Abrir - El club de los que deciden vivir
Abrir - El club de los que deciden vivir
Abrir - El club de los que deciden vivir
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>de</strong> sentido, nuestra mente tien<strong>de</strong> a aliviarnos el peso <strong>de</strong> la vida<br />
con la anestesia <strong>de</strong> las suposiciones agradables. Esto es útil para<br />
<strong>que</strong> podamos <strong>de</strong>scansar y <strong>vivir</strong> sin preocuparnos <strong>de</strong> más;<br />
pero se vuelve contraproducente cuando esas suposiciones son<br />
<strong>de</strong>molidas por la realidad.<br />
La única salida sana y superadora <strong>de</strong> este conflicto es tener<br />
en cuenta la realidad, incluso en sus partes in<strong>de</strong>seables, y saber<br />
<strong>que</strong> a cada paso pue<strong>de</strong> presentárnoslas.<br />
Los estudios sobre el stress dicen <strong>que</strong> éste aumenta en <strong>los</strong><br />
individuos <strong>que</strong> ven <strong>los</strong> problemas como amenazas, como peligros<br />
in<strong>de</strong>seables y tal vez insuperables, y <strong>que</strong> disminuye en<br />
quienes ven <strong>los</strong> problemas como <strong>de</strong>safíos, como factores <strong>que</strong><br />
inevitablemente están en la vida y <strong>de</strong>ben ser vencidos mediante<br />
el <strong>de</strong>spliegue y <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> nuestras fuerzas.<br />
Esto indicaría <strong>que</strong> el stress no es producto <strong>de</strong> las circunstancias<br />
en <strong>que</strong> se vive sino <strong>de</strong>l disgusto ante ellas, y el disgusto es<br />
producto <strong>de</strong> la opinión <strong>de</strong>l sujeto respecto al mundo <strong>que</strong> lo ro<strong>de</strong>a.<br />
<strong>El</strong> i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> eliminar el disgusto, o <strong>de</strong> tener en cuenta la realidad<br />
como es, no significa necesariamente resignación, ni<br />
creencia <strong>de</strong> <strong>que</strong> el mundo será siempre e irremediablemente<br />
igual.<br />
Se pue<strong>de</strong> creer <strong>que</strong> el mundo se modifica, se pue<strong>de</strong> luchar<br />
por un futuro mejor, y al mismo tiempo reconocer <strong>que</strong> hay<br />
cosas in<strong>de</strong>seables, y <strong>que</strong> la posibilidad <strong>de</strong> mejorar el mundo<br />
tiene un precio, <strong>que</strong> no po<strong>de</strong>mos ignorar ni atenuar con la<br />
imaginación.<br />
De este modo, si <strong>de</strong>cidimos trabajar por un <strong>de</strong>terminado<br />
objetivo <strong>de</strong>bemos consi<strong>de</strong>rar el precio con la menor cuota posible <strong>de</strong><br />
fantasía.<br />
Y si aceptamos pagarlo, trabajar sin disgustarnos, incluso<br />
ante las partes más <strong>de</strong>sagradables <strong>de</strong> nuestra tarea.<br />
Y si éstas son más <strong>de</strong> lo previsto, si por un error <strong>de</strong> nuestra<br />
apreciación y no <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n cósmico el precio es mayor <strong>que</strong><br />
el esperado, <strong>de</strong>cidir pagarlo o renunciar al bien buscado sin ninguna<br />
<strong>que</strong>ja por lo uno ni por lo otro.<br />
60