Illich Ivan - La sociedad desescolarizada.rtf - Mundo Libertario
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fundamentalmente por leyes que permitiesen la discriminación sólo de acuerdo con habilidades<br />
verificadas y no según el historial educativo. Una garantía semejante requiere inevitablemente un<br />
control público sobre las pruebas que pueda usarse para determinar quiénes están capacitados<br />
para el mercado laboral. De otra manera sería posible reintroducir subrepticiamente complejas<br />
baterías de test en el lugar mismo de trabajo que servirían para selección social. Mucho podría<br />
hacerse a fin de lograr objetividad en las pruebas de competencia en habilidades, como por<br />
ejemplo el permitir que se comprobara sólo el manejo de máquinas o sistemas específicos. <strong>La</strong>s<br />
pruebas de mecanografía (en las que se mediría la velocidad , el número de errores y se valoraría<br />
el saber tomar dictados), el dominio de un sistema contable o de una grúa hidráulica, la codificación<br />
en COBOL,3 etc., pueden fácilmente hacerse objetivas. De hecho, muchas de las verdaderas<br />
habilidades de importancia práctica pueden verificarse de ese modo. Y para los fines de<br />
administración de personal es mucho más útil una prueba sobre el nivel presente de competencia<br />
en una determinada habilidad que la información sobre el hecho de que veinte años atrás una<br />
persona dejó satisfecho a su profesor respecto de un currículum en el que se enseñaba<br />
mecanografía, taquigrafía y contabilidad. Naturalmente puede ponerse en duda la necesidad misma<br />
de una comprobación oficial de habilidades: yo tengo la convicción de que el hecho de imponer<br />
ciertas restricciones constituye una mejor garantía para el derecho que un hombre tiene a que su<br />
reputación no sufra daños indebidos provenientes de una rotulación, que es más sólida que la<br />
garantía lograda al prohibir pruebas de competencia.<br />
127<br />
Servicio de búsqueda de compañero<br />
En el peor de los casos, las escuelas reúnen condiscípulos en la misma habitación y los someten a<br />
la misma secuencia de tratamiento de matemáticas, educación cívica y lenguaje. En el mejor de los<br />
casos, permiten a cada estudiante elegir un curso de entre un número limitado de ellos. En<br />
cualquier caso, se forman grupos de iguales en torno a las metas de los profesores. Un sistema<br />
conveniente de educación permitiría a cada persona especificar la actividad para la cual buscase<br />
un compañero. <strong>La</strong> escuela ofrece efectivamente a los niños una oportunidad para escapar de sus<br />
casas y encontrar nuevos amigos. Pero al mismo tiempo, este proceso inculca en ellos la idea de<br />
que deberían elegir sus amigos entre aquellos con quienes han sido congregados. El invitar a los<br />
menores desde su más tierna infancia a conocer, evaluar y buscar a otros los prepararía para<br />
mantener durante toda su vida el interés por buscar nuevos asociados para nuevos empeños. A<br />
un buen jugador de ajedrez siempre lo contenta hallar un buen adversario, y aun novato le alegra el<br />
hallar otro. Los clubes sirven para este fin. <strong>La</strong>s personas que quieren conversar sobre<br />
determinados libros o artículos probablemente pagarían por hallar compañeros de debate. Los que<br />
quieren practicar juegos, ir de excursión, construir estanques para peces o motorizar bicicletas se<br />
tomarán molestias considerables para hallar compañeros para ello. El premio de sus esfuerzos es<br />
encontrar esos compañeros. <strong>La</strong>s buenas escuelas tratan de poner al descubierto los intereses<br />
comunes de los estudiantes matriculados en los mismos programas. Lo inverso de la escuela<br />
sería una institución que aumentase las posibilidades de que las personas que en un determinado<br />
momento compartiesen el mismo interés específico, pudiesen encontrarse independientemente de<br />
que tuviesen otra cosa en común. <strong>La</strong> enseñanza de habilidades no proporciona beneficios iguales<br />
a ambas partes, como lo hace la reunión de iguales. Tal como he señalado, al profesor de<br />
habilidades debe ofrecérsele algún otro incentivo aparte de las satisfacciones del enseñar. <strong>La</strong><br />
enseñanza de habilidades es un asunto de repetir una y otra vez ciertas rutinas y de hecho es<br />
más tediosa para los alumnos que más la necesitan.Una lonja de habilidades necesita dinero o<br />
créditos u otros incentivos tangibles para funcionar, aun cuando la lonja misma produjese su propia<br />
moneda. Un sistema de búsqueda de compañero no precisaría tales incentivos, sino sólo una red<br />
de comunicaciones. <strong>La</strong>s cintas, los sistemas de informática, la instrucción programada y la<br />
reproducción de formas y de sonidos tienden a disminuir la necesidad de recurrir a profesores<br />
humanos para muchas habilidades; aumentan la eficiencia de los profesores y el número de<br />
habilidades que uno puede conseguir a lo largo de su vida. Paralelamente a este aspecto se ha<br />
creado la necesidad creciente de encontrarse con gente interesada en disfrutar de la habilidad<br />
recientemente adquirida. Una estudiante que haya aprendido griego antes de sus vacaciones<br />
querrá conversar en griego sobre política cretense cuando regrese. Un mexicano de Nueva York<br />
quiere hallar a otros lectores de la revista Siempre! o de Los Agachados, el más popular de los<br />
libros de historietas. Algún otro quiere encontrar compañeros que, como él, desearían aumentar su<br />
interés en la obra de James Baldwin o de Bolívar. El funcionamiento de una red para búsqueda de