CARTA PASTORAL - Inicio
CARTA PASTORAL - Inicio
CARTA PASTORAL - Inicio
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Nos<br />
EL DR. RAFAEL OTÓN CASTRO JIMÉNEZ<br />
POR LA GRACIA DE DIOS NOS<br />
Y DE LA SANTA SEDE APOSTOLICA<br />
ARZOBISPO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA<br />
Al Ilustrísimo Señor Deán;<br />
Al Venerable Cabildo Metropolitano;<br />
Al Clero y a los fieles de Nuestra Arquidiócesis.<br />
Salud, paz y bendición en Nuestro Señor Jesucristo:<br />
Se inicia en el munido católico un movimiento general que tiende a levantar los<br />
espíritus hacia el centro de unidad y de autoridad del cual se desviaran. Después<br />
de la Gran Guerra, siéntense los horrores que naturalmente nacen de ese<br />
hacinamiento de ruinas sembradas no tanto en los campos de batalla, como en el<br />
entendimiento y en el corazón; y los hombres de buena voluntad, anhelando la<br />
paz prometida por los ángeles, y casi desesperando de obtenerla, al considerar que<br />
cuanto la legislación, la moral y la religión habían condenado como criminal, fue<br />
aclamado como una conquista del progreso y de la civilización, dan un grito de<br />
alarma, y con la Iglesia repiten: Sursum corda! ¡Corazones, volad hasta lo alto!<br />
En Costa Rica, este movimiento regenerador se ha venido mani festando en<br />
afán entusiasta y espontáneo, particularmente en las ciudades principales, de consa -<br />
graciones al Corazón de Jesús. Muy pocos con los hogares donde no se ha veri -<br />
ficado la imponente ceremonia de la Entronización del Corazón de Jesús y donde no<br />
se ostente este Adorable Soberano en la actitud noble, amorosa, atrayente, con<br />
que se reveló a Santa Margarita María de Alacoque. Nos mismo, con<br />
indecible consuelo, hemos presidido muchos de esos homenajes, y nos hemos<br />
convencido de la devoción intensa que hacia el Corazón Deífico impulsa las<br />
almas de los costarricenses.<br />
Pálido reflejo de esos mismos sentimientos fueron las palabras que<br />
estampamos en nuestra primera Carta Pastoral: Nos complacemos en pregonar<br />
que nuestro ministerio pastoral -sin restricción alguna- está consagrado al<br />
adorable Corazón de Jesús… en ese Corazón, abismo de grandeza, abrasado de<br />
amor por los hombres, nos refugiaremos siempre, y no cesaremos de promover su<br />
culto, mientras nos quede un resto de aliento, para avivar el fuego de claridad<br />
que Jesucristo trajo a la tierra. 1<br />
1 Leon XII-49.