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Capítulo 21
Maris_Glz
Me costaba esperar para que mi día terminara. Le había prometido a Lissa, que
iba a salir con ella y con los otros después de la escuela. Esto debería haber sido
pura diversión pero los minutos pasaron. Estaba demasiada agitada. Cuando el
toque de queda, vino, me separé de ellos y volví corriendo a mi dormitorio. Le
pregunte a la mujer del escritorio que estaba delante si ella podía llamar al
cuarto de Dimitri fuera del limite para los estudiantes. Porque tenía una
pregunta urgente para él. Acababa de agarrar el teléfono cuando Celeste paso
por ahí.
- No está - me dijo, tenia una magulladura grande sobre un lado de su cara.
Algún principiante la había vencido. Algún principiante que no era yo - Pienso que
él iba a la capilla. Tendrá que verlo mañana. No puede ir allí y regresar antes
del toque de queda.
Cabecee dócilmente y actúe como si me dirigía al ala de estudiantes. En cuanto
estaba fuera de vista, me dirigí atrás otra vez y corrí a la capilla. Tuvo razón. No
iba a obedecer el toque de queda, pero con la esperanza de que Dimitri podría
asegurarse que regrese sin meterme en problemas.
Las puertas de la capilla estaban abiertas cuando llegué. Anduve y vi todas las
velas encendida, haciendo que brillen todos los ornamentos de oro en el cuarto.
El sacerdote todavía debe de estar trabajando. Pero cuando di un paso dentro
del santuario, no estaba allí. Dimitri estaba ahí sin embargo, sentado en el
último banco de la iglesia. No rezaba o no se arrodillaba o nada. Solamente se
sentó allí, mirando bastante relajado, aunque no era un miembro practicante de
la iglesia.
Me había dicho que a menudo encontraba la paz allí. Le da la posibilidad para
pensar en su vida y los actos que había hecho. Siempre pensé que se miraba
bien, pero en este mismo momento, algo sobre él casi me hizo quedarme ahí
parada. Tal vez era debido al fondo, todos los iconos pulidos de madera y vistosos
de santos. Tal vez era solamente el modo que la luz de la vela brilló sobre su
pelo negro. Tal vez era solamente porque se mira indefenso, casi vulnerable.
Normalmente era tan seguro, tan sobre el borde…… pero aún necesitó el
momento ocasional descanso igual que los demás. Pareció brillar en mis ojos, de
la forma en que Lissa siempre hacia. Regresó devuelta a la normalidad cuando
me oyó entrar.
- ¿Rose esta todo bien?
Comenzó a ponerse en pie, le hice señas abajo mientras yo me deslizaba a su
lado. El débil olor de incienso se expandió en el aire.
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