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Illich Ivan - La sociedad desescolarizada.rtf - Mundo Libertario

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del uso de esta información por parte de otra persona. <strong>La</strong> información puede almacenarse en<br />

personas o cosas. En un buen sistema educacional el acceso a las cosas debiera estar disponible<br />

con sólo pedirlo el aprendiz, mientras el acceso a los informantes requiere además el<br />

consentimiento de terceros. <strong>La</strong> crítica puede asimismo provenir de dos direcciones: de los iguales<br />

o de los mayores, esto es, de compañeros de aprendizaje cuyos intereses inmediatos concuerden<br />

con los míos, o de aquellos que me concederán una parte de su experiencia superior. Los iguales<br />

pueden ser colegas con quienes suscitar un debate, compañeros para una caminata o lectura<br />

jugetona y deleitable (o ardua), retadores en cualquier clase de juegos. Los mayores pueden ser<br />

asesores acerca de qué destreza aprender, qué método usar, qué companía buscar en un<br />

momento dado. Pueden ser guías respecto a la pregunta correcta por plantear entre iguales y a la<br />

deficiencia de las respuestas a que lleguen. <strong>La</strong> mayoría de estos recursos son abundantes. Pero<br />

convencionalmente ni se les percibe como recursos educativos, ni es fácil el acceso a ellos para<br />

fines de aprendizaje, especialmente para los pobres. Debemos idear nuevas estructuras de<br />

relación que se monten con el deliberado propósito de facilitar el acceso a estos recursos para el<br />

uso de cualquiera que esté motivado a buscarlos para su educación. Para montar estas<br />

estructuras tramadas se requieren disposiciones administrativas, tecnológicas y especialmente<br />

legales. Los recursos educacionales suelen rotularse según las metas curriculares de los<br />

educadores. Propongo hacer lo contrario, y rotular cuatro enfoques diferentes que permitan al<br />

estudiante conseguir el acceso a cualquier recurso educativo que pueda ayudarle a definir y lograr<br />

sus propias metas:<br />

1. Servicios de Referencia respecto de Objetos Educativos. Que faciliten el acceso a cosas o<br />

procesos usados para el aprendizaje formal. Algunas cosas de éstas pueden reservarse para este<br />

fin, almacenadas en bibliotecas, agencias de alquiler, laboratorios y salas de exposición, tales<br />

como museos y teatros; otras pueden estar en uso cotidiano en fábricas, aeropuertos, o puestas<br />

en granjas, pero a disposición de estudiantes como aprendices o en horas de descanso.<br />

2. Lonjas de Habilidades. Que permitan a unas personas hacer una lista de sus habilidades, las<br />

condiciones según las cuales están dispuestas a servir de modelos a otros que quieran aprender<br />

esas habilidades y las direcciones en que se les puede hallar.<br />

3. Servicio de Búsqueda de Compañero. Una red de comunicaciones que permita a las personas<br />

describir la actividad de aprendizaje a la que desean dedicarse, en la esperanza de hallar un<br />

compañero para la búsqueda.<br />

4. Servicios de Referencia respecto de Educadores Independientes. Los cuales pueden figurar en<br />

un catálogo que indique las direcciones y las descripciones -hechas por ellos mismos- de<br />

profesionales, paraprofesionales e independientes, conjuntamente con las condiciones de acceso<br />

a sus servicios. Tales educadores, como veremos, podrían elegirse mediante encuestas o<br />

consultando a sus clientes anteriores.<br />

111<br />

Servicios de referencia respecto de objetos educativos<br />

<strong>La</strong>s cosas son recursos básicos para aprender. <strong>La</strong> calidad de entorno y la relación de una<br />

persona con él determinarán cuánto aprenderá incidentalmente. El aprendizaje formal exige el<br />

acceso especial a cosas corrientes, por una parte o, por la otra, el acceso fácil y seguro a cosas<br />

especiales hechas con fines educativos. Un ejemplo del primer caso es el derecho especial a<br />

hacer funcionar o a desarmar una máquina en un garaje. Un ejemplo del segundo caso es el<br />

derecho general a usar un ábaco, una computadora, un libro, un jardín botánico o una máquina<br />

retirada de la producción y puesta a plena disposición de unos estudiantes.<br />

En la actualidad, la atención se centra en la disparidad entre niños ricos y pobres en cuanto a su<br />

acceso a cosas y en la manera en que pueden aprender de ellas. <strong>La</strong> OEO1 y otros organismos,<br />

siguiendo este planteamiento, se concentran en igualar las posibilidades de cada cual, tratando de<br />

proveer de un mayor instrumental educativo a los pobres. Un punto de partida más radical sería<br />

reconocer que, en la ciudad, a ricos y pobres se les mantiene igualmente alejados de manera<br />

artificial de las cosas que los rodean. Los niños nacidos en la era de los plásticos y de los expertos<br />

en eficiencia deben traspasar dos barreras que obstaculizan sus entendimientos: una, incorporada<br />

a las cosas y la otra construida en torno a las instituciones. El diseño industrial crea un mundo de<br />

cosas que ofrecen resistencia a la comprensión de su naturaleza interna, y las escuelas tapian al<br />

aprendiz respecto del mundo de las cosas en su escenario significativo. Después de una breve

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