18.04.2013 Views

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

lógica la r<strong>el</strong>ación <strong>en</strong>tre la población civil y los prisioneros fue<br />

bastante difer<strong>en</strong>te. Isaac Ar<strong>en</strong>al, por ejemplo, recuerda que<br />

<strong>en</strong> Altsatsu la acogida fue maravillosa. En este caso, la actitud<br />

hacia los prisioneros es parecida a la que narran Llarch <strong>en</strong> <strong>el</strong><br />

caso de Bilbao, Gracia Alonso <strong>en</strong> <strong>el</strong> de Ampuries, o Massana<br />

respecto a la zona minera vizcaína. 277 En <strong>el</strong> caso de Pl<strong>en</strong>tzia<br />

(Bizkaia), Germán Dieguez, uno de los soldados de escolta<br />

que estuvo <strong>en</strong> <strong>el</strong> BDST 38 <strong>en</strong> Roncal y que posteriorm<strong>en</strong>te fue<br />

trasladado a otro BDST, nos r<strong>el</strong>ata así sus int<strong>en</strong>tos de conseguir<br />

comida gracias a la población local: «estando <strong>en</strong> Pl<strong>en</strong>cia,<br />

los traballadores t<strong>en</strong>ían un gorro redondo con una T y si queríamos<br />

ir por los caseríos pedíamos <strong>el</strong> gorro a los traballadores;<br />

para comer nos daban mucho pero si íbamos con la gorra de<br />

soldao, ¡nada! Y no nos miraban ni a la cara». Como v<strong>en</strong>imos repiti<strong>en</strong>do<br />

una y otra vez, los resultados que aquí pres<strong>en</strong>tamos<br />

no deb<strong>en</strong> tomarse como algo cerrado, sino que deberán ser<br />

comparados con los de otras zonas y realidades difer<strong>en</strong>tes,<br />

de manera que podamos <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der mejor los mecanismos y<br />

los efectos de la represión franquista.<br />

En cualquier caso, se hablara mucho, poco o nada, lo que<br />

nunca faltó <strong>en</strong> estos pueblos pir<strong>en</strong>aicos fue la visión de los<br />

prisioneros. Era imposible no verlos, y uno de los mom<strong>en</strong>tos<br />

<strong>en</strong> los que se les podía contemplar era <strong>en</strong> <strong>el</strong> tra<strong>bajo</strong> o de camino<br />

a él. Milagros Jaúregui, por ejemplo ti<strong>en</strong>e una imag<strong>en</strong><br />

bi<strong>en</strong> grabada <strong>en</strong> su memoria: «cuando iban a trabajar pasaban<br />

por nuestra puerta, con los capotes rotos, descalzos, ¡daba<br />

p<strong>en</strong>a verlos!». El tra<strong>bajo</strong> <strong>en</strong> la carretera, excepto <strong>en</strong> los tramos<br />

más cercanos a los núcleos de población, era algo que quedaba<br />

fuera de los ojos de la mayor parte de los habitantes. Ahora<br />

bi<strong>en</strong>, <strong>en</strong> pueblos de fuerte dedicación forestal y ganadera<br />

no era inusual t<strong>en</strong>er que subir al monte a trabajar y era <strong>en</strong>tonces<br />

cuando algunos observaban a los prisioneros. Pedro Beaumont,<br />

de Esparza de Salazar, nos cu<strong>en</strong>ta: «Yo alguna vez ya<br />

los veía allí, <strong>en</strong> la carretera, trabajar... lo que pasa que, claro,<br />

¡allí no t<strong>en</strong>ías tiempo ni para estar ni nada!; los veías de un<br />

poco de lejos... los veías que andaban de aquí para allá <strong>en</strong> la<br />

carretera. Pero, ¿qué ansia te crees que t<strong>en</strong>ían para traba-<br />

277. El caso de Canarias aparece recogido <strong>en</strong> <strong>el</strong> docum<strong>en</strong>tal Palabras de Pi<strong>el</strong> (Quicio Arte Expansión,<br />

2005). En Altsatsu fueron tan abundantes los contactos que <strong>el</strong> Ayuntami<strong>en</strong>to llegó a<br />

dictar un bando prohibi<strong>en</strong>do la <strong>en</strong>trada de prisioneros <strong>en</strong> las casas de la localidad (Ar<strong>en</strong>al,<br />

1999: 104). El caso de Bilbao aparece <strong>en</strong> <strong>el</strong> tra<strong>bajo</strong> Llarch (1975: 16), <strong>el</strong> de Ampueries <strong>en</strong> <strong>el</strong> de<br />

Grancia Alonso (2002) y <strong>el</strong> de la zona minera vizcaína <strong>en</strong> <strong>el</strong> de Massana (1996: 83).<br />

284

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!