Clases 6-7 Febrero 16 y 18 El efecto fotoeléctrico. - unam
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eVmax max<br />
= T = aν<br />
+ b<br />
(5‐20)<br />
y el valor de la constante a es independiente del material del cual esté hecho el fotocátodo<br />
(ver la Fig 5‐14).<br />
Como ya mencionamos, el fenómeno permaneció sin explicación hasta que, en 1905, A.<br />
Einstein retoma la hipótesis de Planck, que también había estado abandonada desde 1900,<br />
para explicarlo. Más aun, propone que no solo las energías de las oscilaciones de los<br />
osciladores armónicos, por los cuales sustituyó a las partículas constituyentes de las paredes<br />
de la cavidad radiante, están cuantizadas, sino que la energía misma de la radiación absorbido<br />
o emitida por estos osciladores está cuantizada. Es decir, la energía es absorbida o emitida en<br />
“paquetes” localizados y no de manera continua; en este sentido, el comportamiento de la<br />
radiación electromagnética se asemeja más al de un corpúsculo, de energía hν, que al de una<br />
onda. De hecho, en 1926 Gibert Lewis bautizó a estos paquetes con el nombre de fotones.<br />
Este punto de vista supone entonces que la intensidad de un haz luminoso ha de<br />
asociarse con el número N de fotones que lo constituyen, y que al llegar a la superficie de un<br />
metal serán absorbidos, como unidades, por los electrones presentes en el material. Entonces<br />
puede ocurrir que la energía cinética adquirida por los electrones sea suficiente como para<br />
hacer que algunos de éstos “abandonen” al material. Cuántos de ellos lo hacen, y con que<br />
energía cinética, depende, desde luego, de su ubicación dentro del material. Si se encuentran<br />
muy cerca de la superficie del metal, encontrarán pocos obstáculos en su camino de escape;<br />
por el contrario, si se encuentran en una región muy interna en el metal, difícilmente podrán<br />
abandonarlo. Es decir, la energía cinética T de los fotoelectrones debe estar determinada por<br />
la siguiente ecuación:<br />
T = E - φ = hν – φ, (5-21)<br />
en donde φ representa la energía disipada por un electrón cualquiera en su camino de escape<br />
del metal. De entre todos los electrones desprendidos del metal, los más cercanos a su<br />
superficie disiparán la menor energía posible, a la que llamaremos φ0 y, en consecuencia,<br />
serán los que adquieran la mayor energía cinética. Para ellos se debe cumplir<br />
Tmax = hν - φ0 = -eVmax, (5-22)<br />
que concuerda con los resultados experimentales. Más aun, de la pendiente de las rectas<br />
experimentales, que es, según este modelo, m = h/e, se obtiene el mismo valor numérico para<br />
h obtenido por Planck del análisis de la radiación del cuerpo negro.