Abrir - El club de los que deciden vivir
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vida, o incluso el trabajo, cuando se encara con más ganas <strong>de</strong><br />
llenar el tiempo <strong>que</strong> <strong>de</strong> obtener algún bien en el <strong>que</strong> íntimamente<br />
se crea.<br />
Muy cerca <strong>de</strong> esto, aun<strong>que</strong> lo nieguen las prédicas “moralistas”<br />
<strong>de</strong> quienes la escogen y se creen buenos “por<strong>que</strong> no<br />
beben ni se drogan”, está la alternativa subhumana, tal vez inspirada<br />
por la envidia ante la tranquilidad <strong>que</strong> les vemos a <strong>los</strong><br />
animales.<br />
Esta alternativa consiste en anular mentalmente toda percepción<br />
entre mejor y peor, e incluso la misma i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> <strong>que</strong> hay posibilida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> mejorar la vida.<br />
De ahí nacen <strong>los</strong> programas <strong>de</strong> pensamiento sobre “fealdad <strong>de</strong>l<br />
or<strong>de</strong>n cósmico” y actitu<strong>de</strong>s similares. Para quien toma ese camino<br />
(o para quien se niega <strong>de</strong> ese modo a todo camino), ninguna<br />
alternativa será peor <strong>que</strong> verse ante una vida con la <strong>que</strong><br />
no está satisfecho pero no podría cambiar sin esfuerzo ni riesgo,<br />
o, peor todavía, sentir <strong>que</strong> está frente a un vacío ante el <strong>que</strong><br />
no tiene i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> qué hacer.<br />
Muchos seres viven, sin <strong>que</strong> nadie <strong>los</strong> obligue, una vida<br />
<strong>que</strong> a otros les parece horrible. Una y otra vez nos preguntamos<br />
por qué lo hacen. Nos parecería <strong>que</strong> no pue<strong>de</strong> ser <strong>que</strong> alguien<br />
se introduzca por sí mismo en un infierno semejante.<br />
Pero esa contradicción no es más ficticia <strong>que</strong> la <strong>de</strong> quien<br />
cada mañana abandona su cama para ir a un sitio don<strong>de</strong> no<br />
hará lo <strong>que</strong> tiene ganas sino lo <strong>que</strong> le or<strong>de</strong>nan. No es por<strong>que</strong><br />
en última instancia quiera sufrir, sino por<strong>que</strong> a cambio <strong>de</strong> eso<br />
obtiene un beneficio.<br />
Los <strong>que</strong> repiten <strong>que</strong> necesaria e invariablemente la vida es<br />
fea, tratando así <strong>de</strong> convencerse e intentar <strong>que</strong> <strong>los</strong> <strong>de</strong>más le<br />
ayu<strong>de</strong>n a fortalecer su i<strong>de</strong>a, están recibiendo a cambio un beneficio.<br />
Discutible, pero beneficio al fin.<br />
Si la vida es fea por<strong>que</strong> “Dios lo dispuso así” o por vaya a<br />
saberse qué ley natural, <strong>de</strong>saparece todo tipo <strong>de</strong> inquietud propia<br />
<strong>de</strong> un <strong>de</strong>safío. No hay <strong>que</strong> vérselas ante la propia insatisfacción<br />
y preguntarse qué hacer. No hay <strong>que</strong> continuar por la vida<br />
con esa permanente sensación <strong>de</strong> <strong>que</strong> podría ser <strong>de</strong> otra manera.<br />
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