18.04.2013 Views

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

quierda!”, y a la noche lo mismo; estaban consumidos, era p<strong>en</strong>oso,<br />

¡eran tantos días!, 8 o 10, era malo <strong>el</strong> p<strong>el</strong>otón de castigo...».<br />

Pedro Andrés, por su parte, también lo describe como<br />

tra<strong>bajo</strong>s extras: «Estabas <strong>en</strong> un batallón disciplinario y si hacías<br />

alguna picia, te metían <strong>en</strong> <strong>el</strong> batallón de castigo. Ibas a comer,<br />

bu<strong>en</strong>o a comer ¡qué ando yo comer!, comías y a tirar de carretilla,<br />

o a por leña. Total, no te dejaban <strong>en</strong> paz durante todo <strong>el</strong><br />

día. Te tiraban 15 días o 10 días. Hasta que no cumplías 10, 15 o<br />

20 días. Terminas <strong>el</strong> batallón disciplinario más <strong>el</strong> p<strong>el</strong>otón de<br />

castigo, o sea, dos».<br />

Ahora bi<strong>en</strong>, <strong>en</strong> la mayor parte de los casos <strong>el</strong> destino a un<br />

p<strong>el</strong>otón de castigo llevaba consigo otras p<strong>en</strong>alidades más duras<br />

que aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> testimonios de todos los batallones, excepto<br />

<strong>en</strong> los prisioneros <strong>en</strong>trevistados <strong>d<strong>el</strong></strong> BBTT 106. Luis<br />

Cano, por ejemplo, r<strong>el</strong>ata así su estancia <strong>en</strong> <strong>el</strong> p<strong>el</strong>otón de castigo:<br />

«Y allí te echaban al p<strong>el</strong>otón de castigo, como estuve yo,<br />

unos pocos días. Yo estuve nueve días <strong>en</strong> <strong>el</strong> p<strong>el</strong>otón de castigo,<br />

y allí llevábamos una piedra, que pesaba unos doce kilos,<br />

o por ahí, y nos la ataban con unos alambres, aquí al cu<strong>el</strong>lo,<br />

¡<strong>en</strong> la rabadilla! ¡En <strong>el</strong> hueso <strong>d<strong>el</strong></strong> espinazo! ¡No te dolía aqu<strong>el</strong>lo!<br />

Pues así estuve yo, ¡nueve días!, <strong>en</strong> aqu<strong>el</strong> p<strong>el</strong>otón de castigo,<br />

que llamaban». En <strong>el</strong> mismo batallón, <strong>el</strong> BDST 6, también<br />

Manu<strong>el</strong> Soriano recuerda con horror ese castigo, lo mismo que<br />

Sebastián Erdoiza o las familiares de Manolo Santamarina, <strong>d<strong>el</strong></strong><br />

BDST 38. Este castigo quedó grabado <strong>en</strong> la memoria de muchos<br />

de los habitantes de los pueblos, y también <strong>en</strong> la de los<br />

familiares de José Castillo Aguirre, <strong>d<strong>el</strong></strong> BB.TT. 127. En este caso<br />

su sobrino José nos r<strong>el</strong>ata: «Él me ha contado a mí que le daban<br />

un cazo de agua por las mañana, y a lo mejor de esa forma<br />

se pasaban <strong>el</strong> día <strong>en</strong>tero con un saco de ar<strong>en</strong>a a la espalda, y<br />

con un alambre por los hombros, y haciéndole trabajar, y al<br />

que se descuidaba, al que no arreaba bi<strong>en</strong>, pues le crujían los<br />

látigos negros, que era lo que le llamaban, látigos negros (...)<br />

eso nos contaba. Puede ir ahí escrito, bi<strong>en</strong> escrito, y bi<strong>en</strong> grabao.<br />

Castigao al máximo». Isab<strong>el</strong> Castillo, hija <strong>d<strong>el</strong></strong> prisionero, remarca:<br />

«pues ya ves, los alambres, y los sacos de ar<strong>en</strong>a... No<br />

solam<strong>en</strong>te decir: ahí vas a trabajar, sino <strong>el</strong> martirio que le hacían<br />

pasar».<br />

Hay que señalar, que era un tipo de castigo que se aplicaba<br />

también <strong>en</strong> otros batallones, como nos ha podido constatar<br />

Áng<strong>el</strong> Santisteban para <strong>el</strong> BDST 14. Mari Cruz Garrido, por<br />

su parte, r<strong>el</strong>ata <strong>en</strong> una <strong>en</strong>trevista sobre la represión <strong>en</strong> dos<br />

comarcas de Huesca que su marido estuvo <strong>en</strong> varios batallo-<br />

193

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!