Sullivan, Conversaciones inconclusas - Histomesoamericana
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Canul explicó: le habían dicho que en sus tiempos la reina<br />
Victoria hablaba con Dios, y él se preguntaba si el hijo de ella había<br />
heredado ese poder. Cuando Gann le explicó que el rey no era el hijo<br />
sino el nieto de Victoria, Camul dijo que en tal caso semejante<br />
herencia "sería mucho para esperar". Aun así, su curiosidad tenía<br />
sentido: estaban en juego la protección y la alianza, tanto real como<br />
divina. 40<br />
Durante una anterior expedición a Tulum ese problema se había<br />
planteado en forma explícita. Sylvanus Morley ya había visitado<br />
Tulum en 1913, 1916 y 1918, y en febrero de 1922 regresó con<br />
colegas para continuar sus investigaciones. Echaron a andar desde<br />
la playa y<br />
enfilamos por los palmares hacia el recinto interior [de las ruinas]...<br />
nos aguardaba una grata sorpresa. Lo habían despejado recientemente<br />
y el Castillo se erguía libre de malezas. Al entrar allí encontramos<br />
otra sorpresa. Lo habían barrido y en la cámara interior,<br />
sobre un banco, había una pequeña cruz de madera, de 16 ó 18 pulgadas<br />
de altura, pintada de azul con algunas figuras.<br />
La cruz estaba arropada en un minúsculo vestido bordado similar<br />
al usado por las mujeres mayas {'ipil), y enfrente de la piedra<br />
donde estaba Morley halló gotas de sebo blancas, amarillas y rosadas.<br />
Dejaron el altar tal como estaba.<br />
Un día después de su llegada, Morley recibió la visita de<br />
Paulino Caamal, el mismo que hablaría con George Mason cuatro<br />
años después. Acompañado por otros oficiales y sus hijos, y tras conocer<br />
el propósito de las tareas de Morley, Caamal le explicó que<br />
se alegraba de recibirnos mientras fuéramos ingleses, y eso fuimos<br />
por el momento. Explicó con cierto detalle y en maya ... que durante<br />
un tiempo habían deseado ser protegidos de Gran Bretaña y<br />
que mucho tiempo atrás la reina Victoria había prometido recibirlos<br />
en tal calidad. También dijo que estaban un poco enfadados porque<br />
habían transcurrido muchos años desde esta promesa y no se la había<br />
cumplido.<br />
Muddy, el intérprete de Morley, oriundo de la Honduras<br />
Británica, tranquilizó a Caamal actualizándolo sobre los problemas<br />
de la realeza: aunque la reina había muerto, el "rey niño" que la<br />
había sucedido había crecido (el rey Jorge V; no era preciso mencionar<br />
a Eduardo VID, así que finalmente "algo cabía esperar".<br />
Caamal regresó dos días después porque Morley había prometido<br />
darle algunos obsequios —"ropas, tabaco, etc."—. Caamal y sus<br />
compañeros vinieron como "griegos trayendo regalos, naranjas, li-<br />
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mas, camotes, aves y naranjas agrias, que son buenas para el té". 41<br />
Aunque desde luego conviene ser cauto con griegos que traen regalos,<br />
en esta oportunidad Morley estaba "demasiado atareado para<br />
ser muy simpático". Dispuso otra visita para la semana siguiente,<br />
pidiendo a los mayas que trajeran algunos artefactos antiguos que<br />
él compraría. Quizá también representaran una ceremonia de la<br />
lluvia para que los extranjeros la fotografiaran.<br />
Muddy dijo que el cura [un sacerdote maya que vem'a con Caamal]<br />
no se oponía a esa farsa" (por decirlo con cierta crudeza). Su observación<br />
fue que "estos indios harían cualquier cosa por dinero".<br />
Regresarán el martes o el miércoles de la semana próxima, y veremos<br />
qué hacen entonces.<br />
Una semana después Caamal regresó con un numeroso grupo<br />
de mayas de Chun Pom. "Era un extraño espectáculo. Una cincuentena<br />
de indios acuclillados en el suelo, cada cual con un arma en la<br />
mano. Parecía una joven guarnición."<br />
Y eso era, en efecto, la guarnición del centro de cultos de<br />
Chun Pom, que protegía ese santuario de los intrusos. Estaban armados<br />
con armas que se cargaban por delante y algunos rifles<br />
Mauser de repetición, "todos bien mantenidos", según señaló un<br />
observador. Y podían abastecerse en un gran depósito oculto de pólvora<br />
comprada mediante ingresos generados por concesiones a contratistas<br />
extranjeros de chicle que trabajaban en una angosta franja<br />
de la costa. 42<br />
No habían ido a Tulum para hacer una representación para<br />
los extranjeros, sino para hablar de asuntos serios. Dos oficiales<br />
mayas se sentaron bajo la tienda de Morley, un tercero se sentó<br />
aparte con aire "huraño y reprobatorio" ("e incluso rechazó la copita<br />
de coñac con que convidé a todos"). "La conferencia comenzó cuando<br />
el intérprete [de los mayas, Juan Bautista Vega] me contó que el<br />
pueblo de Chun Pom sospechaba que talaríamos los árboles y construiríamos<br />
allí un pueblo para los mexicanos. Esto les disgustaría,<br />
y querían saber cuáles eran nuestras intenciones y a qué habíamos<br />
ido. ...Durante un rato la situación fue bastante tensa."<br />
Los aliados británicos de los rebeldes habían talado árboles en<br />
un tiempo, según acuerdos comerciales que satisfacían estratégicamente<br />
a los rebeldes. Pero los invasores mexicanos y yucatecos<br />
también talaban árboles y despejaban zonas alrededor de las ruinas<br />
durante la ocupación militar de la zona. Morley explicó que sólo<br />
habían ido para estudiar las ruinas y que él había efectuado trabajos<br />
similares en muchos otros países. Mostró fotos de las ruinas<br />
de Tulum tomadas durante su labor. Aseguró a los visitantes ma-<br />
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