CARTA PASTORAL - Inicio

Los festejos religiosos para celebrar el Primer Centenario de la
Independencia Nacional, como anunciamos en nuestra Circular del 20 de
Setiembre pasado, se verificarán el 4 de Noviembre próximo, primer viernes
del mes, y consistirán:
a) En una solemne procesión con la imagen del Sacratísimo Corazón de
Jesús, que saldrá a las 8.15 horas de la Santa Iglesia Metropolitana,
hacia el lote que está al Norte de la Aduana Central.
b) En la celebración de la Santa Misa en ese mismo día y lugar por el
Excmo. Señor Arzobispo.
c) En una solemne consagración de la Arquidiócesis al Sagrado Corazón de
Jesús.
d) En la inauguración de los trabajos de construcción de una Iglesia Nacional
dedicada al Sagrado Corazón de Jesús en aquella plaza.
e) En la construcción de esa Iglesia Nacional con fondos de todos los
devotos del Sagrado Corazón de Jesús, de cualquier parte que fueren.
Estos festejos religiosos del Centenario serán precedidos de un Triduo en
la Santa Iglesia Metropolitana, en honor de Santa Margarita María Alacoque,
ferviente propagandista de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, los días
primero, dos y tres de Noviembre, y una Comunión general de los fieles el día
tres en todos las Iglesias principalmente en la Metropolitana.
La Junta Directiva de los trabajos relacionados c0n dicha festividad,
queda integrada por los señores Canónigos Ilmo. Monseñor Don Alejandro
Porras, Don José Calderón y Dr. Trinidad de J. Araya, los señores Curas de la
Capital, Presbíteros Rosendo de J. Valenciano, Cura de la Merced, Don
Mariano Zúñiga, Cura del Carmen, Rev. Fray Angel Álvarez, Cura de la
Dolorosa, Dr. Carlos Borge, Cura de la Soledad y el señor Presbítero Dr. José
Ohlemuller, Rector del Seminario y Director Diocesano del Apostolado de la
Oración, bajo la presidencia del Metropolitano.
Os exhortamos, pues, amados Hijos, vehemente y encarecida mente por la
presente Carta, a participar con férvido entusiasmo en esta Consagración y
ENTRONIZACIÓN PÚBLICA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS en
nuestra Capital.
¡Oh Jesús! Dulcísimo Salvador del hombre, la familia, y de los pueblos y
de las naciones, tuyos somos y tuyos queremos s er; asístenos con tu gracia
para marchar siempre, iluminados con los esplendores de tu fe, por los caminos
de la justicia, de la verdad y de la santidad. Salva, Señor, esta República y