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'La presunta autoridad de los diccionarios', de Javier López ... - El País

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Fragmento <strong>de</strong>: ‘La <strong>presunta</strong> <strong>autoridad</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> diccionarios’, <strong>de</strong> <strong>Javier</strong> <strong>López</strong> Facal<br />

EDITORIAL CSIC / Los Libros <strong>de</strong> la Catarata, 2010<br />

Llegamos ya a España. Deberíamos <strong>de</strong>dicarle a la historia lexicográfica <strong>de</strong> nuestro país un mayor<br />

espacio <strong>de</strong>l que hemos <strong>de</strong>dicado a las otras lenguas europeas, pero ello <strong>de</strong>sequilibraría el contenido <strong>de</strong><br />

este librito, que no es más que una breve introducción al tema. Al que <strong>de</strong>see saber más sobre lexicografía<br />

española tras la lectura <strong>de</strong> este aperitivo, no le resultará difícil encontrar monografías más <strong>de</strong>talladas y<br />

documentadas24.<br />

No entraremos en <strong>de</strong>talle <strong>de</strong> <strong>los</strong> orígenes medievales <strong>de</strong> las lexicografías española y vasca, que vemos<br />

brotar juntas en La Rioja en las G<strong>los</strong>as Emilianenses, quizá <strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l siglo X, ni <strong>de</strong> otros<br />

protoléxicos medievales, hechos públicos a golpe <strong>de</strong> muñeca <strong>de</strong> monjes copistas y otros amanuenses,<br />

sino que vamos a limitarnos a ofrecer un inventario selectivo <strong>de</strong> diccionarios españoles, sólo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

invención <strong>de</strong> la imprenta por Gutenberg, hacia 1450.<br />

<strong>El</strong> <strong>de</strong>cano <strong>de</strong> todos el<strong>los</strong> es una mo<strong>de</strong>sta obrita <strong>de</strong>l catalán, publicada en Venecia en 1489, llamada Liber<br />

<strong>El</strong>egantiarum <strong>de</strong> un empren<strong>de</strong>dor valenciano llamado Joan Esteve, o Johannes Stephanus, notario<br />

público regia auctoritate, que se tiene a sí mismo por un vir eruditissimus civis Valentianus y nos ofrece<br />

una relación <strong>de</strong> frases y expresiones en catalán, con su correspon<strong>de</strong>ncia en latín.<br />

Un año <strong>de</strong>spués publica Alfonso Fernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Palencia (1423-1492), en Sevilla, su Uniuersale<br />

Compendium Vocabulorum o Vocabulario Universal en latín y en romance, que, aunque se trata <strong>de</strong> una<br />

obra importante, pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rada como el último exponente <strong>de</strong> la lexicografía medieval25. Este<br />

ju<strong>de</strong>oconverso, probablemente soriano, fue persona influyente en la sociedad <strong>de</strong> la época (por ejemplo,<br />

fue cronista oficial <strong>de</strong> la reina Isabel durante cinco años) y, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> este diccionario, nos <strong>de</strong>jó una<br />

obra amplia y muy interesante.<br />

Dos años <strong>de</strong>spués, es <strong>de</strong>cir, en el annus mirabilis <strong>de</strong> 1492, un lebrijano llamado Antonio Martínez <strong>de</strong><br />

Cala y Jarava (1441-1522), más conocido en el mundo como Antonio <strong>de</strong> Nebrija, publicó en Salamanca<br />

un Diccionario latino español, que no sólo es el primer diccionario mo<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> nuestra lengua, sino que<br />

habría <strong>de</strong> ejercer una notable influencia en la lexicografía europea <strong>de</strong> la época.<br />

Ese mismo año, este ilustre profesor <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Salamanca y, posteriormente, <strong>de</strong> la<br />

Universidad Complutense (naturalmente, la <strong>de</strong> Alcalá), publicaría la Gramática castellana, primera<br />

gramática <strong>de</strong> una lengua europea mo<strong>de</strong>rna, <strong>de</strong>dicada a la reina Isabel con estas palabras: “Cuando bien<br />

comigo pienso, mui esclarecida Reina, i pongo <strong>de</strong>lante <strong>los</strong> ojos el antiguedad <strong>de</strong> todas las cosas, que para<br />

nuestra recordacion i memoria quedaron escriptas, una cosa hallo i saco por conclusión mui cierta, que<br />

siempre la lengua fue compañera <strong>de</strong>l imperio…”. La reina no entendió por qué le había <strong>de</strong>dicado aquel<br />

libro y qué sentido tenía escribirlo, cuando se trataba <strong>de</strong> un romance que ella y muchos <strong>de</strong> sus súbditos<br />

dominaban sin necesidad <strong>de</strong> estudiarlo con una gramática.<br />

Poco <strong>de</strong>spués, quizá en 1495, publicó don Antonio, <strong>de</strong> nuevo en Salamanca, un Vocabulario españollatino,<br />

obra que también sirvió <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>lo para otros diccionarios europeos26, ya cuando había colgado<br />

<strong>los</strong> hábitos a consecuencia <strong>de</strong> una irreprimible pasión amorosa, que nos <strong>de</strong>scribe sincera y resignadamente:<br />

“Quiso la fatalidad que la incontinencia me precipitase en el matrimonio”, confiesa el<br />

humanista lebrijano.<br />

Aunque referido a una parcela especial <strong>de</strong>l léxico, hay que mencionar el Vocabularium ecclesiasticum <strong>de</strong><br />

Rodrigo Fernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Santaella, paisano y amigo <strong>de</strong> Antonio <strong>de</strong> Nebrija, publicado en Sevilla en 1499,<br />

1


en la imprenta <strong>de</strong> una conocida asociación <strong>de</strong> impresores alemanes27 y que habría <strong>de</strong> tener un éxito muy<br />

notable, lo que explica sus numerosas reediciones durante <strong>los</strong> sig<strong>los</strong> siguientes.<br />

Ya a finales <strong>de</strong>l siglo XVI, concretamente en Salamanca en 1587, aparece un curioso Dictionario <strong>de</strong><br />

vocab<strong>los</strong> castellanos, applicados a la propiedad latina, <strong>de</strong> un enigmático Alonso Sánchez <strong>de</strong> la Ballesta,<br />

probable pseudónimo <strong>de</strong>l padre Frómesta <strong>de</strong> San Agustín28, que se inicia con un extraño soneto, en el<br />

que confiesa que lo compuso “en su edad más tierna y floreciente” pero que “<strong>de</strong>terminó imprimir agora<br />

anciano”; y aunque reconoce con una aparente picardía que “no consiente que esté su nombre aquí”,<br />

hace un juego <strong>de</strong> palabras con una “aljaba” <strong>de</strong> la que “tiró mil flechas con Ballesta agena”. O sea, uno <strong>de</strong><br />

<strong>los</strong> más conspicuos frikis <strong>de</strong> la lexicografía española, lo que no resta interés ni calidad a su diccionario.<br />

Pocos años <strong>de</strong>spués, concretamente en 1593, encontramos un curiosísimo diccionario <strong>de</strong> arabismos <strong>de</strong>l<br />

franciscano granadino Diego <strong>de</strong> Guadix, intérprete <strong>de</strong> árabe <strong>de</strong>l tribunal <strong>de</strong> la Inquisición <strong>de</strong> su ciudad,<br />

la Recopilación <strong>de</strong> algunos nombres arábigos que <strong>los</strong> árabes (en España, Francia e Italia) pusieron a<br />

algunas ciuda<strong>de</strong>s y a otras muchas cosas, que en realidad tiene mucho más léxico común que<br />

topónimos29 y que sin duda es un valiosísimo precursor <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> <strong>los</strong> arabismos en las lenguas<br />

europeas.<br />

Reproduzco un divertido artículo <strong>de</strong> este diccionario para mostrar su estilo:<br />

jarra/jarro. Llaman en España a un vaso manero <strong>de</strong> barro o <strong>de</strong> qualquier otra materia […]Sólo ay que advertir aquí a <strong>los</strong><br />

españoles andaluzes que fue d´el obispado <strong>de</strong> Jaén, que las mugeres <strong>de</strong> aquella tierra, dizen zarro y zarrito y zarra y zarrita. Y nos<br />

reymos d´ellas, pensando que hablan assí, rebentando <strong>de</strong> repulidas y melindrosas, y no es sino que hablan algarabía, haziendo<br />

corrupción en este nombre ZERR.<br />

Ya en el siglo XVII, concretamente en 1611, aparece una obra fundamental: el Tesoro <strong>de</strong> la lengua<br />

castellana o española. Compuesto por el licenciado Don Sebastián <strong>de</strong> Cobarruuias Orozco, Capellan <strong>de</strong><br />

Su Magestad, mastrescuela y Canonigo <strong>de</strong> la Santa Yglesia <strong>de</strong> Cuenca, y Consultor <strong>de</strong>l Santo Oficio <strong>de</strong><br />

la Inquisicion. Dirigida a la Magestad Catolica <strong>de</strong>l Rey Don Felipe III nuestro Señor, en Madrid, por<br />

Luis Sanchez, impresor <strong>de</strong>l Rey N.S., año <strong>de</strong>l Señor M.DC.XI. Nacido en Toledo en 1539, estudió en<br />

Salamanca, don<strong>de</strong> obtuvo las ór<strong>de</strong>nes que le convertirían en capellán <strong>de</strong> Felipe II, con cuyo apoyo<br />

obtuvo una canongía en Cuenca.<br />

Pretendía, en realidad, explicar las etimologías <strong>de</strong> las palabras, a la manera <strong>de</strong> san Isidoro, para lo que<br />

incluía palabras latinas que ayudaran a explicar cada artículo, siguiendo el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Calepino, “uno <strong>de</strong><br />

sus más importantes inspiradores”30, pero le acabó saliendo una especie <strong>de</strong> diccionario enciclopédico.<br />

Así, por ejemplo, la palabra elefante ocupa <strong>de</strong> la página 494 a la 502 y cuenta en ellas divertidas<br />

historias, como que “en Egypto, un elefante se enamoró <strong>de</strong> una muger que vendía guirnaldas. La señal<br />

<strong>de</strong>l amor en todos es la alegría, quando están en la presencia; las caricias y halagos groseros, <strong>los</strong> dineros<br />

(que dava el pueblo) guardados y echados <strong>de</strong>spués en el seno <strong>de</strong> la muger amada”.<br />

Obviamente sus etimologías suelen ser disparatadas, como casi todas las anteriores a la lingüística<br />

mo<strong>de</strong>rna, pero su estilo es ameno y entretenido y, todavía un siglo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> publicado, el Diccionario<br />

<strong>de</strong> <strong>autoridad</strong>es <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia lo alaba. Curiosamente, es mucho menos purista que sus sucesores<br />

dieciochescos, porque justifica candorosamente <strong>los</strong> préstamos léxicos extranjeros por el carácter<br />

cosmopolita <strong>de</strong> la Corte.<br />

Llegamos así al siglo XVIII, cuando un grupo <strong>de</strong> caballeros ilustrados, dirigidos por el navarro don Juan<br />

Manuel Fernán<strong>de</strong>z Pacheco, marqués <strong>de</strong> Villena, ex virrey <strong>de</strong> Navarra, Aragón y Cataluña y<br />

posteriormente <strong>de</strong> Nápoles, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> imitar el ejemplo <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia Francesa (establecida en 1635) y <strong>de</strong><br />

la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Crusca (<strong>de</strong> 1582) y crea en 1713 la Real Aca<strong>de</strong>mia Española (RAE)31, cuya fundación<br />

aprobó el rey Felipe V, que no sólo la colocó bajo su amparo y real protección, sino que incluso la dotó<br />

económicamente con sesenta mil reales <strong>de</strong> vellón, para que pudiera realizar con eficacia su misión <strong>de</strong><br />

“fijar las voces y vocab<strong>los</strong> <strong>de</strong> la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza”.<br />

2


Su primer diccionario y el único hecho hasta ahora <strong>de</strong> nueva planta, es <strong>de</strong>cir, sin basarse en otro<br />

preexistente, apareció entre 1726 y 1739, en seis volúmenes, con el título <strong>de</strong> Diccionario <strong>de</strong> la lengua<br />

castellana, en que se explica el verda<strong>de</strong>ro sentido <strong>de</strong> las voces, su naturaleza y calidad, con las phrases<br />

o motivos <strong>de</strong> hablar, <strong>los</strong> proverbios o refranes y otras cosas convenientes <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong> la lengua, y que es<br />

conocido como Diccionario <strong>de</strong> <strong>autoridad</strong>es.<br />

En 1780 apareció la primera edición <strong>de</strong>l Diccionario <strong>de</strong> la lengua castellana compuesto por la Real<br />

Aca<strong>de</strong>mia Española, reducido a un tomo para su más fácil uso, hoy más conocido como Diccionario <strong>de</strong><br />

la Real Aca<strong>de</strong>mia Española (DRAE), que incluía unos sesenta mil artícu<strong>los</strong> y que era una especie <strong>de</strong><br />

resumen <strong>de</strong>l anterior, obra que habría <strong>de</strong> alcanzar un enorme éxito y habría <strong>de</strong> conseguir una enorme<br />

<strong>autoridad</strong>32. Su 22ª edición es <strong>de</strong> 2001 y la 23ª se espera para 2013.<br />

Curiosamente en 1784 la Aca<strong>de</strong>mia aceptó a la primera mujer entre sus miembros, doña María Isidra <strong>de</strong><br />

Guzmán, primera doctora por la Universidad Complutense (<strong>de</strong> Alcalá) y quizá la primera académica <strong>de</strong>l<br />

mundo, pero se ve que esta muestra <strong>de</strong> aperturismo <strong>de</strong> <strong>los</strong> señores académicos resultó muy prematura,<br />

porque no se repetiría la experiencia hasta dos sig<strong>los</strong> <strong>de</strong>spués, cuando ingresó Carmen Con<strong>de</strong> en 1978.<br />

<strong>El</strong> hecho es que el prestigio <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia le confirió un cuasi monopolio sobre <strong>los</strong> diccionarios <strong>de</strong> la<br />

lengua <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mediados <strong>de</strong>l siglo XVIII hasta mediados <strong>de</strong>l siglo XIX, y aun <strong>de</strong>spués, y su mera<br />

existencia <strong>de</strong>sanimaba a algunos estudiosos a empren<strong>de</strong>r por libre otras empresas lexicográficas propias.<br />

No es éste el caso <strong>de</strong>l diligente jesuita vizcaíno Esteban <strong>de</strong> Terreros y Pando, que “<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> millares<br />

<strong>de</strong> libros que he manejado, con la ari<strong>de</strong>z <strong>de</strong> no sacar algunas veces <strong>de</strong> el<strong>los</strong> sino solo el pequeño fruto o<br />

esquilmo <strong>de</strong> una ó dos voces; <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> sesenta mil horas <strong>de</strong> trabajo”33 culminó su excelente<br />

Diccionario castellano con las voces <strong>de</strong> ciencias y artes hacia 176734. Pero, con la expulsión <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />

jesuitas <strong>de</strong> <strong>los</strong> dominios <strong>de</strong> la corona española, el pobre padre Esteban <strong>de</strong> Terreros murió <strong>de</strong>sterrado en<br />

Forlì, en la Emilia Romagna italiana, en 1782, sin verlo publicado, ya que no sería impreso hasta 1786-<br />

1793, gracias al empeño <strong>de</strong> unos libreros madrileños.<br />

Este diccionario supera al <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia en nada menos que 20.000 artícu<strong>los</strong>, entre <strong>los</strong> que <strong>de</strong>stacan el<br />

léxico regional andaluz, <strong>los</strong> americanismos o las jergas gitanas. No resisto la tentación <strong>de</strong> reproducir dos<br />

artícu<strong>los</strong> <strong>de</strong> esta joya lexicográfica:<br />

GRINGOS, llaman en Málaga á <strong>los</strong> estranjeros, que tienen cierta especie <strong>de</strong> acento, que <strong>los</strong> priva <strong>de</strong> una locución facil y natural<br />

Castellana; y en Madrid dán el mismo, y por la misma causa con particularidad á <strong>los</strong> Irlan<strong>de</strong>ses.<br />

TAGARNINAS, cardil<strong>los</strong> […] En Andalucía es voz comun para <strong>los</strong> cardil<strong>los</strong> la <strong>de</strong> tagarninas.<br />

<strong>El</strong> primer artículo <strong>de</strong>smonta fantasiosas etimologías <strong>de</strong> esta palabra que circulan por ahí, especialmente<br />

en Latinoamérica, <strong>de</strong> que su origen se <strong>de</strong>bería a una canción (“Green grow the roses”, o algo así),<br />

cantada por soldados norteamericanos en una <strong>de</strong> sus frecuentes intervenciones al sur <strong>de</strong>l Río Gran<strong>de</strong>; el<br />

segundo es <strong>de</strong> una ejemplar precisión.<br />

Pero la tozuda perseverancia <strong>de</strong>l padre Esteban <strong>de</strong> Terreros no podía ser, obviamente, un fenómeno<br />

frecuente.<br />

<strong>El</strong> hecho es que el DRAE se siguió editando sin pausa, con sucesivos cambios e incrementos en 1783,<br />

1791 y 1803. A partir <strong>de</strong> esta edición, se llama ya Diccionario <strong>de</strong> la lengua castellana y aparece en<br />

1822, 1832, 1837, 1843, 1852, 1869, 1884 y 1889.<br />

Sin embargo, el siglo XIX, el <strong>de</strong>l romanticismo, el liberalismo, el socialismo, el anarquismo, el<br />

evolucionismo, el racionalismo y otros <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nados errores <strong>de</strong> la mente que el beato papa Pío Nono<br />

tuvo a bien <strong>de</strong>clarar anatemas en su minucioso Syllabus errorum (“Catálogo <strong>de</strong> errores”)35, no solía<br />

tolerar mansamente las <strong>autoridad</strong>es indiscutibles, ni siquiera en materia <strong>de</strong> diccionarios, y, por lo tanto,<br />

el monopolio <strong>de</strong>l DRAE, unido a su conservadurismo, al limitado número <strong>de</strong> sus artícu<strong>los</strong> y a su<br />

3


parsimonia en la incorporación <strong>de</strong> <strong>los</strong> neologismos que entonces estaban surgiendo atropelladamente,<br />

fue cuestionado y <strong>de</strong>safiado.<br />

Nos encontramos así con Vicente Salvá Pérez (1786-1849), helenista liberal valenciano36 que, como<br />

otros ilustres ciudadanos, tuvo que exiliarse en Londres tras la experiencia abortada <strong>de</strong>l “trienio liberal”<br />

y luego en París, don<strong>de</strong> publicó chez l´auteur en 1846 su Nuevo diccionario <strong>de</strong> la lengua castellana que<br />

compren<strong>de</strong> la última edición íntegra, muy rectificada y mejorada, <strong>de</strong>l publicado por la Aca<strong>de</strong>mia<br />

Española y unas veintiséis mil voces, acepciones, frases y locuciones, entre ellas muchas americanas,<br />

añadidas por don Vicente Salvá. <strong>El</strong> título <strong>de</strong> la obra es toda una <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> principios y una clara<br />

exposición <strong>de</strong> su plan: reconoce su <strong>de</strong>uda con el diccionario académico, pero <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> la objetividad en<br />

el tratamiento <strong>de</strong>l léxico y en la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> las palabras; abandona <strong>los</strong> planteamientos puristas y<br />

elitistas <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia e intenta ponerse al día <strong>de</strong> lo que se estaba haciendo en la Europa <strong>de</strong> su tiempo,<br />

don<strong>de</strong> <strong>los</strong> diccionarios <strong>de</strong> corte dieciochesco estaban siendo superados como exponentes <strong>de</strong>l Ancien<br />

régime.<br />

En 1853-1855 aparece en Madrid el Diccionario enciclopédico <strong>de</strong> la lengua española, con todas las<br />

vozes, frases, refranes y locuciones usadas en España y las Américas españolas, en dos volúmenes,<br />

dirigido por Eduardo Chao y posteriormente por Nemesio Fernán<strong>de</strong>z Cuesta37, que alcanzó un gran<br />

prestigio y que por ello tuvo numerosas reimpresiones a lo largo <strong>de</strong> todo el siglo.<br />

Ana Bueno (véase la nota a pie <strong>de</strong> página) señala que este diccionario “inaugura en nuestra lexicografía<br />

una nueva forma <strong>de</strong> redacción, la <strong>de</strong>nominada en equipo, con un director responsable al frente <strong>de</strong> la<br />

redacción”. La razón <strong>de</strong> esta innovación nos la ofrece el mismo redactor jefe en el Prólogo <strong>de</strong>l diccionario:<br />

“Los libros que, como éste, contienen <strong>los</strong> elementos <strong>de</strong> todas las ciencias, y constituyen en<br />

algún modo el código <strong>de</strong> la civilización <strong>de</strong> un pueblo y <strong>de</strong> su tiempo, no pue<strong>de</strong>n ser empresa <strong>de</strong> un solo<br />

individuo, sino <strong>de</strong> una sociedad armónica y organizada”.<br />

Obsérvese, a<strong>de</strong>más, que este diccionario se llama ya “<strong>de</strong> la lengua española” y no castellana,<br />

<strong>de</strong>nominación que el DRAE no aceptaría hasta su edición <strong>de</strong> 1925.<br />

La Aca<strong>de</strong>mia, en efecto, siguió llamando a su diccionario “<strong>de</strong> la lengua castellana” en la edición <strong>de</strong><br />

1914, pero a partir <strong>de</strong> la <strong>de</strong> 1925 siguió la <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> Eduardo Chao, que ya repite en las ediciones<br />

<strong>de</strong> 1936-1939, 1947, 1956, 1970, 1984, 1992 y 1995, año en el que aparece también en CD-ROM.<br />

Pero, a pesar <strong>de</strong> las múltiples ediciones <strong>de</strong>l DRAE a lo largo <strong>de</strong>l siglo XX, <strong>los</strong> diccionarios más<br />

interesantes, y mejores, <strong>de</strong> ese siglo son obra <strong>de</strong> personalida<strong>de</strong>s in<strong>de</strong>pendientes y extraordinariamente<br />

brillantes: el colombiano Rufino José Cuervo y <strong>los</strong> españoles Julio Casares, María Moliner y Manuel<br />

Seco.<br />

Rufino José Cuervo (1844-1911), latinista y helenista colombiano que residió en París <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1882 hasta<br />

su muerte, inició el monumental Diccionario <strong>de</strong> construcción y régimen <strong>de</strong> la lengua castellana, cuyo<br />

primer volumen se publicó en 1886 y que en vida no llegó a pasar <strong>de</strong> la letra E. <strong>El</strong> Gobierno colombiano<br />

fundó en 1941 el Instituto <strong>de</strong> Lexicografía Caro y Cuervo para continuar su obra, <strong>de</strong> acuerdo con el<br />

minucioso plan que había <strong>de</strong>jado trazado el fundador. En este instituto han trabajado ilustres<br />

lexicógrafos <strong>de</strong> varios países, entre el<strong>los</strong> conocidos expertos españoles. La obra se terminó en 1995, más<br />

<strong>de</strong> un siglo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que apareciera el primer tomo, y se publicó completa en Barcelona (ed. Her<strong>de</strong>r)<br />

en 1998, en ocho tomos que costaban 78.000 pesetas. Es, obviamente, una obra para especialistas, pero<br />

su consulta ocasional en una biblioteca pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>parar momentos gozosos para <strong>los</strong> amantes <strong>de</strong> <strong>los</strong> diccionarios<br />

y, en general, <strong>de</strong> las palabras. Una auténtica obra maestra.<br />

Julio Casares era una personalidad polifacética, políglota, <strong>de</strong> gran cultura, que, ante la imposibilidad <strong>de</strong><br />

modificar <strong>los</strong> roqueños hábitos <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia, a pesar <strong>de</strong> que era su secretario perpetuo, <strong>de</strong>dicó<br />

veinticinco años <strong>de</strong> su vida a la elaboración <strong>de</strong> un interesantísimo Diccionario i<strong>de</strong>ológico <strong>de</strong> la lengua<br />

4


española (primera edición, Barcelona, Gustavo Gili, 1942, con múltiples reimpresiones) al que<br />

volveremos más a<strong>de</strong>lante.<br />

María Moliner es la autora <strong>de</strong> un extraordinario Diccionario <strong>de</strong> uso <strong>de</strong>l español, publicado en Madrid<br />

por la editorial Gredos en dos volúmenes en 1966-1967 (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1995 existe edición en CD-ROM;<br />

segunda edición revisada, 1998; tercera edición, 2007; existe versión en línea), al que <strong>de</strong>dicó dieciséis<br />

años <strong>de</strong> su vida <strong>de</strong> bibliotecaria profesional y represaliada política, que nunca llegó a ser académica. Más<br />

a<strong>de</strong>lante volveremos a ella.<br />

Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos son <strong>los</strong> autores <strong>de</strong>l que, para mí, es actualmente el mejor<br />

diccionario monolingüe <strong>de</strong>l español: Diccionario <strong>de</strong>l español actual, Madrid, Aguilar, 1999, en dos<br />

volúmenes. Recomiendo al lector que lea, por ejemplo, <strong>los</strong> dos artícu<strong>los</strong> que este diccionario <strong>de</strong>dica a<br />

marrón: es un paradigma <strong>de</strong> trabajo lexicográfico bien hecho.<br />

La única pega <strong>de</strong> este diccionario es que se ha basado en un amplio corpus documental, pero sólo <strong>de</strong><br />

textos <strong>de</strong> España, y no <strong>de</strong> América, lo que es una grave limitación. Ojalá que se siga reeditando en el<br />

futuro y se colme esta laguna.<br />

Diremos para terminar que la RAE <strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l siglo XX y comienzos <strong>de</strong>l XXI no es, en absoluto, esa<br />

institución <strong>de</strong> talante casi taxi<strong>de</strong>rmista que pa<strong>de</strong>cieron tantos usuarios <strong>de</strong> diccionarios <strong>de</strong> sig<strong>los</strong> pasados<br />

y hasta fechas no tan lejanas: actualmente, en efecto, esta institución se sitúa entre las que constituyen la<br />

vanguardia <strong>de</strong> <strong>los</strong> estudios <strong>de</strong> la lengua española, y algunas <strong>de</strong> sus gramáticas, ortografías y estudios<br />

varios son <strong>de</strong> una profesionalidad y factura ejemplares. Su Diccionario panhispánico <strong>de</strong> dudas<br />

(Santillana, Madrid, 2005), a pesar <strong>de</strong> su nombre tan rimbombante, es una obra espléndida, que supera<br />

todo lo que existía anteriormente; su recién aparecido Diccionario <strong>de</strong> americanismos, publicado también<br />

por Santillana, pero en Lima (2010), aunque criticado por algunas lagunas regionales, es también una<br />

obra <strong>de</strong> gran calidad. Y la inminente Ortografía promete sencillamente el nivel exigible en estos<br />

tiempos; su proyecto <strong>de</strong> diccionario histórico es probable que esta vez sí llegue a concluirse; su edición<br />

en red <strong>de</strong>l DRAE en el estado actual, con las nuevas incorporaciones léxicas, es una herramienta<br />

excelente; su política <strong>de</strong> hermandad con las 21 aca<strong>de</strong>mias <strong>de</strong> la lengua española es modélica, et sic <strong>de</strong><br />

coeteris.<br />

Por primera vez en muchos años, po<strong>de</strong>mos estar orgul<strong>los</strong>os <strong>de</strong> su labor. ¡Ojalá <strong>de</strong>cida hacer un<br />

diccionario <strong>de</strong> nueva planta, por segunda vez en su historia!<br />

NOTAS<br />

24 Véanse, por ejemplo, M. Seco: Estudios <strong>de</strong> lexicografía española, Paraninfo, Madrid, 1987; M. Alvar Ezquerra (coord.): Estudios <strong>de</strong><br />

historia <strong>de</strong> la lexicografía <strong>de</strong>l español, Málaga, 1996, o I. Ahumada (ed.): Cinco sig<strong>los</strong> <strong>de</strong> lexicografía <strong>de</strong>l español, Universidad <strong>de</strong> Jaén,<br />

Jaén, 2000. Las bibliografías <strong>de</strong> este último autor (Diccionario bibliográfico <strong>de</strong> la metalexicografía <strong>de</strong>l español. Orígenes, año 2000 y su<br />

continuación para <strong>los</strong> años 2001-2005), editadas por la Universidad <strong>de</strong> Jaén, pue<strong>de</strong>n saciar la curiosidad incluso <strong>de</strong> <strong>los</strong> lectores más<br />

contumazmente insaciables.<br />

25 Gloria Guerrero Ramos: “Nebrija, primer lexicógrafo español”, en Alvar Ezquerra, op. cit., p. 9.<br />

26 Gloria Guerrero Ramos, op. cit., p. 10.<br />

27 Antonia María Medina Guerra: “Los diccionarios latín-español <strong>de</strong> <strong>El</strong>io Antonio <strong>de</strong> Nebrija y Rodrigo Fernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Santaella”, en M.<br />

Alvar Ezquerra, op. cit., p. 28.<br />

28 Antonia María Medina Guerra: “Alonso Sánchez <strong>de</strong> la Ballesta, ¿seudónimo?”, en Alvar Ezquerra, op. cit., pp. 43 y ss.<br />

29 Existe una reciente edición <strong>de</strong> esta obra, a cargo <strong>de</strong> Águeda Moreno Moreno, Jaén, 2007. Véase también su capítulo “Léxico histórico<br />

regional en las primeras obras lexicográficas etimológicas”, en Lexicografía Regional <strong>de</strong>l Español, ed. Ignacio Ahumada, Universidad <strong>de</strong><br />

Jaén, 2004, pp. 240 y ss.<br />

30 M. Seco, op. cit., p. 118. Véase también, Juan Crespo Hidalgo: “Las <strong>autoridad</strong>es <strong>de</strong>l Suplemento al Tesoro <strong>de</strong> la lengua castellana <strong>de</strong><br />

Sebastián <strong>de</strong> Covarrubias”, en Alvar Ezquerra, op. cit., pp. 61 y ss.<br />

31 <strong>El</strong> artículo <strong>de</strong> la Wikipedia sobre la RAE (actualizado el 31 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 2010 a las 13:35) es muy recomendable y es más informativo<br />

que la página web <strong>de</strong> la propia Aca<strong>de</strong>mia.<br />

32 Véase el capítulo posterior sobre la <strong>autoridad</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> diccionarios.<br />

5


33 Véase el excelente trabajo <strong>de</strong> Antonia María Medina Guerra y Marta Concepción Ayala Castro: “Los andalucismos en el Diccionario<br />

castellano <strong>de</strong>l padre Esteban <strong>de</strong> Terreros y Pando”, en la citada Lexicografía Regional <strong>de</strong>l Español, ed. por Ignacio Ahumada.<br />

34 Hay una edición facsímil <strong>de</strong> esta obra hecha por M. Alvar Ezquerra, en cuatro volúmenes, Arco/Libros, Madrid, 1987.<br />

35 Promulgó en 1864 este pontífice, cuyo pontificado fue el más largo <strong>de</strong> la historia, una encíclica- Quanta cura, con un apéndice llamado<br />

“Catálogo <strong>de</strong> errores”, en el que incluía ochenta proposiciones con<strong>de</strong>natorias <strong>de</strong> las doctrinas progresistas <strong>de</strong> la época. En el año 2000, en<br />

que se presentó la secuencia <strong>de</strong>l genoma humano, fue beatificado.<br />

36 Véase el imprescindible Diccionario biográfico <strong>de</strong>l trienio liberal <strong>de</strong>l sabio historiador Alberto Gil Novales, <strong>El</strong> Museo Universal,<br />

Madrid, 1991.<br />

37 Ana Bueno Morales: “La lexicografía no académica <strong>de</strong>l siglo XIX: el Diccionario Enciclopédico <strong>de</strong> la lengua española publicado por<br />

la editorial Gaspar y Roig”, en Alvar Ezquerra, op. cit., pp. 150 y ss.<br />

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