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secuestradores. Una vez que Christian se sentó, era mi turno.
Maris_Glz
Me acerqué, esperando mirarme tranquila delante de todos aquellos ojos y
delante de Victor. De hecho, seguí mi camino sin mirarlo en absoluto. Cuando dije
mi nombre y di mi juramento para decir la verdad, de repente sentí el peso
Dimitri debe haber experimentado.
Yo estaba de pie frente a todas estas personas, jurando que yo sería honesta,
pero yo mentiría en un instante sobre lo que paso con el encanto de lujuria Mi
versión era bastante franca. Yo tenía detalles que ofrecer de la noche del
secuestro y como Victor había puesto sus trampas enfermas para probar el
poder de Lissa.
De una manera, mi historia se parecía a la de Dimitri y los otros guardianes. Yo
había dicho antes que yo podría mentir muy bien, y suavice sobre el encanto de
ataque, los separe con tal facilidad que nadie prestó atención a ninguno. Excepto
Victor.
A pesar de que me negaba a mirarlo, sin querer eché un vistazo en su dirección
cuando mencioné el encanto. Sus ojos aburridos en mí, y una pequeña sonrisa de
satisfacción se dibujaba sobre sus labios. Su satisfacción, era porque él sabía
que yo mentía. Era también porque él en realidad sabía lo que paso exactamente
La verdad y la mirada que él me dio me dijo que él tenía aquel poder sobre mí y
Dimitri, el poder de arruinarnos delante de toda esta gente cueste lo que cueste
aunque Dimitri lo había amenazado.
Todo el tiempo, mantuve mi cara bastante tranquila para hacer que Dimitri se
sintiera orgulloso de mí, pero dentro de mi pecho, mi corazón latía muy fuerte.
Parecía que era eternidad, pero yo sabía que sólo debía soportar durante unos
minutos más. Terminé, respirando con el alivio de que Victor no me había llamado,
y luego era el turno de Lissa.
Como era la víctima, ella ofreció la primera nueva perspectiva hasta ahora, y
cada uno de los presentes se puso al corriente en su historia. Era convincente; y
nadie alguna vez había oído nada parecido. También comprendí que, Lissa trataría
de arreglárselas sin ayuda de su carisma inducido por el espíritu. Pensé que esto
vino de la misma coacción. La gente fue capturada y conmovida.
Cuando Lissa describió la tortura de Victor, como la había forzado a curarlo, yo
vi caras ponerse pálidas con el shock. Incluso la máscara severa de Tatiana vaciló
un poco, aunque si ella sintiera compasión o simplemente sorpresa, yo no sabría
decirlo. Pero cuando ella habló, describiendo exactamente como el cómplice de
Victor la había torturado, ella volvió a vivir el dolor y el terror de aquella noche.
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