Descargar - Els arbres de Fahrenheit
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TRAS EL FALLECIMIENTO DE FRANCISCO<br />
FERNÁNDEZ BUEY<br />
JOSÉ LUIS MORENO PESTAÑA<br />
A principio <strong>de</strong> verano nos <strong>de</strong>jó Ángel <strong>de</strong> Lucas y acaba <strong>de</strong> hacerlo<br />
Francisco Fernán<strong>de</strong>z Buey, Paco, ligado a muchísima gente que aprecio. He<br />
coincidido con él en varias ocasiones y, sobre todo, recuerdo una conferencia<br />
en Linares, en el 60 aniversario <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Antonio Gramsci.<br />
Paco habló acompañado por Juan Carlos Rodríguez. Creo que ninguno<br />
<strong>de</strong> los asistentes a una abarrotada y fría Casa <strong>de</strong>l Pueblo -un 27 <strong>de</strong> noviembre-<br />
<strong>de</strong>seó aquella noche estar en otro sitio que escuchando al maestro palentino<br />
<strong>de</strong> origen –y barcelonés <strong>de</strong> adopción- y al maestro vitoriano <strong>de</strong> origen –y<br />
granadino <strong>de</strong> vida y resi<strong>de</strong>ncia. Paco y Juan Carlos, personas tan inteligentes<br />
como poco pedantes, se animaron a compartir charla y copas con todos los<br />
asistentes y se fueron, como buenos invitados, los últimos, cuando empezaba a<br />
clarear. Al día siguiente anduvimos hasta la hoy inexistente Factoría <strong>de</strong><br />
Santana, que en aquellos días representaba la resistencia <strong>de</strong> los trabajadores.<br />
Paco y Juan Carlos, contentísimos <strong>de</strong> ese paseo al hoy <strong>de</strong>smantelado pulmón<br />
obrero <strong>de</strong> mi tierra, siguieron hablando con todos, <strong>de</strong> todo. Fue, para la panda<br />
<strong>de</strong> amigos, un gran día <strong>de</strong> 1997. Mi amigo Sebastián Martínez Solás,<br />
organizador <strong>de</strong>l acto, me ha enviado la trascripción que tuvo a bien realizar.<br />
Los lectores la tienen más abajo.<br />
Peripecias personales aparte, Paco Fernán<strong>de</strong>z Buey será siempre, para<br />
mí, el autor <strong>de</strong> La ilusión <strong>de</strong>l método (Barcelona, Crítica, 1991), uno <strong>de</strong> los<br />
mejores libros que conozco <strong>de</strong> filosofía <strong>de</strong> la ciencia en particular y <strong>de</strong> filosofía<br />
en general. Con su excelente castellano, explicaba, y eso es algo que todavía<br />
se sabe poco, cómo la <strong>de</strong>molición <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo positivista estándar –los<br />
<strong>de</strong>scubrimientos, cuando son ciencia <strong>de</strong> la buena, nunca <strong>de</strong>ben nada a su<br />
contexto <strong>de</strong> emergencia- se realizó no <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el <strong>de</strong>construccionismo<br />
postmo<strong>de</strong>rno, sino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l propio positivismo. Especialmente<br />
luminosa era la exposición <strong>de</strong> los argumentos <strong>de</strong> Otto Neurath, el gran<br />
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