Abrir - El club de los que deciden vivir
Abrir - El club de los que deciden vivir
Abrir - El club de los que deciden vivir
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
tintivos, pero también razonamientos <strong>que</strong> tratan <strong>de</strong> sojuzgar a<br />
esos impulsos “con miras a un bien mayor”; <strong>los</strong> seres capaces<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>spreciar la irracionalidad y <strong>de</strong> buscar “algo” distinto a lo<br />
hasta ahora buscado pero aún no i<strong>de</strong>ntificado. En síntesis, <strong>los</strong><br />
seres <strong>que</strong> aspiran a un bien superior pero también a <strong>los</strong> bienes<br />
<strong>de</strong> este mundo, al <strong>que</strong> tratan <strong>de</strong> modificar para satisfacer su<br />
afán <strong>de</strong> satisfacción individual y al mismo tiempo su afán <strong>de</strong><br />
armonía universal.<br />
Con esto llegamos a <strong>que</strong> el stress y el malestar son producto<br />
directo <strong>de</strong>l disgusto. Disgusto con uno mismo o con el mundo<br />
<strong>que</strong> se habita.<br />
Aquí tenemos otro conflicto por <strong>de</strong>más difícil: hay <strong>que</strong> reconocer<br />
como positiva, útil, provechosa, la aspiración a ser mejor<br />
y a <strong>que</strong> el mundo sea mejor; pero no por ello, no por mantener<br />
<strong>de</strong>spierta esa humana e irrenunciable aspiración, <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>sembocar<br />
en un estado <strong>de</strong> disgusto con nuestra vida o con el mundo.<br />
Pero ¿cómo se logra esto? ¿Cómo llegar a esa fórmula matemática<br />
<strong>de</strong> la felicidad?<br />
No es fácil, y lo mejor es saber <strong>que</strong> no habrá una solución<br />
mágica. La fórmula para comenzar (<strong>que</strong> ya es bastante) es ver<br />
la diferencia entre sentir aspiración a la perfección (propia y/o universal)<br />
y esperar una satisfacción inmediata a la misma.<br />
Todos <strong>los</strong> seres avanzan <strong>de</strong> algún modo hacia estados superiores;<br />
pero hay <strong>que</strong> percibir, y aceptar lúcidamente, la diferencia<br />
entre avanzar y llegar ya mismo.<br />
Nuestro “instinto metafísico” nos da un vislumbre <strong>de</strong> cómo<br />
<strong>de</strong>ben ser las cosas, tanto en nuestro interior como en el<br />
mundo, y ello nos incita a trabajar hacia <strong>de</strong>ntro y hacia fuera<br />
para <strong>que</strong> sean así. Es la guía y el motor <strong>de</strong> toda superación;<br />
pero <strong>de</strong>bemos concienciar <strong>que</strong> el resultado natural <strong>de</strong> ello no es<br />
un mundo perfecto ya, sino precisamente el mundo <strong>que</strong> vemos,<br />
don<strong>de</strong> se entremezclan el impulso a mejorar con el impulso a<br />
repetir siempre lo mismo, el impulso a resistir <strong>los</strong> cambios e<br />
incluso el impulso a empeorar.<br />
Como resultado <strong>de</strong> todo ello, el mundo se mueve y apren-<br />
66