Abrir - El club de los que deciden vivir
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sus costumbres, ambiente o formación familiar, el<br />
emigrante mental pue<strong>de</strong> pensar <strong>que</strong>:<br />
1) No existe Dios ni existe la posibilidad <strong>de</strong> superación<br />
<strong>de</strong>l hombre. Esto disiente, por ejemplo, con el<br />
marxismo, un ateísmo <strong>que</strong> propone luchar por un<br />
mundo mejor y se muestra convencido <strong>de</strong> la posible<br />
superación <strong>de</strong>l hombre.<br />
“Todo es igual; nada es mejor”. Todo es igualmente<br />
feo y malo; no hay valores espirituales, y<br />
quien habla <strong>de</strong> éstos lo hace para manipular a <strong>los</strong><br />
<strong>de</strong>más.<br />
Si en verdad cree esto, el emigrante mental se<br />
contradice en la práctica; por<strong>que</strong> él ni siquiera se mueve<br />
para obtener bienes materiales, <strong>que</strong> son, según dice, lo<br />
único <strong>que</strong> importa.<br />
Esta <strong>de</strong>ficiencia pue<strong>de</strong> ser contrarrestada por alguna<br />
“tesis” frecuentemente repetida: “el dinero no<br />
hace la felicidad”; “mucha gente tiene dinero pero es<br />
<strong>de</strong>sdichada o pa<strong>de</strong>ce alguna enfermedad”, etc., etc.<br />
2) Dios existe y quiere <strong>que</strong> suframos. Esto pue<strong>de</strong><br />
ocurrir por<strong>que</strong> Dios es “incomprensiblemente injusto”<br />
o por<strong>que</strong> “nos prueba” en este mundo para<br />
premiarnos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte. Lo cierto es <strong>que</strong><br />
venimos a este “valle <strong>de</strong> lágrimas” a pasarla mal; y el<br />
<strong>que</strong> intente una vida distinta está loco, es un iluso o<br />
<strong>de</strong>sobe<strong>de</strong>ce a Dios.<br />
Ninguna enseñanza religiosa seria dice <strong>que</strong> <strong>de</strong>bamos<br />
sufrir. No es lo mismo <strong>de</strong>cir “el <strong>que</strong> cometa<br />
errores sufrirá”, o recomendar “no buscar la felicidad<br />
en <strong>los</strong> objetos <strong>de</strong>l mundo”, <strong>que</strong> afirmar <strong>que</strong> estamos<br />
aquí exclusivamente para sufrir.<br />
De todos modos, tal creencia es útil para justificar<br />
la opacidad <strong>de</strong> la propia vida diciéndose <strong>que</strong><br />
“Dios lo dispuso así”.<br />
Quien proclama esta creencia también se contradice<br />
en la práctica: si cree <strong>que</strong> va a ser premiado