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Sullivan, Conversaciones inconclusas - Histomesoamericana

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El Castillo de Tulum, 1842.<br />

tinuar con sus exploraciones. La costa este de la Península de Yucatán<br />

era; como dijo un explorador posterior, "una de las zonas más<br />

agrestes y menos conocidas del Nuevo Mundo", y las ruinas de<br />

Tulum estaban peligrosamente cerca del corazón del territorio rebelde;<br />

"desembarcar en Tulum se podía pagar con la vida". 21 Si la<br />

reputación de los mayas rebeldes de Santa Cruz era mala, la de los<br />

de Tulum era peor. Los exploradores evitaron Tulum durante casi<br />

todo el resto del siglo diecinueve, aunque hacheros de Honduras<br />

Británica aparentemente operaban allí, y a veces Tulum era un importante<br />

centro de comercio entre rebeldes y hondurenos británicos,<br />

así como blanco de los esfuerzos mexicanos para interrumpir<br />

ese comercio y pacificar a los rebeldes. 22<br />

Tulum, sin embargo, era un sito demasiado atractivo para que<br />

los exploradores lo siguieran evitando. En 1895 un yate lleno de<br />

científicos norteamericanos, incluido el curador de antropología del<br />

Field Columbian Museum de Chicago, William Holmes, se acercó<br />

"para tener un atisbo de la gran ruina de Tulum, ahora puesto de<br />

40<br />

avanzada de indios hostiles". Holmes y sus acompañantes se conformaron<br />

con la "observación distante" que podían efectuar desde el<br />

yate, pues, habiendo oído hablar de "síntomas especiales de hostilidad",<br />

pensaron que "sin duda los indios hostiles nos dispararían si<br />

intentábamos desembarcar". 23 Al menos diez expediciones a Tulum<br />

se realizaron en los siguientes treinta años, cada cual restringida<br />

por el miedo y practicando la elusion, los extranjeros debiendo desentrañar<br />

ambiguos signos de la presencia y las intenciones de los<br />

invisibles mayas hasta que al final se encontraron y comenzaron a<br />

hablar.<br />

George Howe y William Parmelee, patrocinados por la Universidad<br />

de Harvard, desembacaron en Tulum en 1911. Pasaron dos<br />

días explorando las ruinas, pernoctando en la nave anclada frente<br />

a la costa, siempre alerta a la presencia de indios hostiles, que según<br />

los rumores aún usaban las ruinas como altar de su adoración<br />

pagana. 24 "Para llevar a cabo el trabajo en esta región", Howe consideraba<br />

necesario contar con la asistencia de las autoridades mexicanas,<br />

que deberían suministrar una escolta de treinta de soldados para<br />

trabajar en Tulum. ...Esto sería absolutamente necesario, pues los<br />

indios son extremadamente hostiles y viven muy cerca. Estoy convencido<br />

de que todo grupo no preparado para defenderse sería atacado<br />

antes de trabajar mucho tiempo en cualquiera de estos sitios. 26<br />

Howe y Parmelee no contaron con dicha escolta armada, y angustiosamente<br />

registraron muchos signos de la presencia de los rebeldes<br />

mayas. En la playa hallaron huellas y varas cortadas que<br />

sugerían que recientemente alguien había buscado huevos de tortuga<br />

en la arena. Desde la nave, de noche, presenciaron una fogata<br />

que se encendía en la costa y se apagaba minutos después. Al día<br />

siguiente avistaron una bandera blanca flameando en una colina a<br />

tres kilómetros de las ruinas, en la dirección, creían ellos, de la aldea<br />

rebelde más cercana. Howe recordó que los primeros exploradores<br />

españoles habían señalado que los mayas usaban banderas<br />

blancas y negras para hacer señas a las naves que bogaban frente a<br />

esas costas. Al parecer no importaba que eso hubiera ocurrido hacía<br />

cuatro siglos, pues era la misma costa, y los extranjeros consideraban<br />

que todos los mayas vivientes, los mayas rebeldes, eran similares<br />

a los indios de tiempos de la conquista.<br />

Durante su segundo día en las ruinas Parmelee contó a Howe<br />

que también había visto ondear una bandera blanca en la estructura<br />

principal de las ruinas (el Castillo) —más temprano esa mañana<br />

y al parecer sin darle importancia en el momento—, así que deliberaron<br />

sobre el probable sentido de esas señales. Dado que se sabía<br />

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