18.04.2013 Views

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

En cuanto al estado de ánimo y de disciplina de los prisioneros,<br />

de nuevo vemos que los soldados de escolta, con una<br />

excepción, no percib<strong>en</strong> una situación de t<strong>en</strong>sión hacia los prisioneros.<br />

Elías López afirma que: «Se les trataba bi<strong>en</strong>. No vi<br />

nunca pegarle a ninguno, ni maltratarlos (...). Ni los escoltas<br />

trataban malam<strong>en</strong>te a los prisioneros ni los oficiales tampoco».<br />

Manu<strong>el</strong> Avilés, por su parte, nos ofrece un panorama parecido:<br />

«<strong>el</strong> trato era que <strong>el</strong>los t<strong>en</strong>ían que obedecer, ¡y ya está!, pero<br />

no trataban malam<strong>en</strong>te a los prisioneros ni ná, lo primero que<br />

cuando yo estuve <strong>en</strong> Igal eran soldados disciplinarios, eran<br />

como soldaos, no eran como los prisioneros cuando estuve antes<br />

<strong>en</strong> Tarifa. No se llegaba a extremos, porque eran personas<br />

bi<strong>en</strong> disciplinadas. No llegamos a castigarlos, nunca, ni a nosotros<br />

ni nosotros a los prisioneros (...). No p<strong>en</strong>saban ná, porque<br />

como nosotros les dábamos un bu<strong>en</strong> trato, pues no p<strong>en</strong>saban<br />

ná. T<strong>en</strong>íamos una confianza tan grande <strong>en</strong> <strong>el</strong>los, que ya no había<br />

miedo».<br />

Estamos, por lo tanto, ante unas versiones que <strong>en</strong> gran medida,<br />

no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> mucha r<strong>el</strong>ación con las escuchadas anteriorm<strong>en</strong>te<br />

a los prisioneros, y de nuevo t<strong>en</strong>emos que p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong><br />

los sil<strong>en</strong>cios y los olvidos para interpretar estos testimonios,<br />

que sin duda están ocultando los aspectos más duros, cru<strong>el</strong>es<br />

y comprometidos de su labor de escolta, o de la de sus compañeros.<br />

Ahora bi<strong>en</strong>, esa constatación no nos puede tampoco cegar<br />

e impedir captar algunos <strong>el</strong>em<strong>en</strong>tos que se trasluc<strong>en</strong><br />

claram<strong>en</strong>te de estos testimonios. Por un lado, es evid<strong>en</strong>te que<br />

los prisioneros que t<strong>en</strong>ían algún destino, <strong>en</strong> oficina, cocinas...<br />

t<strong>en</strong>ían un mayor trato con los soldados de escolta, y que <strong>en</strong><br />

más de una ocasión compartirían ratos de ocio. Por otro lado,<br />

los testimonios de los soldados de escolta pon<strong>en</strong> al descubierto<br />

una realidad también constatada por los prisioneros. El<br />

día a día, la estancia <strong>en</strong> los batallones, no era fu<strong>en</strong>te de una indisciplina<br />

g<strong>en</strong>eralizada, no había una t<strong>en</strong>sión resultante de un<br />

cierto equilibrio de fuerzas o de la percepción de que era posible<br />

la resist<strong>en</strong>cia. Esto ya lo hemos analizado <strong>en</strong> <strong>el</strong> capítulo<br />

sobre los prisioneros, y <strong>el</strong>los mismos nos señalaban la imposibilidad<br />

de una resist<strong>en</strong>cia abierta. Así, los soldados de escolta<br />

aciertan <strong>en</strong> señalar que la principal preocupación de los prisioneros<br />

era pasar <strong>el</strong> tiempo <strong>d<strong>el</strong></strong> mejor modo, sufrir lo m<strong>en</strong>os posible<br />

y confiar <strong>en</strong> que <strong>el</strong> tiempo de los batallones terminara<br />

cuanto antes, pero no aciertan o no quier<strong>en</strong> ver que esa situación<br />

no es fruto <strong>d<strong>el</strong></strong> hermanami<strong>en</strong>to ni de la concordia, sino de<br />

la resignación y <strong>el</strong> sufrimi<strong>en</strong>to.<br />

253

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!