Chilam Balam de Chumayel - Histomesoamericana
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Es muy preciso hacer entrar en el entendimiento que las piedras<br />
que <strong>de</strong>jó Nuestro Padre Dios, las duras ma<strong>de</strong>ras, los animales,<br />
es lo que habéis adorado. En los primeros tiempos, aquí,<br />
entre nosotros, los Hombres <strong>de</strong> Majestad fueron adorados<br />
como verda<strong>de</strong>ros dioses. Aquellas piedras, <strong>de</strong>tuvieron el paso<br />
<strong>de</strong>l Verda<strong>de</strong>ro Dios nuestro Padre, Señor <strong>de</strong>l Cielo y <strong>de</strong> la<br />
Tierra. Aunque eran los antiguos dioses, perece<strong>de</strong>ros dioses<br />
eran. Ya se acabó el tiempo <strong>de</strong> su adoración. Fueron <strong>de</strong>sbaratados<br />
por la bendición <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong>l Cielo, cuando terminó la<br />
re<strong>de</strong>nción <strong>de</strong>l mundo, cuando resucitó el Verda<strong>de</strong>ro Dios,<br />
cuando bendijo los cielos y la tierra.<br />
¡Se <strong>de</strong>smoronaron vuestros dioses, hombres mayas! ¡Sin esperanza<br />
los.adorásteis!<br />
*<br />
* *<br />
La relación <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> esta tierra, en su tiempo, se hacía<br />
en pinturas: porque no había llegado el día en que se usaran<br />
estos papeles y esta muchedumbre <strong>de</strong> palabras; para que se<br />
preguntara a los antiguos hombres mayas si sabían cómo nacieron<br />
y cómo fundaron su tierra en esta región.<br />
Dentro <strong>de</strong>l Once Ahau Kalún fue cuando salió Ah-Mucen Cab<br />
["El-que-guarda la miel"] a vendar los ojos <strong>de</strong> los Trece<br />
dioses [OxIaun-íi-Ku]. No supieron su nombre. Solamente sus<br />
hermanas y sus hijos se lo dijeron, y tampoco podían ver su cara.<br />
Era el momento en que acababa <strong>de</strong> <strong>de</strong>spertar la tierra. No<br />
sabían lo que iba a suce<strong>de</strong>r.<br />
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