18.04.2013 Views

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>d<strong>el</strong></strong> BDST 38, <strong>en</strong> Roncal y Vidángoz. De todos modos, la visita<br />

fem<strong>en</strong>ina que más eco dejó fue la de Cefi, la novia de un prisionero<br />

que desde Bilbao llegó a Vidángoz «con su maleta y<br />

sus tacones», nos com<strong>en</strong>ta Teodora Iriarte, haciéndose pasar<br />

por su esposa, para estar cerca de su novio, Manu<strong>el</strong> Bilbao.<br />

No es fácil imaginarse <strong>el</strong> valor de esta jov<strong>en</strong> de 23 años para<br />

abandonar su ciudad y llegar a un pueblo desconocido. Teodora<br />

Iriarte nos cu<strong>en</strong>ta que Cefi fue bi<strong>en</strong> acogida <strong>en</strong> Casa Casero,<br />

y allí pasó varios meses convivi<strong>en</strong>do con la familia.<br />

Incluso llegó a casarse con Manu<strong>el</strong> <strong>en</strong> <strong>el</strong> mismo Vidángoz. 280<br />

4.2.3. «Nos comían las patatas de los cerdos»<br />

El hambre fue seguram<strong>en</strong>te <strong>el</strong> principal motivo que llevó<br />

a muchos prisioneros a buscar <strong>el</strong> contacto con la población local.<br />

Fue seguram<strong>en</strong>te uno de los aspectos de la vida de los<br />

prisioneros que más impresionó a los hombres y mujeres <strong>d<strong>el</strong></strong><br />

<strong>Pirineo</strong>. El mom<strong>en</strong>to de la comida o <strong>d<strong>el</strong></strong> desayuno era, tanto<br />

<strong>en</strong> Vidángoz como <strong>en</strong> Igal, (antes de trasladarse <strong>el</strong> BDST 6 a<br />

los barracones alejados <strong>d<strong>el</strong></strong> pueblo), un mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> <strong>el</strong> que<br />

los prisioneros estaban a la vista de la población. En Vidángoz<br />

varios son los que se acuerdan de cómo formaban <strong>en</strong> la plaza<br />

e iban pasando uno a uno a recoger su ración. Pedro Ornat,<br />

cuya casa está <strong>en</strong> la misma plaza, recuerda cómo luego se repartían<br />

por la plaza para comer de pie, s<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o, o<br />

refugiados <strong>bajo</strong> <strong>el</strong> alero de su casa <strong>en</strong> los días de lluvia. También<br />

María Jaúregui se acuerda <strong>en</strong> Igal de verlos formar para <strong>el</strong><br />

desayuno: «Yo los oía cuando tocaban para desayunar, se reunían<br />

allá <strong>en</strong> una era, tocaban ese cornetín... y ¡ala, todos corri<strong>en</strong>do<br />

con <strong>el</strong> plato a coger <strong>el</strong> desayuno! Salían de todos los<br />

lados y se juntaban <strong>en</strong> una era, al par de Casa Iriarte, que ahora<br />

está todo de matas y árboles, pues allá, allá se oía todo... Se<br />

ponían <strong>en</strong> fila todos».<br />

Sobre <strong>el</strong> cont<strong>en</strong>ido de estas comidas contamos con <strong>el</strong> testimonio<br />

de Teodora Iriarte, <strong>en</strong> cuya casa se colocaron de manera<br />

provisional las cocinas de Vidángoz: «yo lo que vi que les<br />

daban aquí no era de sustancia, de alim<strong>en</strong>to nada... El desayuno,<br />

con unas tabletas, de chocolate, no me acuerdo exactam<strong>en</strong>te<br />

cuántas, pero me parece que eran 7 o 8 las que echaban, y<br />

<strong>en</strong> un caldero grande ¡con tanta agua! ¡pues aqu<strong>el</strong>lo sería un<br />

280. El acta matrimonial se conserva <strong>en</strong> <strong>el</strong> Registro Civil de Vidángoz, con fecha de dos de<br />

<strong>en</strong>ero de 1941.<br />

291

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!