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Maris_Glz
si, yo regresé... pero eso fue una situación diferente.
Claramente, yo me había imaginado todo esto. Eso era. Eso tenía que ser. Yo
estaba demasiado cansada y aún recordando lo de Lissa y Christian, eso sin
mencionar las noticias sobre Victor Dashkov.
Probablemente el frío habia congelado una parte de mi cerebro. Si, entre más
pensaba en eso, tenía más sentido. Hay más de cien explicaciones para lo que
habia acabado de pasar.
Aún asi, sin importar que tan seguido me dijera eso a mi misma, no podía
volverme a dormir. Me quede en mi cama, con las cobijas hasta mi mentón
mientras trataba de borrar esa imagen que me perseguía en mi cabeza. No
podía. Todo lo que podía ver eran esos ojos tristes, esos ojos que parecían decir,
¿Rose, por qué dejaste que me pasara esto? Apreté mis ojos, tratando de no
pensar en él.
Desde el funeral de Mason, he estado tratando de actuar como si fuera fuerte.
Pero la verdad era, que no estaba para nada cerca de superar su muerte. Me
torturaba a mi misma todos los dias pensando en lo que hubiera podido hacer.
¿Qué hubiera pasado si hubiera sido más rápida y fuerte durante el ataque del
Strigoi? ¿Qué hubiera pasado si no le hubiera dicho donde estaban los Strigoi en
primer lugar? ¿Y qué si tan solo yo hubiera sido capaz de quererlo como el me
quería a mi? Cualquiera de las anteriores lo hubieran mantenido vivo, pero
ninguna de ellas habia pasado. Y todo era mi culpa.
- Me lo imagine - Susurré en voz alta en la oscuridad de mi habitación. Tenía que
haberlo imaginado. Mason ya me perseguía en mis sueños. No necesitaba verlo
mientras estaba despierta también - No era el.
No podía haber sido el, porque la única forma en la que podía ser verdad era
si... Bueno, eso era algo en lo que no quería pensar. Porque mientras que creía en
vampiros y magia y poderes psíquicos, de verdad no creía en fantasmas.
Al parecer tampoco creía en dormir, porque no logre conseguir hacerlo en toda
la noche. Me movía y me volteaba, incapaz de tranquilizar mi mente.
Eventualmente me dormí, pero mi alarma sonó antes de que pudiera dormir más
que unos cuantos minutos.
Entre los humanos, la luz del día tiende a espantar las pesadillas y el miedo. Yo
no tenía esa luz; Me desperté en la oscuridad que aumentaba. Pero estar afuera
con gente viva y real tenía casi el mismo efecto, y mientras iba a desayunar y a
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