18.04.2013 Views

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Desde una actitud claram<strong>en</strong>te antifranquista también <strong>en</strong><br />

casa de Pedro Beaumont, <strong>en</strong> Esparza de Salazar, se preocuparon<br />

de ayudar a estos esclavos <strong>d<strong>el</strong></strong> <strong>franquismo</strong> cuando iban a<br />

comprar patatas para <strong>el</strong> batallón acompañados por algunos<br />

militares: «El padre y la madre, basta que, supieran quiénes<br />

eran y cómo estaban, les daban a cada uno un bocadillo de tocino,<br />

porque otra cosa no les podían dar, y t<strong>en</strong>ían que aceptar,<br />

porque se lo dábamos nosotros». De todos modos, muchas<br />

otras veces la ayuda se efectuaba de manera escondida. En <strong>el</strong><br />

mismo pueblo, <strong>en</strong> Esparza de Salazar, <strong>el</strong> padre de Julia Esarte,<br />

zapatero, <strong>en</strong>tró <strong>en</strong> contacto con algunos prisioneros a los que<br />

durante la noche proporcionaba algo de tra<strong>bajo</strong> r<strong>el</strong>acionado<br />

con <strong>el</strong> calzado. Pues bi<strong>en</strong>, nadie <strong>en</strong> <strong>el</strong> pueblo supo esto hasta<br />

hace un par de años, cuando <strong>en</strong> una confer<strong>en</strong>cia que dimos <strong>en</strong><br />

Burgui sobre <strong>el</strong> tema lo com<strong>en</strong>tó <strong>en</strong> público. No lo había dicho<br />

nunca, porque una vez oyó a una mujer que le advertía a su<br />

madre de que si eso se hacía público les raparían <strong>el</strong> p<strong>el</strong>o a<br />

<strong>el</strong>las. La necesidad de que la ayuda fuera realizada a escondidas<br />

también es recordada por Petri Zapatero, viuda de Manolo<br />

Santamarina, y su hija B<strong>el</strong>én. «Había g<strong>en</strong>te bu<strong>en</strong>a que les ayudaba,<br />

pero había mucho miedo», dice Petri, y remarca B<strong>el</strong>én:<br />

«les dejaban algo a veces escondido <strong>en</strong> las esquinas de las cunetas,<br />

pero no sabían quién». B<strong>el</strong>én, además, recuerda otra<br />

anécdota contada por su padre que deja bi<strong>en</strong> claro <strong>el</strong> miedo<br />

que podía infundir la ayuda a los prisioneros: «estaban todos<br />

formados <strong>en</strong> la plaza <strong>d<strong>el</strong></strong> pueblo, hacía un sol de justicia, y una<br />

señora, una alma caritativa, pues le debió de decir a alguno, no<br />

sé si a mi padre o a alguno que estaba al lao de mi padre, que si<br />

por favor le podía dar agua, y fue a darle agua, y <strong>en</strong>tonces vino<br />

uno de estos fachas, le tiró <strong>el</strong> cacharro al su<strong>el</strong>o, y le dijo que al<br />

<strong>en</strong>emigo no se le daba ni agua».<br />

También de manera clandestina empezó a colaborar Áng<strong>el</strong><br />

Galán Brum con algunos de los prisioneros, antiguos compañeros<br />

suyos <strong>en</strong> <strong>el</strong> Batallón de Trabajadores 18. Áng<strong>el</strong> había llegado<br />

a Garde, liberado <strong>d<strong>el</strong></strong> batallón, <strong>en</strong> junio de 1940, y su hijo<br />

nos narra así <strong>el</strong> comi<strong>en</strong>zo de esa colaboración: «Lo primero que<br />

hace es buscar tra<strong>bajo</strong>. En ese mom<strong>en</strong>to se está construy<strong>en</strong>do<br />

la fábrica, al actual fábrica Enaquesa, de quesos, que <strong>en</strong>tonces<br />

se construyó como un aserradero <strong>d<strong>el</strong></strong> Irati, de la empresa <strong>el</strong> Iratí.<br />

En esa época, cuando están trabajando <strong>en</strong> <strong>el</strong> Irati, empezó a<br />

verse que hay g<strong>en</strong>te <strong>en</strong> <strong>el</strong> otro lado <strong>d<strong>el</strong></strong> río, que baja <strong>d<strong>el</strong></strong> barranco<br />

de Vidángoz, a veces acudía a lavarse... y se <strong>en</strong>tera de<br />

que hay un batallón de prisioneros, igual que <strong>el</strong> que había es-<br />

302

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!