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18.04.2013 Views

Capítulo 12 Maris_Glz Si ustedes me hubieran preguntado hace seis meses, yo habría dicho que no había ningún modo de estar feliz de salir corriendo hacia Mia Rinaldi en la Corte Real. Ella era un año más joven que yo y había guardado un rencor contra Lissa desde el rencor tan grande que Mia había ido a grandes extremos para hacernos la vida miserable a nosotras. Ella había hecho un buen trabajo. Jesse y Ralf hacían correr rumores sobre mí y sus esfuerzos habían dado resultado. Pero entonces Mia había ido con nosotros a Spokane y había sido capturada por el Strigoi. Y, al igual que Christian y Eddie, habían cambiado en todo. Ella había visto los mismos horrores que el resto de nosotros. De hecho, ella era la única de mis amigos que había sido testigo de la muerte de Mason y cuando asesine al Strigoi. Ella aún había salvado mi vida cuando uso su poder de la magia de agua para ahogar a uno de los Strigoi. En el argumento sobre si realmente los Moroi deberían aprender a luchar junto la los guardianes, ella estaba frmemente sobre el lado bélico. Yo siempre pensaba que Mia se parecía a una muñeca. Ella era muy baja en comparación a la mayor parte de jóvenes Moroi. El hecho que ella siempre lucia su pelo con rizos perfectos gracias que les dedicaba mucho tiempo. Yo mantenía esa imagen de ella. Pero hoy, ella no había tenido tantos problemas con sus rizos . Su pelo rubio de oro fue tirado en una cola de caballo, su único rizo era de una leve y natural ondulación. Ella no llevaba ningún maquillaje, y su rostro mostraba los signos de haber estado mucho tiempo expuesta al aire libre. Su piel se miraba agrietada por el viento, y ella tenía, un bronceado muy débil como para ser un Moroi, por la aversión que tenían a la luz del sol. Por primera vez, ella en realidad lucia de su edad. Ella se rió de mi conmoción. - Vamos, no ha sido tanto tiempo, tu pareces que aún no me reconoces. - Por poco no lo hago. Nos abrazamos, y otra vez, era difícil de creer que ella una vez intento arruinar mi vida. O que yo había roto su nariz. - ¿Qué hacen aquí? Ella nos llevo hacia fuera. - Nosotros debíamos marcharnos. Te lo explicaré todo. 134

Maris_Glz Fuimos a un edifcio vecino. No se parecía a un centro comercial o algo, pero tenía algunos negocios en donde el Moroi pueda trabajar y visitar, había lo necesario, restaurantes, algunas pequeñas tiendas, y las ofcinas que ofrecían todo lo tipo de servicios. Había también una cafetería, y era a donde Mia nos condujo. La cafetería parecía una cosa normal, pero raras veces conseguíamos reunirnos en un lugar público o semipúblico con amigos, sin preocuparse de la escuela… era genial. Esto me recordó cuando Lissa y yo habíamos estado por nuestra cuenta, cuando nuestras vidas enteras no estaban incluidas dentro de una escuela y sus reglas. - Mi papá trabaja aquí ahora - ella nos dijo - Y ahora vivo aquí. Niños Moroi raras veces vivían con sus padres. Ellos eran enviados a sitios como San Vladimir, donde ellos podrían crecer seguramente. - ¿Y en cuanto a escuela? - pregunté. - No hay muchos niños aquí. La mayor parte de ellos son ricos y tienen tutores personales. Mi papá movió algunas infuencias lo arreglo de modo que yo pueda asistir a los diferentes temas. Entonces todavía estudio las mismas cosas, solamente de un modo diferente. Es en realidad esta bastante bien. Menos tiempo con profesores, pero más tarea. - Tú has estado haciendo más que eso - dijo Eddie - A no ser que sus clases sean fuera. Él había notado las mismas cosas que yo y tenía, haber visto sus manos como cuando sostuvieron su latte, yo ahora podía ver callos. Ella meneó sus dedos. - Hice amistad con algunos guardianes de aquí. Ellos han estado mostrándome unas cosas. - Eso es arriesgado- dijo Christian, aunque él sonara como si él lo aprobara- Ya que hay todavía un debate sobre la lucha del Moroi. - Tú hablas de el Moroi que lucha con la magia - corrigió ella - Esto es controversial. Nadie realmente hablo Sobre la lucha de el Moroi, mano a mano. - Bien – dije - Solamente han sido ensombrecidos por la controversia de la mágica. 135

Capítulo 12<br />

Maris_Glz<br />

Si ustedes me hubieran preguntado hace seis meses, yo habría dicho que no<br />

había ningún modo de estar feliz de salir corriendo hacia Mia Rinaldi en la Corte<br />

Real.<br />

Ella era un año más joven que yo y había guardado un rencor contra Lissa desde<br />

el rencor tan grande que Mia había ido a grandes extremos para hacernos la<br />

vida miserable a nosotras. Ella había hecho un buen trabajo. Jesse y Ralf hacían<br />

correr rumores sobre mí y sus esfuerzos habían dado resultado.<br />

Pero entonces Mia había ido con nosotros a Spokane y había sido capturada por<br />

el Strigoi. Y, al igual que Christian y Eddie, habían cambiado en todo. Ella había<br />

visto los mismos horrores que el resto de nosotros.<br />

De hecho, ella era la única de mis amigos que había sido testigo de la muerte de<br />

Mason y cuando asesine al Strigoi. Ella aún había salvado mi vida cuando uso su<br />

poder de la magia de agua para ahogar a uno de los Strigoi. En el argumento<br />

sobre si realmente los Moroi deberían aprender a luchar junto la los guardianes,<br />

ella estaba frmemente sobre el lado bélico.<br />

Yo siempre pensaba que Mia se parecía a una muñeca. Ella era muy baja en<br />

comparación a la mayor parte de jóvenes Moroi. El hecho que ella siempre lucia<br />

su pelo con rizos perfectos gracias que les dedicaba mucho tiempo. Yo mantenía<br />

esa imagen de ella. Pero hoy, ella no había tenido tantos problemas con sus<br />

rizos . Su pelo rubio de oro fue tirado en una cola de caballo, su único rizo era<br />

de una leve y natural ondulación. Ella no llevaba ningún maquillaje, y su rostro<br />

mostraba los signos de haber estado mucho tiempo expuesta al aire libre. Su piel<br />

se miraba agrietada por el viento, y ella tenía, un bronceado muy débil como<br />

para ser un Moroi, por la aversión que tenían a la luz del sol.<br />

Por primera vez, ella en realidad lucia de su edad. Ella se rió de mi conmoción.<br />

- Vamos, no ha sido tanto tiempo, tu pareces que aún no me reconoces.<br />

- Por poco no lo hago.<br />

Nos abrazamos, y otra vez, era difícil de creer que ella una vez intento arruinar<br />

mi vida. O que yo había roto su nariz.<br />

- ¿Qué hacen aquí?<br />

Ella nos llevo hacia fuera.<br />

- Nosotros debíamos marcharnos. Te lo explicaré todo.<br />

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