18.04.2013 Views

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

¡Aquéllos seguram<strong>en</strong>te que no t<strong>en</strong>drían piojos!». Lo que no<br />

sabía María, sin embargo, era que más de una vez los prisioneros<br />

eran obligados a bañarse a pesar <strong>d<strong>el</strong></strong> frío que estaban pasando,<br />

como com<strong>en</strong>taba Andrés Millán.<br />

Estos batallones de tra<strong>bajo</strong>s forzados, por lo tanto, supusieron<br />

también un problema sanitario no sólo para los prisioneros<br />

sino también para la población local, y <strong>el</strong> recuerdo de<br />

los piojos y la sarna aparece <strong>en</strong>seguida que hablamos de esta<br />

época. Ahora bi<strong>en</strong>, junto a este recuerdo, Tere Hualde nos remarca<br />

también que <strong>en</strong>tre los prisioneros había todo tipo de<br />

profesiones, como médicos y practicantes. En su casa siempre<br />

se acordarán de que uno de esos médicos prisioneros salvó la<br />

vida a su madre, que se estaba desangrando <strong>en</strong> un parto, y que<br />

otro de <strong>el</strong>los, practicante, le curó unas quemaduras a una hermana<br />

suya.<br />

Estamos hablando de falta de higi<strong>en</strong>e, y sobre todo estamos<br />

hablando <strong>d<strong>el</strong></strong> hambre como una de las constantes de la<br />

vida de los prisioneros, y ya hemos explicado que más de una<br />

vez la solución al hambre la buscaron los prisioneros <strong>en</strong> huertas<br />

o incluso <strong>en</strong> casas de la población local, a pesar de los<br />

riesgos que corrían con esas escapadas. Uno de los integrantes<br />

<strong>d<strong>el</strong></strong> BDST 38, Francisco Alonso, ti<strong>en</strong>e claro que eso no era<br />

robar: «<strong>el</strong> que no t<strong>en</strong>ía lo cogía donde lo <strong>en</strong>contraba. Yo no le<br />

llamo robar, porque cuando uno ti<strong>en</strong>e hambre pues ti<strong>en</strong>e que<br />

coger para comer, ti<strong>en</strong>e derecho a hacerlo». Francisco, al estar<br />

con su batallón <strong>en</strong> <strong>el</strong> mismo Vidángoz, es uno de los que más<br />

claram<strong>en</strong>te nos describe esta manera de solucionar <strong>el</strong> hambre:<br />

«había una berzas y si salía un repollito, los prisioneros<br />

iban y se lo comían; y las mujeres, al p<strong>el</strong>ar patatas, tiraban las<br />

p<strong>el</strong>aduras y otros las lavaban bi<strong>en</strong>, las asaban y se las comían,<br />

¡era mucho <strong>el</strong> hambre que se pasaba allí!». Una vez incluso<br />

llegaron a subir a un balcón para ag<strong>en</strong>ciarse un poco de comida:<br />

«Había una fu<strong>en</strong>te y cerca una casa, de dos pisos, con una<br />

v<strong>en</strong>tana y un verja; <strong>en</strong> la verja se veía una fu<strong>en</strong>te y dos fueron<br />

a ver qué había, ¡arroz con leche ti<strong>en</strong>e la fu<strong>en</strong>te!, y como allí la<br />

cuchara siempre se llevaba <strong>en</strong> <strong>el</strong> bolsillo, ¡se comieron la fu<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong>tera! Y cosas así veías muchas allí». Todo se <strong>en</strong>t<strong>en</strong>día y<br />

se veía bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre los integrantes <strong>d<strong>el</strong></strong> batallón, aunque matiza:<br />

«a veces hacían cosas feas que no gustaban a nadie».<br />

No sólo <strong>en</strong> las casas, también <strong>en</strong> una de las ti<strong>en</strong>das <strong>d<strong>el</strong></strong><br />

pueblo pudieron algunos prisioneros conseguir un poco de<br />

dinero, según nos explica Mari<strong>el</strong>i, hija de Antonio Martínez:<br />

294

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!