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TREBA Y TERRITORIUM GÉNESIS Y DESARROLLO DEL MOBILIARIO E INMOBILIARIO ARQUEOLÓGICO INSTITUCIONAL DE LA GALLAECIA redonda, y cuando alguna cabra cae, suponen que es debido a que ellos van cavando por abajo. Estos enanos tienen que salir de las cuevas sin que nadie les vea, y se cuenta de ellos la historia de la muchacha robada por deambular por donde ella los podía ver’” 138 . Los animales salvajes que pueblan el mundo de estos seres míticos sin parangón con los animales de este mundo, al igual que sus animales domésticos, son también fácilmente reconocibles por sus sobrenaturales portes, bellos pelajes y estaños colores. La llamada “primera rama” de los Mabinogui toma su nombre de Pwill Pendevic Dyuet, príncipe de Dyfed, territorio comprensivo de siete comarcas al suroeste del País de Gales. Comienza con Pwill (suena algo así como “pug” con geada gallega), príncipe de Dyfed, que deshonrado tras un comportamiento vergonzoso consistente en alzar en los bosques de Glyn Cuch una presa de caza surgida del Más Allá 139 perteneciente a Arawn, rey del Otro Mundo, acuerda como compensación prestarle a éste ayuda contra su rival Hafgan. 140 Tomando Pwyll la forma de Arawn y conducido por éste, entra en el reino de Annwn, el Otro Mundo, 141 pasando el año entero gobernando justamente y viviendo en castidad con la esposa de Arawn que ignorante del cambio y sin sospechar nada se maravilla de la extraña conducta conyugal del que cree su esposo. Agotado el plazo, al cabo de un año y un día, Pwyll, restaurando para Arawn 138 Vicente RISCO “Os Seres Míticos”, en Historia de Galiza Dirixida por Ramón OTERO PEDRAYO. Vol. I Buenos Aires. Editorial Nós, 1962 pp. 310, ss. 139 Penetrando en un claro del bosque Pwill espantó a unos sobrenaturales perros de piel blanca y brillante, con orejas de un rojo encendido, rasgos reveladores de su adscripción al Otro Mundo, que acababan de abatir a un bello ciervo de similar traza -quizá pariente masculino de la blanca cierva regalada a Sertorio por los Lusitanospara que los suyos pudieran hartarse de la presa muerta. Montando un esbelto corcel tordo, con su cuerno de caza al cuello el dueño de los perros y de la presa se dirigió al claro del bosque y a Pwill muy ofendido por su acción: "no he conocido a nadie tan mal educado como para azuzar sus perros sobre un ciervo derribado por la jauría de otro hombre. Eso demuestra una total ausencia de cortesía y, aunque no quiero vengarme, me aseguraré de que perdáis vuestro honor al son de cien venados como este". 140 "Mi señor", -exclamó Pwyll, "decidme pues cómo puedo recobrar vuestro favor". -"De la siguiente manera: otro rey gobierna en Annwn. Su nombre es Hafgan y lleva a cabo repetidas incursiones en mi territorio. Deshaceos de el y ganareis mi favor". -"Decidme como", dijo Pwyll, "y cumpliré vuestro mandato con agrado". -"Os uniréis a mí por un juramento de amistad", explicó el Rey de Annwm, " y yo os disfrazaré con mi atuendo. Reinareis en el Hado en mi lugar, y yaceréis con la dama más bella que imaginarse pueda; ni ella ni mi corte sabrá que no soy yo. Nos volveremos a encontrar en este mismo lugar dentro de un año y un día". 141 A vuela pluma hacemos notar aquí que el contexto que rodea la primera parte de la historia de Pwill, la amistad entre señores de dos mundos el mutuo intercambio de regalos entre Annwn y el joven príncipe se encuadra en el tema de "La Caza Salvaje". Andrés J. Pena Graña 59 Promptema Atlántico de Tránsito Vertical

TREBA Y TERRITORIUM GÉNESIS Y DESARROLLO DEL MOBILIARIO E INMOBILIARIO ARQUEOLÓGICO INSTITUCIONAL DE LA GALLAECIA la unidad del reino del Mas Allá, cumple su promesa y derrota en combate singular a Hafgan haciéndose merecedor por sus hazañas de un sobrenombre: 142 “Cabeza de Annwn”. Los Mabinogui no se reducen a una compilación inocente de cuentos y leyenda populares galeses, son relatos orientados para legitimar como en los temas melusinos un linaje soberano, la aventura de Pwyll es en palabras de Katherine McKENNA “un relato esencialmente construido sobre el mito de la soberanía pero con un mensaje fácilmente inteligible y ejemplarizante para los gobernantes galeses del período de su redacción”. 143 La gesta de Pwyll es una historia que nos sirve de mucha ayuda para determinar el promptema que aproximándonos al sentido de las representaciones prehistóricas con escenas de caza en el Noroeste peninsular podría revelarnos acaso el significado e intención de algunos de nuestros petroglifos. 3. 1. 1. EL REY HERLA Aunque el primer relato de la Caza Salvaje en la Europa Medieval tal vez lo sea el encuentro de Pwill y Anwm en la primera rama de la historia galesa de los Mabinogui, se consideran posiblemente las más antiguas 144 narraciones de la Caza Salvaje las historias mencionadas de Orderic Vidal y las de Gautier Map. Este último nos la refiere así: “Un enano tras asistir a las bodas del rey Herla le invita luego a sus propias bodas dentro de su reino, una caverna 145 . Cubiertos de regalos, Herla y su séquito se despiden del enano que les entrega un pequeño perro y les pide que mientras no haya saltado el animal no pongan pie a tierra bajo la luz del sol. El perro no salta jamás y Herla prosigue sus rondas alocadas con sus hombres, y con esta tropa fantástica que se llama Herlatingui (De nuguis curialium I, 11)”. El Rey HERLA, como nuestro Trezenzonio o San Amaro, con origen antiguo, suponiéndosele rey de los Britones, relato que forma hoy parte de los cuentos y leyendas del país de Gales, fue un cuento popular de la Edad Media. Restaurados, o recompuestos fragmentariamente en algunos casos, generalmente con extremado rigor, por los mitólogos comparatistas del siglo XIX o del XX, como han hecho entre nosotros los hermanos CARRÉ ALVARELLOS, los cuentos populares no han desaparecido nunca de los países llamados celtas, refiriéndonos a veces con mucho detalle viejas historias. 3. 1. 2. SOBRENATURAL ENCUENTRO EN EL BOSQUE Cierta tarde, después de duras jornadas de cabalgada en la espesura del gran bosque milenario de su reino, Herla, el sabio rey de los Britones, dejó a sus hombres y se retiró a descasar en un claro entre los viejos árboles. Dormitaba cuando el crepitar de algo que pasaba entre los árboles le despertó. Instintivamente llevó su mano a la espada, y fue sorprendido por una aparición ciertamente extraña. En el claro se adentraba un gran chivo, sobre el que se sentaba un hombrecillo no más grande que un niño, pero de gran corpulencia; tenía sus 142 Ganar un sobrenombre "alcume" es algo todavía muy importante y la práctica totalidad de las familias no urbanas lo tienen en nuestra Galicia rural y marinera. No todos los alcumes son, o han sido, heroicos. 143 Katherine MCKENNA 1982. The Bulletin of the Board of Celtic Studies, 29 pp.35, 52 144 En este contexto habría que encuadrar el episodio de la cierva de Sertorio. 145 Entrar en la caverna es sinónimo de traspasar el umbral de la vida, de muerte. En el folclore gallego la caverna es la puerta de acceso al Más Allá, tras la que moran las tres estirpes míticas gallegas que como en Irlanda antes de la llegada de los hombres, poblaron el país, los "mouros" los enanos y los gigantes. Andrés J. Pena Graña 60

TREBA Y TERRITORIUM GÉNESIS Y <strong>DE</strong>SARROLLO D<strong>EL</strong> MOBILIARIO E INMOBILIARIO ARQUEOLÓGICO<br />

INSTITUCIONAL <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> GAL<strong>LA</strong>ECIA<br />

redonda, y cuando alguna cabra cae, suponen que es debido a que ellos van cavando por abajo.<br />

Estos enanos tienen que salir de las cuevas sin que nadie les vea, y se cuenta de ellos la historia<br />

de la muchacha robada por deambular por donde ella los podía ver’” 138 .<br />

Los animales salvajes que pueblan<br />

el mundo de estos seres míticos sin<br />

parangón con los animales de este mundo,<br />

al igual que sus animales domésticos, son<br />

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sobrenaturales portes, bellos pelajes y<br />

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La llamada “primera rama” de los<br />

Mabinogui toma su nombre de Pwill<br />

Pendevic Dyuet, príncipe de Dyfed,<br />

territorio comprensivo de siete comarcas al<br />

suroeste del País de Gales. Comienza con<br />

Pwill (suena algo así como “pug” con geada<br />

gallega), príncipe de Dyfed, que deshonrado<br />

tras un comportamiento vergonzoso<br />

consistente en alzar en los bosques de Glyn<br />

Cuch una presa de caza surgida del Más<br />

Allá 139 perteneciente a Arawn, rey del Otro<br />

Mundo, acuerda como compensación<br />

prestarle a éste ayuda contra su rival<br />

Hafgan. 140<br />

Tomando Pwyll la forma de Arawn y conducido por éste, entra en el reino de Annwn, el Otro<br />

Mundo, 141 pasando el año entero gobernando justamente y viviendo en castidad con la esposa de<br />

Arawn que ignorante del cambio y sin sospechar nada se maravilla de la extraña conducta conyugal<br />

del que cree su esposo. Agotado el plazo, al cabo de un año y un día, Pwyll, restaurando para Arawn<br />

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Vicente RISCO “Os Seres Míticos”, en Historia de Galiza Dirixida por Ramón OTERO PEDRAYO. Vol. I<br />

Buenos Aires. Editorial Nós, 1962 pp. 310, ss.<br />

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Penetrando en un claro del bosque Pwill espantó a unos sobrenaturales perros de piel blanca y brillante, con<br />

orejas de un rojo encendido, rasgos reveladores de su adscripción al Otro Mundo, que acababan de abatir a un<br />

bello ciervo de similar traza -quizá pariente masculino de la blanca cierva regalada a Sertorio por los Lusitanospara<br />

que los suyos pudieran hartarse de la presa muerta. Montando un esbelto corcel tordo, con su cuerno de<br />

caza al cuello el dueño de los perros y de la presa se dirigió al claro del bosque y a Pwill muy ofendido por su<br />

acción: "no he conocido a nadie tan mal educado como para azuzar sus perros sobre un ciervo derribado por la<br />

jauría de otro hombre. Eso demuestra una total ausencia de cortesía y, aunque no quiero vengarme, me<br />

aseguraré de que perdáis vuestro honor al son de cien venados como este".<br />

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"Mi señor", -exclamó Pwyll, "decidme pues cómo puedo recobrar vuestro favor". -"De la siguiente manera:<br />

otro rey gobierna en Annwn. Su nombre es Hafgan y lleva a cabo repetidas incursiones en mi territorio.<br />

Deshaceos de el y ganareis mi favor". -"Decidme como", dijo Pwyll, "y cumpliré vuestro mandato con agrado".<br />

-"Os uniréis a mí por un juramento de amistad", explicó el Rey de Annwm, " y yo os disfrazaré con mi<br />

atuendo. Reinareis en el Hado en mi lugar, y yaceréis con la dama más bella que imaginarse pueda; ni ella ni<br />

mi corte sabrá que no soy yo. Nos volveremos a encontrar en este mismo lugar dentro de un año y un día".<br />

141<br />

A vuela pluma hacemos notar aquí que el contexto que rodea la primera parte de la historia de Pwill, la<br />

amistad entre señores de dos mundos el mutuo intercambio de regalos entre Annwn y el joven príncipe se<br />

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