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Prevenir no es curar

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página 30<br />

<strong>Prevenir</strong> <strong>no</strong> <strong>es</strong> <strong>curar</strong>. La prisión preventiva en Argentina<br />

de mujer<strong>es</strong> detenidas por comercialización, distribución, almacenamiento o<br />

transporte de sustancias de uso prohibido.<br />

Por lo general, se trata de mujer<strong>es</strong> de edad<strong>es</strong> diversas (entre los 25 y 45 años<br />

aproximadamente, aunque <strong>no</strong> son infrecuent<strong>es</strong> los casos donde las proc<strong>es</strong>adas<br />

superan los 50 años), con hijos y a menudo con nietos. Según la información<br />

que surge de los expedient<strong>es</strong>, <strong>es</strong>tán acusadas de vender, en sus propias casas,<br />

dosis individual<strong>es</strong> de “paco”, cocaína o marihuana, o de almacenar parte de<br />

la droga que otra persona vende en la misma <strong>es</strong>cala. Dentro de la cadena de<br />

producción, distribución y comercialización de sustancias de uso prohibido<br />

son el <strong>es</strong>labón más débil, más fácilmente reemplazable, y a la vez más expu<strong>es</strong>to:<br />

<strong>no</strong> manejan grand<strong>es</strong> volúmen<strong>es</strong> de dinero, de droga o de información pero son<br />

rápidamente señaladas o denunciadas por sus client<strong>es</strong> / comprador<strong>es</strong> y por<br />

sus veci<strong>no</strong>s. Además, suelen ser el centro de las inv<strong>es</strong>tigacion<strong>es</strong> judicial<strong>es</strong> y<br />

policial<strong>es</strong>, que en ocasion<strong>es</strong> parecieran más preocupadas por perseguir al<br />

“mi<strong>no</strong>rista” que por averiguar quién le provee el producto que vende.<br />

D<strong>es</strong>de <strong>es</strong>ta perspectiva, puede comprenderse la vinculación entre una mayor<br />

comercialización de sustancias de uso prohibido y el cambio en la composición<br />

por sexos de la población que históricamente fue mayoritaria en el sistema<br />

penal. En 2004, sólo el 7 % de las personas detenidas en cárcel<strong>es</strong> federal<strong>es</strong> eran<br />

mujer<strong>es</strong>, mientras que en 2007 <strong>es</strong>a cifra había trepado al 12 % (SNEEP 2007).<br />

Independientemente de cuál sea el delito por el que <strong>es</strong>tán proc<strong>es</strong>adas, la mayor<br />

cantidad de mujer<strong>es</strong> encarceladas abre una serie de problemas <strong>no</strong>vedosos<br />

para un sistema judicial y penal pensado y diseñado d<strong>es</strong>de una óptica donde<br />

“detenido” era equivalente a “varón detenido”.<br />

El mundo del delito y el mundo carcelario fueron concebidos en térmi<strong>no</strong>s<br />

masculi<strong>no</strong>s: varon<strong>es</strong> eran los que delinquían, varon<strong>es</strong> quien<strong>es</strong> los inv<strong>es</strong>tigaban<br />

y aprehendían, varon<strong>es</strong> quien<strong>es</strong> los juzgaban, y también varon<strong>es</strong> quien<strong>es</strong> los<br />

vigilaban durante el encierro. Así, como corolario natural de <strong>es</strong>ta la mirada<br />

masculina, las consecuencias privadas (domésticas) de la detención del varón<br />

se r<strong>es</strong>olvían en el ámbito de lo privado: en la unidad doméstica o la familia,<br />

encarnada en la mujer y en los lazos de reciprocidad y parent<strong>es</strong>co a los que<br />

pudiera apelar. Las <strong>es</strong>posas, madr<strong>es</strong> o hermanas de los detenidos asumieron la<br />

r<strong>es</strong>ponsabilidad prácticamente exclusiva por el bien<strong>es</strong>tar de hijos, hijas u otras<br />

personas dependient<strong>es</strong>, siguieron el procedimiento judicial y además visitaron<br />

al pr<strong>es</strong>o, ocupándose d<strong>es</strong>de afuera de su alimentación, v<strong>es</strong>timenta y salud.<br />

El padecimiento familiar y sus efectos en los niños (tal<strong>es</strong> como privacion<strong>es</strong>,<br />

abando<strong>no</strong> <strong>es</strong>colar, <strong>es</strong>tigmatización) podían generar compasión o caridad<br />

<br />

haya suscitado intervencion<strong>es</strong> sistemáticas por parte del Estado, ni siquiera<br />

por parte de las mismas institucion<strong>es</strong> que, al penalizar al adulto, castigaban<br />

también a su familia.<br />

Detenidos y familiar<strong>es</strong>: el doble castigo del sistema penal

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