18.04.2013 Views

TESIS FICOTOXINAS MARINAS EVA FONFRIA

TESIS FICOTOXINAS MARINAS EVA FONFRIA

TESIS FICOTOXINAS MARINAS EVA FONFRIA

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

11<br />

Introducción<br />

Su toxicidad en humanos es desconocida, así como sus efectos medioambientales.<br />

Estudios toxicológicos en ratones muestran que su LD50 al inyectarse<br />

intraperitonealmente es de 100 µg/Kg [105]. Oralmente, sin embargo, dosis de 10<br />

mg/kg no son letales para los roedores [111]. Esta diferencia, hace que la yessotoxina<br />

sea la causa de muchos falsos positivos en la detección de toxinas DSP.<br />

El nivel máximo permitido en la Unión Europea de esta toxina en molusco, cuerpo<br />

entero o partes comestibles, es 1 mg de YTX equivalentes/kg [9] y los métodos<br />

establecidos para detectarla son los mismos que para las toxinas del grupo del<br />

okadaico [10], aunque con limitaciones en el uso de disolventes.<br />

Este grupo de toxinas puede ser detectado mediante HPLC con detección<br />

fluorimétrica [112], LC-MS [113], ELISA [114], polarización de fluorescencia [115]<br />

y biosensores basados en espejos resonantes [116, 117], entre otros.<br />

1.1.5 Grupo de las iminas ciclícas<br />

Este grupo está formado por un conjunto heterogéneo de compuestos macrocíclicos<br />

que contienen un radical imina en su estructura: gymnodiminas, espirólidos,<br />

pinnatoxinas, pteriatoxinas, prorocentrólidos y espiro-prorocentriminas. Se trata de<br />

toxinas de acción rápida con un acusado efecto “todo o nada”, donde los ratones<br />

inyectados intraperitonealmente con concentraciones tóxicas pero no letales de estas<br />

sustancias son capaces de recuperarse sin mostrar secuelas [118]. Actualmente no<br />

existe ningún caso de intoxicación en humanos ni ningún tipo de regulación, siendo<br />

los únicos métodos para detectarlas el bioensayo en ratón y LC-MS [119-122].<br />

Gymnodiminas<br />

La primera referencia histórica de la gymnodimina (GYM) (Figura 5), la<br />

encontramos en 1994 en Nueva Zelanda, donde controles rutinarios para la detección<br />

de toxinas liposolubles presentaron una toxicidad neurológica inusual [122] Durante<br />

el mismo período, se observó un florecimento de Gymnodinium cf. mikimotoi, por lo<br />

que el compuesto bioactivo que se aisló de ostras contaminadas, se denominó<br />

gymnodimina [123]. Posteriormente, ese dinoflagelado fue identificado como

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!