Abrir - El club de los que deciden vivir
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Cómo llegar a “no esperar” Al observar los problemas que nos trae el vivir esperando, llegábamos a la “conclusión” de que era necesario borrar de la imaginación ese punto externo que nos perturba. Corresponden las comillas porque esa “conclusión” no es más que un comienzo. Concluimos sabiendo qué hacer; pero empieza un gran trabajo y una gran pregunta: ¿Cómo lo haremos? No se puede “borrar” como una letra mal escrita lo que está arraigado en nuestro pensamiento, en nuestra psique, en nuestro corazón. Una fórmula para ir empezando sería, tal como en el tema del futuro presunto, no escribir de más. Ya que lo deseable tiene tanto poder sobre nosotros, evitémonos la necesidad de “borrar” mediante el recurso de evitar anotar demasiados objetivos en la lista de nuestros deseos. Para esto hay que ver con claridad cómo funciona eso que llamamos deseo. Decíamos que para procurar la felicidad tenemos dos campos de acción: modificar las circunstancias o modificarnos nosotros mismos. Aunque comprendamos, mucho o poco, la importancia de modificarse a sí mismo, subsiste en nosotros el deseo sobre las circunstancias, y siempre necesitaremos saber qué hacer con él para que no actúe como un indesconectable generador de infe- 75
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Cómo llegar a “no esperar”<br />
Al observar <strong>los</strong> problemas <strong>que</strong> nos trae el <strong>vivir</strong> esperando,<br />
llegábamos a la “conclusión” <strong>de</strong> <strong>que</strong> era necesario borrar <strong>de</strong> la<br />
imaginación ese punto externo <strong>que</strong> nos perturba.<br />
Correspon<strong>de</strong>n las comillas por<strong>que</strong> esa “conclusión” no es<br />
más <strong>que</strong> un comienzo. Concluimos sabiendo qué hacer; pero<br />
empieza un gran trabajo y una gran pregunta: ¿Cómo lo haremos?<br />
No se pue<strong>de</strong> “borrar” como una letra mal escrita lo <strong>que</strong><br />
está arraigado en nuestro pensamiento, en nuestra psi<strong>que</strong>, en<br />
nuestro corazón.<br />
Una fórmula para ir empezando sería, tal como en el tema<br />
<strong>de</strong>l futuro presunto, no escribir <strong>de</strong> más. Ya <strong>que</strong> lo <strong>de</strong>seable<br />
tiene tanto po<strong>de</strong>r sobre nosotros, evitémonos la necesidad <strong>de</strong><br />
“borrar” mediante el recurso <strong>de</strong> evitar anotar <strong>de</strong>masiados objetivos<br />
en la lista <strong>de</strong> nuestros <strong>de</strong>seos.<br />
Para esto hay <strong>que</strong> ver con claridad cómo funciona eso <strong>que</strong><br />
llamamos <strong>de</strong>seo.<br />
Decíamos <strong>que</strong> para procurar la felicidad tenemos dos<br />
campos <strong>de</strong> acción: modificar las circunstancias o modificarnos<br />
nosotros mismos.<br />
Aun<strong>que</strong> comprendamos, mucho o poco, la importancia <strong>de</strong><br />
modificarse a sí mismo, subsiste en nosotros el <strong>de</strong>seo sobre las<br />
circunstancias, y siempre necesitaremos saber qué hacer con él<br />
para <strong>que</strong> no actúe como un in<strong>de</strong>sconectable generador <strong>de</strong> infe-<br />
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