerancia.<br />

Así comienza Fernán<strong>de</strong>z Buey su magnífico prólogo:<br />

Gramsci ha sido seguramente el pensador marxista más original <strong>de</strong>l<br />

periodo <strong>de</strong> entreguerras(…) y el pensador italiano más citado en publicaciones<br />

<strong>de</strong> humanida<strong>de</strong>s y ciencias sociales. No es nada habitual que coincidan el<br />

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