18.04.2013 Views

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

conoció Isab<strong>el</strong> a su padre, después de que su madre llevara ya<br />

tres años de luto p<strong>en</strong>sando que estaba muerto mi<strong>en</strong>tras él trabajaba<br />

<strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes sitios como prisionero, también <strong>en</strong> la carretera<br />

de Vidángoz. Isab<strong>el</strong> y José, hija y sobrino de José<br />

Castillo, recuerdan así, emocionados, los problemas de salud<br />

que tuvo tras la vu<strong>el</strong>ta:<br />

–Isab<strong>el</strong>: V<strong>en</strong>ía muy estropeadito, ¡y lo mal que estuvo después!,<br />

después estuvo muy mal. Le salían muchos ecesos, como ecesos<br />

de pus. En la espalda, <strong>en</strong> <strong>el</strong> pecho.<br />

–José: Cobrándole <strong>el</strong> cuerpo lo que había pasado..., al ver la familia...<br />

¡es que soy capaz de llorar! Al ver la familia y ver lo que<br />

había pasado, y no sabía su familia lo que él había pasao, lo que<br />

estaba pasando, pues lo que le hizo <strong>el</strong> cuerpo...<br />

–Isab<strong>el</strong>: Nada más lo que él había pasado... todo eso salió a flote.<br />

El dolor de no haber podido conocer, de no haber sido conocido<br />

por sus hijos mi<strong>en</strong>tras iban creci<strong>en</strong>do también lo sintieron<br />

otros prisioneros, como José María Dap<strong>en</strong>a, que r<strong>el</strong>ata<br />

así su <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro con su hija: «cuando vi la hija, v<strong>en</strong>ía por ahí,<br />

por esos prados, caminando, pequeñita, t<strong>en</strong>ía 5 o 6 años... no<br />

quiero recordar». Hacía seis años que José María había salido<br />

con sus hermanos camino al <strong>Pirineo</strong> catalán, a trabajar como<br />

cantero. Manu<strong>el</strong> Pérez Hinojosa, por su parte, tampoco olvida<br />

aqu<strong>el</strong> dolor. En conversación t<strong>el</strong>efónica nos dijo que estaba<br />

ya muy mayor y que no merecía la p<strong>en</strong>a hacerle una <strong>en</strong>trevista<br />

sobre su estancia <strong>en</strong> Igal, pero meses antes sí habló con una<br />

periodista granadina, Mercedes Navarrete, que escribió esto<br />

<strong>en</strong> El Ideal de Granada: «Cuando volvió a su pueblo, después<br />

de la tortura de la guerra y los batallones de tra<strong>bajo</strong>, sus dos<br />

primeros hijos no le reconocieron. Asegura que nadie podrá<br />

comp<strong>en</strong>sarle nunca por la mirada asustada de sus niños al<br />

verle <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> casa escuálido y vestido de militar». 325<br />

A partir de ese mom<strong>en</strong>to se iniciaba una nueva vida. Algunos<br />

volvieron a casa a mediados de 1940, pero muchos otros,<br />

después de pasar unas semanas <strong>en</strong> casa, fueron de nuevo llamados<br />

a filas e ingresados <strong>en</strong> Batallones Disciplinarios de<br />

Soldados Trabajadores hasta diciembre de 1942, y luego otro<br />

año de mili. Guerra, campos de conc<strong>en</strong>tración, batallones,<br />

mili... siete u ocho años lejos de casa. Rufino Orozco lo ti<strong>en</strong>e<br />

claro: «¡A nosotros nos estropeó toda la juv<strong>en</strong>tud!», y también<br />

325. El Ideal, Granada, 19 de agosto de 2003.<br />

361

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!