Abrir - El club de los que deciden vivir
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nes.<br />
Todo lo otro, como medir cuánto ganamos o cuándo<br />
compraremos qué cosas, es pensar <strong>de</strong> más, y no <strong>vivir</strong>emos bien<br />
mientras no <strong>de</strong>jemos <strong>de</strong> hacerlo.<br />
Es cierto <strong>que</strong> en cada instante estamos haciendo o <strong>de</strong>shaciendo<br />
nuestro futuro, y es todavía más cierto <strong>que</strong> nunca<br />
<strong>de</strong>bemos menospreciar su <strong>de</strong>sperdicio diciéndonos <strong>que</strong> “es<br />
sólo un instante”.<br />
Pero no por<strong>que</strong> cada instante sea un ladrillo <strong>de</strong> la totalidad<br />
<strong>de</strong>bemos invertirlo en ponernos a medir <strong>los</strong> resultados, como<br />
alguien <strong>que</strong> cada vez <strong>que</strong> colocara un ladrillo se <strong>de</strong>tuviera y se<br />
alejara para disfrutar la visión <strong>de</strong> “la pared”, o para sufrir por<br />
“lo <strong>que</strong> todavía falta”.<br />
Lo importante es dar cada paso: no mirarlo <strong>de</strong>sesperadamente<br />
como una señal <strong>de</strong>l mayor <strong>de</strong> <strong>los</strong> éxitos o <strong>de</strong>l mayor <strong>de</strong><br />
<strong>los</strong> fracasos.<br />
Lo <strong>que</strong> realmente necesitamos es avanzar sin medir; producir<br />
sin esperar.<br />
Existen en nosotros el impulso al movimiento y la aspiración<br />
a la satisfacción.<br />
<strong>El</strong> primero simplemente nos mueve, sin <strong>que</strong> medie la<br />
mentalización <strong>de</strong> por qué. La segunda nos incita a experimentar<br />
más y mayores satisfacciones, a <strong>vivir</strong> la vida en una dimensión<br />
<strong>que</strong> siempre suponemos superior a todo lo vivido previamente.<br />
Nuestra mente respon<strong>de</strong> a estas ten<strong>de</strong>ncias trazando planes<br />
<strong>de</strong> acción y esbozándose objetivos a lograr, o sea buscando<br />
algo <strong>que</strong> hacer, algo <strong>que</strong> alcanzar para saciar esas inquietu<strong>de</strong>s<br />
internas.<br />
Allí empieza un largo aprendizaje: el <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir qué<br />
pue<strong>de</strong> satisfacernos <strong>de</strong> verdad y qué no.<br />
En esto corremos el riesgo <strong>de</strong> <strong>que</strong>, por no haber recibido<br />
una total satisfacción con lo ya logrado, <strong>que</strong>ramos alcanzarla<br />
mediante logros externos más voluminosos y más espectaculares,<br />
con el inevitable resultado <strong>de</strong> llegar a proponernos un día<br />
logros no alcanzables en un plazo aceptable, y otros no alcanza-<br />
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