18.04.2013 Views

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Por un lado, t<strong>en</strong>emos <strong>el</strong> testimonio de Germán Diéguez y Manu<strong>el</strong><br />

Avilés, qui<strong>en</strong>es dormían <strong>en</strong> los barracones con los prisioneros,<br />

aunque <strong>en</strong> un espacio aparte. Germán recuerda que<br />

cuando llegaron a los barracones tuvieron que buscar h<strong>el</strong>echos<br />

para dormir más cómodos: «Llegamos a Navarra, e había unos<br />

barracones feitos. T<strong>en</strong>íamos que buscar f<strong>en</strong>tos, para hacer la<br />

cama (...). Estando <strong>en</strong>tre San Sebastián y R<strong>en</strong>tería estábamos<br />

todos xuntos, dormíamos todos juntos. Nos facíamos guarda<br />

na porta da casa, e aqu<strong>el</strong>lo era como si fuéramos irmaos todos».*<br />

Por <strong>el</strong> contrario, la situación era bastante mejor para<br />

qui<strong>en</strong>es, como Elías o Francisco, estaban <strong>en</strong> puestos de responsabilidad,<br />

ya que los oficiales de los batallones y las oficinas<br />

se situaron <strong>en</strong> casas particulares de estos pueblos y <strong>en</strong><br />

<strong>el</strong>las se albergaron también Elías López y Francisco Ba<strong>en</strong>a,<br />

disfrutando de las comodidades y <strong>el</strong> calor de las casas pir<strong>en</strong>aicas.<br />

Francisco pasó unas semanas <strong>en</strong> <strong>el</strong> molino de Igal, utilizado<br />

como almacén, y recuerda que ahí tuvo que soportar la compañía<br />

de ratas que se acercaban a la comida, pero <strong>en</strong>seguida mejoró<br />

su situación y se alojó <strong>en</strong> dos casas de Lumbier, de las que<br />

guarda muy grato recuerdo. Esta situación permitía pasar mucho<br />

mejor <strong>el</strong> frío, que también los escoltas recuerdan como int<strong>en</strong>so.<br />

«Se cuajaban las palabras», remarca Elías López, y<br />

añade que debido a su situación podían hacerles fr<strong>en</strong>te con<br />

más recursos: «Había que ll<strong>en</strong>ar las perolas de nieve, y esperar<br />

a que las calderas se derritieran, si no, no se podía lavar uno».<br />

Por último, hay que t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta la influ<strong>en</strong>cia de la<br />

situación familiar, ya que factores como <strong>el</strong> dinero mandado<br />

desde casa o <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de alfabetización <strong>en</strong> un ejército muy<br />

poco cualificado llevaban también consigo una difer<strong>en</strong>cia a la<br />

hora de poder conseguir un asc<strong>en</strong>so. En este s<strong>en</strong>tido, <strong>en</strong>contramos<br />

un fuerte contraste <strong>en</strong>tre la situación familiar de Elías<br />

López o Francisco Ba<strong>en</strong>a, qui<strong>en</strong>es recibían dinero de casa, especialm<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> <strong>el</strong> caso de este último y la de Germán Dieguez,<br />

proced<strong>en</strong>te de una familia numerosa de campesinos<br />

gallegos que no podía mandarle ni dinero ni comida. Así, t<strong>en</strong>emos<br />

que t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que d<strong>en</strong>tro de los soldados de escolta<br />

<strong>en</strong>contramos una importante diversidad. Por supuesto<br />

que disfrutaron de unas condiciones de vida y disciplinarias<br />

*. «Llegamos a Navarra y había unos barracones hechos. T<strong>en</strong>íamos que buscar h<strong>el</strong>echos<br />

para hacer la cama (...). Estando <strong>en</strong>tre San Sebastián y R<strong>en</strong>tería estábamos todos juntos, dormíamos<br />

todos juntos. Nosotros hacíamos guardia <strong>en</strong> la puerta de la casa, y aqu<strong>el</strong>lo era como si fuéramos<br />

hermanos todos».<br />

247

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!