19.04.2013 Views

Prevenir no es curar

Prevenir no es curar

Prevenir no es curar

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Prevenir</strong> <strong>no</strong> <strong>es</strong> <strong>curar</strong>. La prisión preventiva en Argentina<br />

de situacion<strong>es</strong> de las que <strong>es</strong> a la vez síntoma y causa recorre ámbitos académi-<br />

cos, institucional<strong>es</strong> y políticos. Ya se la conciba con una herramienta de polí-<br />

tica criminal o como una medida cautelar para asegurar el debido proc<strong>es</strong>o, <strong>es</strong><br />

imposible d<strong>es</strong>co<strong>no</strong>cer los efectos sustantivos y concretos de su utilización. Las<br />

cifras de personas detenidas (condenadas y proc<strong>es</strong>adas), así como su origen<br />

social –perceptible, entre otras cosas, a través del nivel educativo 2 - constitu-<br />

yen un elemento más que evidencia la selectividad y la discrecionalidad con<br />

que opera el sistema penal.<br />

Pu<strong>es</strong>to que se aplica a personas cuya culpabilidad aún <strong>no</strong> <strong>es</strong>tá <strong>es</strong>tablecida,<br />

la detención preventiva interpela –aún más que la cárcel- a la sociedad en su<br />

conjunto pero muy <strong>es</strong>pecialmente a los ámbitos judicial<strong>es</strong> y legislativos que<br />

la aplican y la regulan. Las tension<strong>es</strong> entre las perspectivas de “ley y orden”<br />

y de “debido proc<strong>es</strong>o” (que priorizan de diversa manera la protección de los<br />

derechos individual<strong>es</strong> en relación a la alarma social por la (in)seguridad y a su<br />

solución mediante políticas o prácticas de “tolerancia cero”) parecieran domi-<br />

nar todos los debat<strong>es</strong> y <strong>es</strong>tablecer contradictorios parámetros de evaluación y<br />

de d<strong>es</strong>empeño para cualquier iniciativa. A ello se suman también las interpre-<br />

<br />

sistema penal.<br />

Las discusion<strong>es</strong> en tor<strong>no</strong> a la prisión preventiva (su nec<strong>es</strong>idad, sus usos, sus<br />

consecuencias) transcurren en un <strong>es</strong>cenario político donde ciertos actor<strong>es</strong> y<br />

grupos de interés abogan por un endurecimiento del tratamiento de todo lo<br />

vinculado con la delincuencia. Ya <strong>no</strong> <strong>es</strong> sólo cu<strong>es</strong>tión de alentar la “ma<strong>no</strong> dura”<br />

frente a la inseguridad, si<strong>no</strong> también de promover una indiferencia dolosa en<br />

relación al encierro y a las problemáticas del encarcelamiento. D<strong>es</strong>de <strong>es</strong>ta pers-<br />

pectiva se soslayan las discusion<strong>es</strong> r<strong>es</strong>pecto a la violación de derechos de las<br />

personas detenidas (condenadas o en prisión preventiva), y sobre el impacto y<br />

racionalidad del énfasis en el encierro como única r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>ta a la inseguridad.<br />

Así, la atención al intrincado fenóme<strong>no</strong> de la prisión preventiva ha tendido a<br />

perder protagonismo frente a debat<strong>es</strong> más <strong>es</strong>tructural<strong>es</strong> de las políticas cri-<br />

minal<strong>es</strong> y de seguridad. La preocupación por r<strong>es</strong>olver un problema básico y<br />

grave de violación de derechos huma<strong>no</strong>s (la mitad de la población carcelaria<br />

detenida sin condena) ha perdido terre<strong>no</strong> frente a infructuosas discusion<strong>es</strong><br />

mediáticas sobre la nec<strong>es</strong>idad y conveniencia de endurecer las políticas de se-<br />

guridad o, en el mejor de los casos, sobre cómo compatibilizar el d<strong>es</strong>pliegue del<br />

aparato repr<strong>es</strong>ivo <strong>es</strong>tatal con el debido proc<strong>es</strong>o legal y con la protección de los<br />

derechos huma<strong>no</strong>s. Esta situación ha perjudicado <strong>no</strong>toriamente la posibilidad<br />

2. Según SNEEP 2010, de 60.000 personas detenidas en penitenciarías, 7% <strong>no</strong> tenía ningún nivel<br />

de instrucción, 26% <strong>no</strong> había completado la educación primaria, y 40% la había completado<br />

pero <strong>no</strong> había continuado hacia la educación secundaria. Es decir que tr<strong>es</strong> cuartas part<strong>es</strong> de la<br />

personas detenidas contaban con educación primaria completa o me<strong>no</strong>s.<br />

ADC - www.adc.org.ar<br />

página 15

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!