Abrir - El club de los que deciden vivir
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hombre.<br />
<strong>El</strong> impulso a la máxima satisfacción es una fuerza instintiva,<br />
no tiene inteligencia para apren<strong>de</strong>r, pero sí, y mucha, para<br />
luchar por lo único <strong>que</strong> sabe; y lo único <strong>que</strong> sabe es <strong>que</strong> tal o<br />
cual experiencia fue placentera. Por lo tanto, su finalidad primera<br />
y última es repetir experiencias conocidas. Si hay posibilidad <strong>de</strong><br />
otras satisfacciones mejores, eso escapa a sus faculta<strong>de</strong>s. Sólo<br />
cuando ve <strong>que</strong> su aparente enemigo pue<strong>de</strong> ser un aliado <strong>que</strong> le<br />
<strong>de</strong>muestre con hechos <strong>que</strong> lo conducirá a mayores satisfacciones, se<br />
asociará gustosamente con él en vista <strong>de</strong> <strong>que</strong> tienen la misma<br />
finalidad.<br />
Eso sí: no se someterá a la guía <strong>de</strong>l sentido <strong>de</strong> realidad hasta<br />
<strong>que</strong> éste no le haya <strong>de</strong>mostrado unas cuantas veces <strong>que</strong> sus<br />
propuestas dan mayores satisfacciones <strong>que</strong> las <strong>que</strong> antes obtenía<br />
luchando a ciegas, <strong>que</strong> no es un enemigo peligroso sino un socio<br />
sumamente conveniente.<br />
Sin embargo, si el sentido <strong>de</strong> realidad es inexperto o pa<strong>de</strong>ce<br />
la enfermedad <strong>de</strong> la fantasía, sus propuestas, <strong>que</strong> al principio<br />
entusiasman al impulso a la máxima satisfacción, pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>spués<br />
enfurecerlo hasta el estallido si resultan equivocadas.<br />
En esos casos el hombre se vuelve peor <strong>que</strong> el animal,<br />
por<strong>que</strong> éste sólo tiene faculta<strong>de</strong>s para perseguir lo conocido, y<br />
con ellas no corre peligro <strong>de</strong> <strong>de</strong>sequilibrarse. Cabe observar<br />
<strong>que</strong> algunos animales pa<strong>de</strong>cen <strong>de</strong>sequilibrios cuando viven con el<br />
hombre y éste les hace <strong>de</strong>masiado fácil alimentarse; con lo <strong>que</strong> el<br />
impulso a la máxima satisfacción no se contrabalancea con la<br />
conciencia <strong>de</strong>l costo <strong>de</strong> conseguir alimento ni con la inconveniencia<br />
<strong>de</strong>l exceso <strong>de</strong> peso en caso <strong>de</strong> combate. <strong>El</strong> hombre<br />
pue<strong>de</strong> sufrir alteraciones y <strong>de</strong>sequilibrios similares si se aleja<br />
más <strong>de</strong> la cuenta <strong>de</strong> las exigencias <strong>de</strong> la naturaleza.<br />
Ante todo esto ¿cómo hacer para <strong>que</strong> el impulso a la<br />
máxima satisfacción no nos lance sobre cualquier cosa <strong>que</strong> nos<br />
llame la atención y termine empeorando nuestra vida?<br />
La única fuerza suficientemente po<strong>de</strong>rosa para contrarrestarlo<br />
es y será la convicción.<br />
<strong>El</strong> impulso a la máxima satisfacción no contendrá su pro-<br />
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