Prevenir no es curar
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<strong>Prevenir</strong> <strong>no</strong> <strong>es</strong> <strong>curar</strong>. La prisión preventiva en Argentina<br />
calle todo el tiempo; mi <strong>no</strong>via me decía «basta, ya <strong>no</strong> <strong>es</strong>tás pr<strong>es</strong>o», pero<br />
era complicado”. (Julio).<br />
“Te cuentan sobre el miedo de viajar, pensás que te pasa a vos sola, pero<br />
<strong>no</strong>... Siempre <strong>es</strong>tás a la defensiva, en todos lados pendiente si un policía te<br />
<strong>es</strong>tá mirando.” (Raquel).<br />
Con r<strong>es</strong>pecto a la vuelta a la familia, <strong>no</strong> se trata sólo de volver a encontrar el<br />
ritmo de una cotidianeidad que se perdió debido al encierro, o de r<strong>es</strong>tañar un<br />
vínculo diluido o r<strong>es</strong>entido por la ausencia. Del lado de afuera de los muros<br />
también hubo sufrimiento, muert<strong>es</strong>, abando<strong>no</strong>s, e<strong>no</strong>jos y mudanzas, y <strong>no</strong> son<br />
pocos los casos donde los hijos o cónyug<strong>es</strong> se r<strong>es</strong>isten a retomar una vida en<br />
común con la persona ex – detenida. Los relatos mu<strong>es</strong>tran la brecha entre “salir<br />
del penal” y “volver a casa”. Esa brecha puede implicar situacion<strong>es</strong> de calle, de<br />
deambular habitacional o institucional –en hogar<strong>es</strong>, por ejemplo-, o un sentirse<br />
aje<strong>no</strong>/a a la <strong>es</strong>tructura y a los lazos familiar<strong>es</strong>.<br />
“Cuando u<strong>no</strong> sale, <strong>no</strong> tiene a quién contar todo <strong>es</strong>o que le pasó. Tenés<br />
sensacion<strong>es</strong> o cosas que te pasan que <strong>no</strong> se las podés o <strong>no</strong> se las querés<br />
contar a tu familia, más allá de la familia sabe de tus sufrimientos. A mí <strong>no</strong><br />
me quedaron muchos amigos; por más que vuelvas y expliqu<strong>es</strong>, el <strong>es</strong>tigma<br />
ya te queda”. (Raquel).<br />
“Durante mucho tiempo lo único que hacía era dormir, comer y mirar<br />
la tele. Aparte, hacía como en la cárcel: dormía de día y de <strong>no</strong>che <strong>es</strong>taba<br />
alerta”. (Madre de Anselmo).<br />
Como sintetizó con crudeza y lucidez una de las personas entrevistadas:<br />
“La problemática del que sale en libertad pasa a ser la de cualquier<br />
persona que <strong>no</strong> tiene dónde caerse muerta”. (Lisa).<br />
En térmi<strong>no</strong>s general<strong>es</strong>, <strong>es</strong>tos extractos de entrevistas son consistent<strong>es</strong> con<br />
lo que ya se ha documentado largamente en relación al sistema carcelario en<br />
Argentina. Mu<strong>es</strong>tran la clase de hechos y situacion<strong>es</strong> que debían enfrentar,<br />
también, los familiar<strong>es</strong> de las personas detenidas. Hijos e hijas, madr<strong>es</strong>, padr<strong>es</strong><br />
y cónyug<strong>es</strong> fueron parte del proc<strong>es</strong>o penal y fueron alcanzados por el sistema<br />
carcelario. En segundo o tercer pla<strong>no</strong> para las institucion<strong>es</strong>, sus experiencias<br />
en el trato judicial y penitenciario y las formas en que las que hicieron frente<br />
a la detención traen a la discusión un cúmulo de d<strong>es</strong>atencion<strong>es</strong> institucional<strong>es</strong><br />
hacia quien<strong>es</strong> han quedado d<strong>es</strong>amparados por la propia operatoria del sistema<br />
de castigo. Los familiar<strong>es</strong> son las víctimas dispersas, ambulatorias e invisibl<strong>es</strong><br />
del sistema penal: son el “daño colateral”.<br />
Detenidos y familiar<strong>es</strong>: el doble castigo del sistema penal