Abrir - El club de los que deciden vivir
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El momento de actuar Podemos haber leído infinidad de buenos pensamientos sobre cómo vivir, podemos darnos o recibir los mejores consejos, podemos trazarnos un sabio panorama sobre qué es bueno y qué es malo en la vida, y hasta un brillante plan de cómo y hacia dónde marcharemos por ésta. Sin embargo, con tan prodigioso contenido en nuestra mente, nuestra existencia puede ser tan pobre como la del que piensa cualquier otra cosa, o como la del que directamente no piensa. Porque toda idea sobre cómo vivir desemboca en que alguna vez hay que dar el primer paso, tomar la primera herramienta, abrir la primera puerta, exponerse al primer riesgo. Las más sabias enseñanzas quedan en la nada, y hasta pueden parecer falsas, si jamás se entra en acción hacia lo que proponen. La ley del menor esfuerzo, que a través del instinto nos conmina a reducir lo más posible el gasto de energía, se contrapone a la sed de cambio y creación, a la aspiración a vivir mejor, que nos conmina a movernos hacia algo más, hacia una vida distinta a la que vivimos en el presente. La ley del menor esfuerzo pertenece al universo de la biología, y subyace en nosotros porque somos entidades biológicas. La aspiración a vivir mejor es propia del hombre, y trabaja 207
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<strong>El</strong> momento <strong>de</strong> actuar<br />
Po<strong>de</strong>mos haber leído infinidad <strong>de</strong> buenos pensamientos<br />
sobre cómo <strong>vivir</strong>, po<strong>de</strong>mos darnos o recibir <strong>los</strong> mejores consejos,<br />
po<strong>de</strong>mos trazarnos un sabio panorama sobre qué es bueno<br />
y qué es malo en la vida, y hasta un brillante plan <strong>de</strong> cómo y<br />
hacia dón<strong>de</strong> marcharemos por ésta.<br />
Sin embargo, con tan prodigioso contenido en nuestra<br />
mente, nuestra existencia pue<strong>de</strong> ser tan pobre como la <strong>de</strong>l <strong>que</strong><br />
piensa cualquier otra cosa, o como la <strong>de</strong>l <strong>que</strong> directamente no<br />
piensa.<br />
Por<strong>que</strong> toda i<strong>de</strong>a sobre cómo <strong>vivir</strong> <strong>de</strong>semboca en <strong>que</strong> alguna<br />
vez hay <strong>que</strong> dar el primer paso, tomar la primera herramienta,<br />
abrir la primera puerta, exponerse al primer riesgo.<br />
Las más sabias enseñanzas <strong>que</strong>dan en la nada, y hasta pue<strong>de</strong>n<br />
parecer falsas, si jamás se entra en acción hacia lo <strong>que</strong> proponen.<br />
La ley <strong>de</strong>l menor esfuerzo, <strong>que</strong> a través <strong>de</strong>l instinto nos conmina<br />
a reducir lo más posible el gasto <strong>de</strong> energía, se contrapone<br />
a la sed <strong>de</strong> cambio y creación, a la aspiración a <strong>vivir</strong> mejor, <strong>que</strong><br />
nos conmina a movernos hacia algo más, hacia una vida distinta<br />
a la <strong>que</strong> vivimos en el presente.<br />
La ley <strong>de</strong>l menor esfuerzo pertenece al universo <strong>de</strong> la biología,<br />
y subyace en nosotros por<strong>que</strong> somos entida<strong>de</strong>s biológicas.<br />
La aspiración a <strong>vivir</strong> mejor es propia <strong>de</strong>l hombre, y trabaja<br />
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