17.04.2013 Views

Preferencias electorales - PRI

Preferencias electorales - PRI

Preferencias electorales - PRI

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

espeCial Isabela Corduneanu<br />

o levantamientos, una regresión<br />

(lineal o polinomial) nos puede<br />

arrojar un pronóstico (que siempre<br />

tiene un margen de error también).<br />

Sin embargo, los resultados que se<br />

publican no son regresiones: son<br />

porcentajes o frecuencias simples<br />

de un levantamiento que se hace<br />

en unas fechas específicas.<br />

Por lo tanto, las encuestas pre<strong>electorales</strong><br />

arrojan un porcentaje<br />

de indecisos: personas que declaran<br />

no tener (todavía) preferencia<br />

electoral. Sin embargo, hay que<br />

considerar aquí algunos aspectos:<br />

• Realmente, ¿todos son indecisos?<br />

Las encuestas los presentan<br />

como el famoso No sabe/<br />

4 En la encuesta pre-electoral de 1948, Gallup dio<br />

como ganador de las elecciones presidenciales a<br />

Dewey, y la encuesta se publicó en la portada de The<br />

Chicago Daily Tribune. Sin embargo, el ganador fue<br />

Truman. Algunos de los errores que aprendió Gallup:<br />

el levantamiento se hizo tres meses antes de la<br />

elección y una campaña mueve preferencias; es falaz<br />

sacar a los “indecisos” de la estimación; las cuotas de<br />

muestreo se deben respetar.<br />

30 examen<br />

No contesta o No respuesta;<br />

pero dentro de este porcentaje<br />

tenemos varios comportamientos<br />

probables: voto oculto (no<br />

quiere contestar la encuesta),<br />

los que van a anular, los abstencionistas<br />

y después los reales<br />

“indecisos”. Así como bien lo<br />

aprendió George Gallup en el<br />

1948 con su mala predicción 4 ,<br />

al menos un porcentaje de los<br />

indecisos sí votan. Por lo tanto,<br />

no se les puede ignorar, y menos<br />

cuando están, de acuerdo a<br />

las últimas encuestas publicadas<br />

entre abril y mayo del 2012, entre<br />

un 19 y 25%. Es un porcentaje<br />

demasiado alto. Tener un<br />

porcentaje de indecisos mayor<br />

al doble de margen de error nos<br />

puede cambiar el escenario.<br />

4. La falacia del voto efectivo.<br />

Una práctica poco profesional y sin<br />

sustento metodológico alguno de las<br />

casas encuestadoras y de los medios<br />

es publicar el “voto efectivo”, que<br />

“resuelve”, pero de manera falaz, el<br />

problema de los indecisos. Hay dos<br />

maneras de hacerlo: lo primero es<br />

simplemente ignorar el porcentaje<br />

de “indecisos” y recalcular los porcentajes<br />

de preferencia electoral<br />

como si sumaran 100. Así, los porcentajes<br />

de la tabla 1, se vuelven:<br />

46.5% por el candidato del <strong>PRI</strong>-<br />

PVEM, 23.5% por la candidata del<br />

PAN, 24.2% por el candidato del<br />

PRD-PT-Convergencia, 5.8% por<br />

el candidato de la Nueva Alianza.<br />

No nos debería sorprender que la<br />

opinión pública perciba estos resultados<br />

como no auténticos.<br />

La segunda manera de calcular<br />

el voto efectivo es redistribuir por<br />

igual los porcentajes de indecisos<br />

entre los candidatos. Esto también<br />

es falaz, porque se “asume” que el<br />

total de “indecisos” se van a repartir<br />

por igual entre los candidatos.<br />

Sea cual sea la manera, es metodológicamente<br />

incorrecta la práctica<br />

de presentar el voto efectivo. Lo<br />

que sí se debería hacer es estimar la<br />

probabilidad de ir a votar con base<br />

en varias variables, como: prácticas<br />

<strong>electorales</strong> pasadas, interés en las<br />

elecciones, auto-percepción de eficacia<br />

interna y externa, autopercepción<br />

de disposición de participación<br />

política convencional y no convencional,<br />

el grado de sofisticación política<br />

de los electores (que son entre<br />

las variables que se ha encontrado<br />

que sí tienen impacto sobre la participación<br />

electoral) 5 . Con base en<br />

5. Hay una vasta literatura sobre el tema,sobre todo<br />

desde la psicología política; entre lo más reciente:José<br />

Ramón Montero, “Confianza social, confianza<br />

política y satisfacción con la democracia,” en Revista<br />

Española de Investigaciones Sociales, No.122,<br />

2008, pp. 11-54; Hanna Bäck, Jan Teorell and Anders<br />

Westholm, “Explaining Modes of Participation: A Dynamic<br />

Test of Alternative Rational Choice Model”, en<br />

Scandinavian Political Studies, vol. 34-1, 2011.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!