Abrir - El club de los que deciden vivir
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esperar”, darnos cuenta <strong>de</strong> <strong>que</strong> cometemos un error y borrar <strong>de</strong><br />
la imaginación ese punto externo <strong>que</strong> nos perturba, para <strong>que</strong>darnos<br />
con toda nuestra corriente, con nuestra “alma” en nosotros<br />
mismos, sin fluctuaciones ni maremotos anímicos, en paz,<br />
aun<strong>que</strong> sigamos trabajando para eso <strong>que</strong> <strong>de</strong>seamos (trabajando<br />
en un presente <strong>que</strong> es tan parte <strong>de</strong> nuestra vida como el “futuro<br />
mejor”) o simplemente sabiendo <strong>que</strong> “será lindo” <strong>vivir</strong> un<br />
<strong>de</strong>terminado momento al <strong>que</strong> el reloj todavía no llegó, pero sin<br />
aniquilar por eso nuestro presente.<br />
Ese mantener la corriente en nosotros mismos no es un<br />
mero yoísmo, sino una actitud sana ante lo <strong>de</strong>seado.<br />
Se pue<strong>de</strong> amar a <strong>los</strong> <strong>de</strong>más, amar y disfrutar hechos y circunstancias,<br />
sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> cuidar el estado en <strong>que</strong> nos encontramos;<br />
por<strong>que</strong> la felicidad es, principalmente, ausencia <strong>de</strong> infelicidad.<br />
<strong>El</strong> factor más <strong>de</strong>cisivo para mejorar nuestra vida es la eliminación<br />
<strong>de</strong> toda infelicidad nacida <strong>de</strong> la incapacidad propia. De ahí en<br />
a<strong>de</strong>lante pue<strong>de</strong>n mejorarse circunstancias; pero jamás a costa<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>struir el factor primordial.<br />
<strong>El</strong> mayor motor <strong>de</strong> la infelicidad es la morbosa “agregación”<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>seos a <strong>los</strong> ya existentes, el <strong>de</strong>sesperarse por “disfrutar<br />
un poco más”, el dudar <strong>de</strong> si se está viviendo bien o “<strong>que</strong>da<br />
algo para hacer”, la suposición <strong>de</strong> <strong>que</strong> agregando y agregando<br />
<strong>de</strong> ese modo se llegará a ser absolutamente feliz y a no necesitar<br />
nada más.<br />
Ese modo <strong>de</strong> encarar la vida, al aumentar la turbulencia interior,<br />
produce precisamente el resultado <strong>de</strong> aumentar la infelicidad;<br />
y no por<strong>que</strong> no se puedan alcanzar las circunstancias <strong>de</strong>seadas,<br />
sino por<strong>que</strong> la felicidad es la no-turbulencia, y el nivel<br />
<strong>de</strong> absoluta satisfacción por obra <strong>de</strong> las circunstancias no existe.<br />
Se podría, persiguiendo ese supuesto colmo <strong>de</strong> la satisfacción,<br />
llegar a ser el sujeto más rico <strong>de</strong>l mundo, para luego <strong>de</strong>scubrir<br />
<strong>que</strong> se sufre por la opinión ajena, la existencia <strong>de</strong> personas<br />
in<strong>de</strong>seables, la incontrolabilidad <strong>de</strong>l clima, la inevitabilidad<br />
<strong>de</strong> la muerte, etc, etc, etc.<br />
En resumen: no agreguemos <strong>de</strong>seos, no inventemos supuestas<br />
cumbres <strong>de</strong> satisfacción, no lancemos nuestro ser hacia<br />
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