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Maris_Glz ¡Ellos tienen que sufrir por lo que hicieron! ¡Y quiero ser yo quien pueda hacerlo! Quiero hacerle daño a todos ellos. Quiero matarlos a todos. Comencé a levantarme, de repente pareciendo que yo explotaría. Sus manos estaban sobre mis hombros en un destello, empujándome hacia atrás. Los primeros auxilios fueron olvidados. Su expresión era una mezcla tanto de preocupación como de fereza pero él me dominó. Luché contra él, y sus dedos me estaban apretando. - ¡Roza! ¡Supera esto! - él ahora también gritaba - Esto no signifca nada para ti, ninguno de ellos. Tú has estado bajo mucha presión esto hace que el terrible acontecimiento sea mucho peor. - ¡Basta ya! - grité atrás de él - Tú lo estás haciendo como siempre. Tu eres siempre tan razonable, no importa como sean de horribles las cosas. ¿Qué te pasó cuando querías matar a Víctor en la prisión, eh? ¿Por qué eso estaba bien, pero esto no? - Como es una exageración. Tú sabes cómo era. Pero esto… esto es algo diferente. Ahí te equivocas, algo contigo no está bien ahora mismo. - No, hay algo diferente conmigo. Yo lo evaluaba, esperando que mis palabras lo distraigan. Si yo fuera bastante rápida, tal vez solamente tal vez, yo pudiera pasarlo. - Soy la única que quiere hacer algo por aquí, y si esto está mal, lo siento. ¡tú sigues queriendo que sea alguna buena persona, imposible, pero no lo soy! No soy un santo como tú. - Ninguno de nosotros es un santo - dijo él secamente - Créeme, yo no. Hice mi movimiento, salte hacia fuera y empujando lejos de él. Pero no me aleje mucho. No sé cómo me agarro otra vez a dos pies de la cama y me sujetó, esta vez usando de lleno el de su cuerpo para mantenerme inmovilizada. De algún modo, yo sabía que debería haber comprendido que esto era un plan de fuga imposible, pero yo no podía pensar directamente. - ¡Déjame ir! - grité por la centésima vez en esta noche, tratando de liberar mis manos. - No - él dijo, la voz con fuerza y casi desesperada - No antes de que tú te 278
escapes de esto. ¡Esta no eres tu! Habían gruesas y calientes lágrimas en mis ojos. - ¡Déjame ir! - No. ¡No eres tú! No eres tú - había agonía en su voz. - ¡Tu te equivocas! Es… Maris_Glz Mis palabras de pronto fueron desechadas. No eres tú. Esto era la mismo que yo había le dicho a Lissa cuando la miré, aterrorizada, cuando ella usó su magia para torturar a Jesse. Yo había estado de pie allí, incapaz de creer lo que ella hacía. Ella no había comprendido que ella había perdido el control y estuvo a punto de convertirse en un monstruo. Y ahora, examinando los ojos de Dimitri, mirando su pánico y amor, comprendí que esto me pasaba a mí. Yo era igual como ella había estado, tan absorta, tan cegada por las emociones irracionales que aún no reconocí mis propias acciones. Era como si yo estaba siendo controlado por algo más. Traté de rechazarlo, quitarme los sentimientos que se queman dentro de mí. Ellos eran demasiado fuertes. Yo no podía hacerlo. Yo no podía dejarles ir. Ellos me consumían completamente, tal como ellos habían hecho a Anna y Sra. Karp. - Rose - dijo Dimitri. Esto era sólo mi nombre, pero estaba lleno de poder. Dimitri tenía una fe absoluta mí, la fe en mi propia fortaleza y bondad. Y él tenía también esa fortaleza, una fortaleza que yo podría ver que él no tenía miedo de prestarse si yo lo necesitara. podía sentir algo sobre mí resintiéndose a Lissa, pero ella estaba completamente cerca de Dimitri. Lo que nosotros teníamos era amor. Nos parecimos dos mitades de un todo, siempre listo para apoyar al otro. Ninguno de nosotros era perfecto, pero esto no importa. Junto a él, yo podría vencer esta rabia que me llenaba. Él pensó que yo era más fuerte que ello. Y yo lo era. Despacio, lentamente, sentí que la oscuridad se desvanecía. Dejé de luchar. Mi cuerpo tembló, pero no era por la furia. Esto era por el miedo. Dimitri inmediatamente reconoció el cambio y me liberó de su apresamiento. - Oh mi Dios - le dije, con la voz temblorosa. Su mano tocó un lado de mi cara, la luz de dedos sobre mi mejilla. - Rose - él respiró - ¿Estas bien? 279
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Habían gruesas y calientes lágrimas en mis ojos.<br />
- ¡Déjame ir!<br />
- No. ¡No eres tú! No eres tú - había agonía en su voz.<br />
- ¡Tu te equivocas! Es…<br />
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Mis palabras de pronto fueron desechadas. No eres tú. Esto era la mismo que yo<br />
había le dicho a Lissa cuando la miré, aterrorizada, cuando ella usó su magia<br />
para torturar a Jesse. Yo había estado de pie allí, incapaz de creer lo que ella<br />
hacía. Ella no había comprendido que ella había perdido el control y estuvo a<br />
punto de convertirse en un monstruo. Y ahora, examinando los ojos de Dimitri,<br />
mirando su pánico y amor, comprendí que esto me pasaba a mí. Yo era igual como<br />
ella había estado, tan absorta, tan cegada por las emociones irracionales que<br />
aún no reconocí mis propias acciones.<br />
Era como si yo estaba siendo controlado por algo más. Traté de rechazarlo,<br />
quitarme los sentimientos que se queman dentro de mí. Ellos eran demasiado<br />
fuertes. Yo no podía hacerlo. Yo no podía dejarles ir. Ellos me consumían<br />
completamente, tal como ellos habían hecho a Anna y Sra. Karp.<br />
- Rose - dijo Dimitri.<br />
Esto era sólo mi nombre, pero estaba lleno de poder. Dimitri tenía una fe<br />
absoluta mí, la fe en mi propia fortaleza y bondad. Y él tenía también esa<br />
fortaleza, una fortaleza que yo podría ver que él no tenía miedo de prestarse si<br />
yo lo necesitara. podía sentir algo sobre mí resintiéndose a Lissa, pero ella<br />
estaba completamente cerca de Dimitri. Lo que nosotros teníamos era amor. Nos<br />
parecimos dos mitades de un todo, siempre listo para apoyar al otro. Ninguno de<br />
nosotros era perfecto, pero esto no importa. Junto a él, yo podría vencer esta<br />
rabia que me llenaba. Él pensó que yo era más fuerte que ello. Y yo lo era.<br />
Despacio, lentamente, sentí que la oscuridad se desvanecía. Dejé de luchar. Mi<br />
cuerpo tembló, pero no era por la furia. Esto era por el miedo. Dimitri<br />
inmediatamente reconoció el cambio y me liberó de su apresamiento.<br />
- Oh mi Dios - le dije, con la voz temblorosa.<br />
Su mano tocó un lado de mi cara, la luz de dedos sobre mi mejilla.<br />
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