Tesla - Free-Energy Devices
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son las que encontramos a cada paso en esta línea de trabajo, y ahí yace en gran medida el atractivo del estudio.<br />
Tengo aquí un tubo corto y ancho tubo vacío en gran medida y cubierto con un buen forro de bronce, el forro<br />
permite escasamente el paso de la luz. Un cierre metálico, con un gancho para suspender el tubo está ajustado<br />
hacia el medio del último, el cierre está en contacto con el forro de bronce. Ahora quiero encender el gas dentro<br />
suspendiendo el tubo de un cable conectado a la bobina. Cualquiera que haga el experimento por primera vez,<br />
probablemente querrá estar bastante solo para hacer la prueba, por temor de convertirse en la risión de sus<br />
asistentes. Aún así el bulbo brilla a pesar del forro metálico, y la luz puede ser percibida a su través. Un tubo<br />
largo cubierto de aluminio bronce se enciende poderosamente cuando se toma en una mano mientras la otra<br />
toca el terminal de la bobina. Se puede objetar que los forros no son suficientemente conductores, incluso si<br />
fueran altamente resistentes deberían proteger el gas. Con seguridad lo protegen en unas perfectas condiciones<br />
de reposo, pero en absoluto perfectamente cuando la carga comienza a recorrer el forro. Pero la pérdida de<br />
energía que ocurre en el interior del tubo, a pesar de la pantalla, está ocasionada principalmente por la presencia<br />
del gas. Si fuéramos capaces de tomar una gran esfera metálica y llenarla con un fluido perfectamente<br />
incomprensible y dieléctrico, no habría pérdida en el interior de la esfera, y consecuentemente el interior podría<br />
ser considerado como perfectamente protegido, aunque el potencial estuviera alternándose muy rápidamente.<br />
Incluso si la esfera estuviera llena con aceite las pérdidas serían incomparablemente más pequeñas que si el<br />
fluido se reemplaza por un gas, porque en el último caso la fuerza produce desplazamientos, o sea impactos y<br />
colisiones en el interior.<br />
Sin importar cual pueda ser la presión de un gas se convierte en un factor importante en el calentamiento de un<br />
conductor cuando la densidad eléctrica es grande y la frecuencia muy alta. Porque el aire se convierte en un<br />
factor muy importante en el calentamiento por descargas creadoras de luz, es casi tan seguro como un hecho<br />
experimental. Voy a ilustrar la acción del aire con el siguiente experimento: tomo un corto tubo vacío hasta cierto<br />
punto con un hilo de platino en el centro recorriendo el tubo de un extremo a otro. Paso una corriente continua o<br />
a una frecuencia muy baja y el hilo se calienta uniformemente en todas sus partes. El calentamiento aquí es<br />
debido a conducción o pérdidas por fricción y el gas que está alrededor no cumple ninguna función. Pero<br />
déjenme pasar descargas repentinas, o una corriente de alta frecuencia a través del hilo. De nuevo el hilo se<br />
calienta pero principalmente en los extremos y algo menos en el medio y si la frecuencia de los impulsos, o la<br />
velocidad de cambio, es suficientemente grande el hilo va ser cortado en el medio, pues todo el calor es debido al<br />
gas rarificado. Aquí el gas va a actuar sólo como un conductor sin impedancia expulsando la corriente del hilo,<br />
cuya impedancia se ha incrementado grandemente y sólo se calentarán los extremos a causa de su resistencia al<br />
paso de la descarga. Pero no sólo es necesario que el gas en el tubo sea conductor, sino que debe estar a muy<br />
baja presión, aún así los finales del hilo se van a calentar (como demuestra la experiencia) pues en tal caso sólo<br />
ellos no estarían eléctricamente conectados a través del gas. Lo que ocurre en un tubo vacío con esas<br />
frecuencias y potenciales, ocurre en las descargas luminosas a presión normal. Sólo necesitamos recordar uno<br />
de los hechos ocurrido en el curso de estas investigaciones, o sea que bajo impulsos de muy alta frecuencia en<br />
gas a presión normal se comporta caso de la misma manera que si fuera a una moderadamente baja presión.<br />
Pienso que en las descargas luminosas frecuentemente los cables u objetos conductores se volatilizan<br />
meramente porque el aire está presente y eso, si el conductor estuviera sumergido en un líquido aislante, estaría<br />
a salvo, porque entonces la energía tendría que gastarse en otra parte. De la conducta de los gases bajo<br />
repentinos impulsos de alto potencial me veo guiado a pensar que no hay un modo más seguro de conducir una<br />
descarga luminosa más que dándole paso a través de un gas, si tal cosa puede hacerse de forma práctica.<br />
Hay dos hechos más acerca de los cuales creo que es necesario explayarse en relación con estos experimentos:<br />
el “estado radiante” y el “vacío no apto para descargas”.<br />
Cualquiera que haya estudiado el trabajo de Crookes debe haber recibido la impresión de que el “estado<br />
radiante” es una propiedad del gas inseparablemente conectada con un alto grado de vacío. Pero debe de ser<br />
recordado que los fenómenos observados en una vasija con vacío están limitados al carácter y la capacidad del<br />
aparato utilizado. Pienso que en un bulbo una molécula, o un átomo no se mueve en línea recta debido a que no<br />
encuentra obstáculo sino porque la velocidad que se le imparte es suficiente para propulsarla en una línea<br />
sensiblemente recta. El significado de un camino libre es una cosa, pero la velocidad, (la energía asociada con el<br />
cuero en movimiento) es otra, y bajo circunstancias normales, creo que es una mera cuestión de potencial o<br />
velocidad. Una bobina de carga disruptiva, cuando el potencial se lleva muy alto, provoca fosforescencia y<br />
proyecta sombras a grados de vacío comparativamente bajos. En una descarga luminosa la materia se mueve<br />
en líneas rectas a presión normal, cuando el camino libre es excesivamente pequeño, y se han producido<br />
imágenes de alambres u otros objetos metálicos producidos por partículas lanzadas en línea recta.