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PARTE SEGUNDA: LA PREVENCIÓN Y LA PROTECCIÓN DEL RIESGO APLICADAS A LAS MÁQUINAS
ción consistentes en vigilancia de la salud, en función de los riesgos
de sus puestos de trabajo.
Los equipos de trabajo por sí mismos o interrelacionados con el
ambiente del puesto de trabajo pueden producir daños a los trabajadores,
por ello es necesaria la vigilancia de la salud. Esta vigilancia
se hará en función de los riesgos y medidas preventivas indicadas
por el fabricante o representante autorizado, unida a la evaluación
del puesto de trabajo.
Existen normas para el trabajo con los equipos que requieren que las
personas reúnan determinadas condiciones para evitar accidentes de
trabajo a ellos y a terceros. Así la OM 12-1-1963 establece que
deben someterse a pruebas médicas y psicotécnicas los candidatos
a puestos de trabajo de gruístas, cuentistas, etc.
También existen los protocolos del Ministerio de Sanidad, que
regulan sobre todo la utilización de los equipos de trabajo. En
ellos se establecen las pautas a seguir en el empleo de los equipos
que manejan los trabajadores ocupados en determinadas profesiones
que puedan producir lesiones: Protocolo movimientos
repetidos, Protocolo de neuropatías por presión, Protocolo por
Ruido.
Los servicios de prevención deberán elaborar protocolos específicos
propios para aquellos riesgos en los que no existan todavía protocolos
aprobados por el Ministerio de Sanidad, ya que así lo recoge el
art. 37 de Reglamento de los Servicios de Prevención RD 39/1997
(ej. vibraciones).
Para asegurarse de que tras el cumplimiento de los requisitos establecidos
en la normativa se ha alcanzado un nivel alto de seguridad
con una reducción de los riesgos de los equipos, la empresa ha de
verificar que la prevención es efectiva. La consulta y participación
de los trabajadores y sus representantes, previa a la adquisición de
equipos, así como en la evaluación de riesgos, es una herramienta
imprescindible para lograr este objetivo.
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