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Esclavos del franquismo en el Pirineo - Esclavitud bajo el franquismo

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Así describe Mariano Cantalapiedra <strong>el</strong> tra<strong>bajo</strong> <strong>en</strong> <strong>el</strong> puerto<br />

<strong>en</strong>tre Igal y Vidángoz, que se supera mediante una amplia trinchera<br />

excavada <strong>en</strong>tonces por los prisioneros. Mariano compara<br />

la esc<strong>en</strong>a con un hormiguero y Ros<strong>en</strong>do Iturm<strong>en</strong>di no ha olvidado<br />

aún las palabras que uno de los oficiales de los batallones<br />

les dirigió <strong>en</strong> un mom<strong>en</strong>to de tra<strong>bajo</strong>: «Sois las mulas de la<br />

Nueva España», <strong>en</strong> refer<strong>en</strong>cia clara a su nueva situación tras la<br />

derrota de la guerra.<br />

El texto de Mariano Cantalapiedra se refiere al tra<strong>bajo</strong> <strong>en</strong><br />

una zona concreta, <strong>en</strong> lo alto <strong>d<strong>el</strong></strong> puerto, pero la esc<strong>en</strong>a sería<br />

similar <strong>en</strong> los difer<strong>en</strong>tes lugares de la carretera, esc<strong>en</strong>as de<br />

tra<strong>bajo</strong> que todos los días empezaban de la misma manera,<br />

dejando bi<strong>en</strong> clara la situación de los prisioneros, tal y como<br />

recuerda Rafa<strong>el</strong> Arjona: «de los barracones nos bajaban a la<br />

carretera, pasabas la alambrada y, ¡lo más fácil era que te pillaras!».<br />

También Salvador León señala que era necesario levantarse<br />

tan pronto como se les ord<strong>en</strong>ara: «salías a la mañana<br />

a formar, a las 6 de la mañana tocaba diana y a desayunar, y si<br />

no te levantabas había un sarg<strong>en</strong>to que nada más tocar diana<br />

ya estaba allí y al que no se levantaba ¡fustazo!». En <strong>el</strong> caso<br />

de los prisioneros as<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> Vidángoz, varios, como B<strong>en</strong>jamín<br />

Quintana, recuerdan la ceremonia previa a empezar <strong>el</strong><br />

tra<strong>bajo</strong>: «A la mañana nos formaban <strong>en</strong> la plaza <strong>d<strong>el</strong></strong> pueblo,<br />

unos con <strong>el</strong> pico, otros con la pala al hombro. A 100 o 200 metros<br />

<strong>d<strong>el</strong></strong> pueblo estaba la carretera, y allí todos a trabajar».<br />

En la mayor parte de los casos <strong>el</strong> tra<strong>bajo</strong> consistía <strong>en</strong> labores<br />

de excavación de la caja de la carretera, algo que describ<strong>en</strong><br />

varios de los prisioneros, como Vic<strong>en</strong>te C<strong>el</strong>is: «Cada uno<br />

t<strong>en</strong>ía que estar picando hasta que le dijeran, tú no decías<br />

nada y a picar y a sacar con la pala los escombros y, si no, a poner<br />

piedras para hacer las murallas, pasando con una cuerda<br />

de uno a otro, para hacer las murallas». Domingo Martínez<br />

también recuerda que <strong>el</strong> tra<strong>bajo</strong> se c<strong>en</strong>traba <strong>en</strong> la misma carretera:<br />

«Y otras veces a picar piedras. Otras veces a ladear<br />

piedras, otras veces a juntar las piedras pa picarlas. Allí no había<br />

más que tra<strong>bajo</strong>, es lo único que allí había». No es muy difer<strong>en</strong>te<br />

lo que nos cu<strong>en</strong>ta Salvador León, prisionero <strong>en</strong> <strong>el</strong><br />

BB.TT. 106: «<strong>el</strong> tra<strong>bajo</strong> era hacer todo lo que se hace <strong>en</strong> una<br />

carretera: unos machacaban la grava, otros hacían la calzada,<br />

otros haci<strong>en</strong>do alcantarilla... un día podías estar haci<strong>en</strong>do<br />

esto y <strong>el</strong> otro otra cosa, no había tra<strong>bajo</strong> fijo, porque, claro, allí<br />

no había máquina alguna, era todo a mano, a pico y pala».<br />

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