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Maris_Glz
Alberta tambien se dio cuenta de que no me estaba moviendo. Ella miro hacia
arriba desde su carpeta con disgusto, buscándome entre la multitud.
- ¿Rose Hathaway?
Alguien me codeo, como si no pudiera reconocer mi propio nombre. Tragándome
mi incredulidad, me pare y baje los escalones como un robot. Esto era un error.
Tenia que haber un error. Me dirigí hacia el guardián Chase, sintiéndome como
una marioneta que alguien más estaba controlando. El me entregó mi paquete y
una estaca de practica hecha para matar a los guardianes adultos, entonces me
quite del camino de la siguiente persona.
Incrédula, leí las palabras en la cubierta del paquete tres veces. Christian
Ozera. Abriéndolo, vi su vida escrita para mi. Una foto actual. Su árbol familiar.
Su biografía. Hasta tenia detalles sobre la trágica historia de sus padres, como
escogieron convertirse en Strigoi y asesinaron varias personas antes de ser
fnalmente cazados y asesinados.
Nuestras ordenes en este punto habian sido leer nuestros informes, empacar una
maleta, y entonces encontrarnos con nuestros moroi en el almuerzo. Mientras
mas nombres eran llamados, muchos de mis compañeros de clase permanecían en
el gimnasio, hablando con sus amigos y mostrándoles sus paquetes. Yo me quede
cerca de un grupo, discretamente esperando por una oportunidad para hablar
con Alberta y Dimitri.
Era una señal de mi nueva, y aún en desarrollo paciencia, el hecho de que no
hubiera caminado directamente hacia ellos y exigir respuestas. Créanme, lo
queria hacer. En lugar de eso, los deje terminar su lista, pero se sintió como una
eternidad. Honestamente, ¿cuanto tiempo podia tomarles leer un montón de
nombres?
Cuando el último novato recibió su paquete, Stan dijo que era hora de partir
hacia la siguiente etapa de nuestra asignación. Camine entre la multitud y me
acerque a Dimitri y Alberta, quienes milagrosamente estaban juntos en ese
momento. Cuando me miraron, levanté mi paquete y lo señalé.
- ¿Que es esto?
La cara de Alberta se veía confundida, algo en Dimitri me decía que el estaba
esperando esto.
- Es su asignación, Señorita Hattaway - dijo Alberta.
- No - dije entre mis dientes apretados - No es, esta es la asignación de alguien
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