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“PARA PREVENIR, PARA DECIDIR, ...SABER ES UN DERECHO”
72 . Manuela Ramos
Pero habían momentos en que era muy difícil, entonces cuando sacan de quicio les hacíamos reflexionar:
“Para yo sugerir a la profesora que les trate de este modo, igual que acá, entonces ustedes también
tienen que responder, hacerles reflexionar para que cuando haya profesoras que estén dispuestas a
darles un trato horizontal no cometan el error de hacer más travesuras”. Pero lo que más les motivaba
eran los puntos a favor, en lo posible trataba de no poner puntos en contra. En algunos casos si poner
punto en contra, pero era más para premiar una forma de relacionarse en grupo.
(EQUIPO REGIONAL, AYACUCHO).
Manejar la vergüenza
Abordar temas de sexualidad de una manera explícita fue una experiencia inédita en todos los
distritos donde se ejecutó el proyecto. Manifestarse públicamente sobre algo descrito como prohibido
e indecoroso por las y los adultos que los rodean constituyó un proceso gradual para chicas y chicos,
pero sobre todo para las chicas.
Inicialmente, tan sólo nombrar los órganos sexuales era algo que ocasionaba risa y asombro, tanto a
mujeres como hombres. El uso de dibujos, maquetas o rompecabezas ayudaron a explorar y descubrir
partes del cuerpo del hombre y la mujer, que para la mayoría, eran desconocidas. El empleo de
dinámicas lúdicas que implicaban tocar o hablar de partes de su cuerpo, aproximarse o tocar a otros,
ayudó a ir aproximándose con mayor naturalidad a su cuerpo y sexualidad.
V [promotor regional] era un señor animado, digo señor porque ya tiene dos hijos, pero se explayaba así libre,
por ejemplo sobre los órganos del hombre y mujer decía: “pene y vagina”. A nosotros no nos habían ensenado,
sino le decíamos palomita. Hacia juegos muy dinámicos, por ejemplo del zancudito, teníamos que elegir una
parte de todo el cuerpo y luego darle un beso. Y todavía le toca la parte de J a una de las chicas. [¿Que parte?]
“El pene, pe”. Y V dice: “una fotito” y espera todavía, y le toma. Luego el juego del dildo, tongo tingo. Al verlo
una chica juá…. lo botó, pero después ya no. Aprendí cosas que no sabía y si no, no hubiera aprendido.
(PROMOTOR JUVENIL, HUANTA, AYACUCHO).
La práctica sobre el uso adecuado del condón usando un dildo también causó risa y vergüenza
asociada a ver y tocar la representación de un pene, así como cierta incomodidad o “asco” debido
al olor del látex o el lubricante que les quedaba en los dedos. La mayoría de participantes nunca
habían usado o tocado un preservativo. Pero, estas reacciones no se dieron del mismo modo en
todos los chicos y chicas, variaron de acuerdo a la edad, sexo y su mayor o menor exposición a estos
temas en áreas urbanas y rurales. Los siguientes testimonios de promotoras y promotores juveniles
de Huancavelica, nos ayudan a reconstruir estas diferentes reacciones y sugieren la importancia del
ejemplo y apoyo del grupo en el proceso de manejar la vergüenza y familiarizarse con el preservativo:
Cuando hicimos la práctica con el dildo en allí nos daba vergüenza y luego vimos a otras chicas y nos
acostumbramos a poner el condón al pene artificial, pero al comienzo daba vergüenza de agarrar el
pene artificial.
(PROMOTORA JUVENIL, 13 AÑOS, HUANCAVELICA).