Preferencias electorales - PRI

voluntarios e indígenas, se colocaron en las Cumbres
de Acultzingo, en el estado de Veracruz, pero
los batallones de cazadores franceses, las compañías
de zuavos e infantes de marina vencieron la resistencia
y cruzaron las cumbres. Mientras avanzaban,
Zaragoza reconcentraba sus fuerzas en Puebla. Los
franceses estaban convencidos de que los poblanos
los recibirían “con lluvias de flores”.
El Ejército de Oriente se defendería en las fortificaciones
de los cerros de San Juan, Guadalupe y
Loreto. Las tropas estaban dirigidas por los generales
Negrete, Berriozábal, Díaz, Lamadrid, Tapia, Álvarez,
Carbajal y O’Horan. Negrete fue quien llevó el
peso de la batalla, apoyado por los demás generales,
y bajo el mando del general Ignacio Zaragoza.
Este general conservador, Miguel Negrete, se había
puesto a la disposición de Zaragoza, diciéndole: “Yo
tengo patria antes que partido.”
Cuando se avecinaba el inicio de las hostilidades,
Zaragoza arengó a sus hombres, asegurándoles que
si los franceses eran “los primeros soldados del mundo”,
ellos eran “los primeros hijos de México”.
Tres veces las tropas francesas atacaron los fuertes
de Loreto y Guadalupe, y tres veces fueron rechazadas.
En el duro combate cuerpo a cuerpo, el Ejército de
Oriente llevó la ventaja; hasta la Naturaleza se puso de
su lado, pues cayó una fuerte granizada que dificultó
el avance de los invasores.
Mientras tanto, en la ciudad de México había gran
incertidumbre sobre el desarrollo de la batalla. A las
4:15 de la tarde, llegó el siguiente parte:
“Sobre el campo a las dos y media. Dos horas y
media nos hemos batido. El enemigo ha arrojado
multitud de granadas. Las columnas sobre el cerro
de Loreto y Guadalupe han sido rechazadas, seguramente
se atacó con cuatro mil hombres. Todo su impulso
fue sobre el cerro. En este momento, se retiran
las columnas y nuestras fuerzas avanzan sobre ellas.”
Firmaba Ignacio Zaragoza.
Y hacia las 5:49, por fin, llegó al ministerio de Guerra,
en la capital de la República, otro parte que daba
cuenta del desenlace de la batalla:
“Las Armas del Supremo Gobierno se han cubierto
de gloria; el enemigo ha hecho esfuerzos supremos
por apoderarse de la plaza, que atacó por el oriente de
izquierda y derecha durante tres horas; fue rechazado
tres veces en completa dispersión y en estos momentos
está formando su batalla fuerte de cuatro mil y
pico de hombres, frente al cerro de Guadalupe, fuera
de tiro. No lo bato como desearía, porque el Gobierno
sabe que para ello no tengo fuerza bastante. Calculo la
pérdida del enemigo, que llegó hasta los fosos de Guadalupe
en su ataque, entre 600 y 700 entre muertos y
heridos; 400 habremos tenido nosotros.
“Sírvase dar cuenta de este parte al Ciudadano
Presidente de la República. Libertad y Reforma.
Cuartel General en el Campo de Batalla. General
Ignacio Zaragoza.”
Las tropas mexicanas habían derrotado al ejército
más poderoso del mundo. Del lado francés, hubo ese
día 476 muertos y 345 heridos. Por el Ejército de
Oriente, hubo 83 muertos, alrededor de 250 heridos
y 12 desaparecidos. Napoleón III enviaría más tarde
unos 30 mil hombres, y un año después los franceses
derrotaron a los mexicanos y se instaló en nuestro
país la monarquía de Maximiliano. Pero el 5 de mayo
de 1862 queda para la historia como el día en el que
nuestras tropas derrotaron en el campo de batalla a
un ejército muy superior.
Zaragoza contrajo tifoidea el 5 de septiembre de
ese mismo año, y murió tres días después. El hombre
nacido en Bahía de Espíritu Santo, en el estado de
Coahuila y Texas, cuando esta última provincia aún
pertenecía a México, tenía al morir treinta y tres años.
Juárez nombró a la ciudad que fuera escenario de la
memorable batalla contra los franceses como Heroica
Puebla de Zaragoza.
El 5 de mayo es una de las fechas más importantes
de nuestro calendario cívico. a
armando alanís es escritor. Autor, entre otros libros, de la
novela las lágrimas del Centauro.
examen 7