Abrir - El club de los que deciden vivir
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Conclusión: elegimos (o pusimos en marcha sin <strong>que</strong>rer) el<br />
método equivocado.<br />
¿Cómo trabajar por un futuro mejor sin esperarlo?<br />
<strong>El</strong> primer paso será no olvidar la diferencia entre <strong>de</strong>seo y<br />
espera. Permitámonos <strong>de</strong>sear pero no nos permitamos esperar.<br />
“Cambiemos <strong>de</strong> canal” ni bien comienza en nosotros un proceso<br />
<strong>de</strong> espera.<br />
<strong>El</strong> <strong>de</strong>seo es emocional, y va dirigido a ciertas cosas <strong>de</strong>seables<br />
“en general”, presentes y/o futuras. Cuando interviene la<br />
mente concreta, con sus diseños <strong>de</strong>tallados y planes a <strong>de</strong>terminado<br />
plazo, el <strong>de</strong>seo, si se abraza y asocia a esos proyectos, da<br />
comienzo al proceso mental-emocional <strong>de</strong> la espera.<br />
Los proyectos son buenos si se <strong>los</strong> genera para trabajar,<br />
para saber cómo encarar las cosas; pero son nocivos si se <strong>los</strong><br />
hace para pala<strong>de</strong>ar metas por anticipado.<br />
Si más o menos sabemos lo <strong>que</strong> <strong>de</strong>seamos, pongámonos a<br />
trabajar sin llenarnos la mente <strong>de</strong> imágenes, objetos, plazos y<br />
<strong>de</strong>más causas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sgarramientos internos.<br />
Ahora bien: si en el trabajo resi<strong>de</strong> siempre la relación presente-futuro,<br />
siembra-cosecha, esfuerzo-beneficio ¿cómo mantener<br />
la mente siempre en una mitad y nunca en la otra, <strong>que</strong><br />
precisamente fue el motor <strong>que</strong> originó nuestra acción?<br />
La gran dificultad nace <strong>de</strong> <strong>que</strong> la mente siempre se mueve.<br />
Cuando está creando, aprendiendo, produciendo, y también<br />
cuando <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> hacerlo.<br />
Por lo tanto, la solución es tomar el control <strong>de</strong> <strong>los</strong> “ratos<br />
libres”.<br />
Ninguna ocupación requiere <strong>que</strong> la mente esté ocupada en<br />
todo momento en crear o en apren<strong>de</strong>r. Si hubiera una ocupación<br />
así, necesitaríamos <strong>de</strong> todos modos interrupciones para<br />
<strong>de</strong>scansar, y en éstas, como en las horas o días “libres”, seguiría<br />
presente el problema <strong>de</strong> a qué <strong>de</strong>dicar el pensamiento.<br />
Si, por ejemplo, aten<strong>de</strong>mos un local comercial (cada uno<br />
podrá a<strong>de</strong>cuar el ejemplo a su ocupación), será provechoso<br />
estudiar, planificar, disponer todo <strong>de</strong>l mejor modo para brindar<br />
el mejor servicio y obtener con ello el mejor beneficio. Si so-<br />
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