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La antigüedad del futuro… / A. H. Toledo herejía el uso de los cientos de nombres dados a los ángeles caídos en varias obras religiosas. De hecho, su contenido enfureció a tal grado a los Padres que uno de ellos, Filastrio, condenó al Libro de Enoc como una obra hereje. En adelante, el Libro de Enoc no sería copiado más por los escribas cristianos, y las copias que aun quedaban en bibliotecas, templos y monasterios fueron perdidas o destruidas, negándole al mundo el acceso al contenido de la obra por mil años. Y en la cima de todo esto, la política de la Iglesia Católica se orientó firmemente a erradicar de la doctrina básica cualquier noción de que los ángeles caídos hubieran alguna vez sido vistos como seres materiales de carne y hueso caminando sobre la Tierra. Lo anterior actualmente parece estar bien establecido. La Nueva Enciclopedia Católica (1967) afirma al respecto que “con el paso del tiempo, la teología ha purificado la oscuridad y el error contenidos en enfoques tradicionales acerca de los ángeles. De esa manera, la teología [actualmente] especifica que la naturaleza de los ángeles es completamente espiritual y ya no mera materia fina, vaporosa y parecida al fuego.” Los ángeles, el sexo y el matrimonio A fines del siglo XIX, el escriturario Delitzsch (1888) mostró que la elección de esposa de los ángeles caídos constituía un verdadero contrato matrimonial, según lo indica la frase verbal hebrea (lakach ishsha) utilizada para describirlo. Dice Delitzsch que para poder concebir tal fenómeno, debe admitirse “que los ángeles asumieron cuerpo humano, y, por tanto, no mera apariencia transitoria de ángeles bajo forma humana sino real encarnación angélica” (1:225). Kurtz (1859) estuvo de acuerdo con Delitzsch en que los ángeles de Génesis 6 no eran meros espíritus incorpóreos sino que poseían cuerpos, cuando dijo que “los ángeles debieron no solo desear asomarse al misterio de la naturaleza humana sino también compartirlo.” Añade que “solo podemos concebir un vínculo sexual entre ángeles e hijas de los hombres si la idea de corporeidad está supuesta en los primeros” (p. 100-101). 45

La antigüedad del futuro… / A. H. Toledo Morgenstern (1939) sugirió por su parte que los ángeles caídos eran suficientemente físicos, ya que su crimen era característico de las pasiones físicas humanas. Afirmó también que el castigo que Dios impuso a tales ángeles fue que asumieran la naturaleza humana de las mujeres con las que se habían unido en la carne, al grado de hacerse mortales. Sentenciados a una vida terrenal, los ángeles se convirtieron, así, en seres mortales. Esta última idea ha sido rescatada y explotada por Hollywood en algunas de sus obras cinematográficas, entre las que destaca la cinta “City of Angels”, conocida en México como “Un ángel enamorado”. 46

<strong>La</strong> antigüedad <strong><strong>de</strong>l</strong> futuro… / A. H. Toledo<br />

herejía el uso <strong>de</strong> los cientos <strong>de</strong> nombres dados a los ángeles<br />

caídos en varias obras religiosas. De hecho, su contenido<br />

enfureció a tal grado a los Padres que uno <strong>de</strong> ellos, Filastrio,<br />

con<strong>de</strong>nó al Libro <strong>de</strong> Enoc como una obra hereje. En a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante, el<br />

Libro <strong>de</strong> Enoc no sería copiado más por los escribas cristianos, y<br />

las copias que aun quedaban en bibliotecas, templos y<br />

monasterios fueron perdidas o <strong>de</strong>struidas, negándole al mundo el<br />

acceso al contenido <strong>de</strong> la obra por mil años.<br />

Y en la cima <strong>de</strong> todo esto, la política <strong>de</strong> la Iglesia<br />

Católica se orientó firmemente a erradicar <strong>de</strong> la doctrina básica<br />

cualquier noción <strong>de</strong> que los ángeles caídos hubieran alguna vez<br />

sido vistos como seres materiales <strong>de</strong> carne y hueso caminando<br />

sobre la Tierra. Lo anterior actualmente parece estar bien<br />

establecido. <strong>La</strong> Nueva Enciclopedia Católica (1967) afirma al<br />

respecto que “con el paso <strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo, la teología ha purificado la<br />

oscuridad y el error contenidos en enfoques tradicionales acerca<br />

<strong>de</strong> los ángeles. De esa manera, la teología [actualmente]<br />

especifica que la naturaleza <strong>de</strong> los ángeles es completamente<br />

espiritual y ya no mera materia fina, vaporosa y parecida al<br />

fuego.”<br />

Los ángeles, el sexo y el matrimonio<br />

A fines <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XIX, el escriturario Delitzsch (1888) mostró<br />

que la elección <strong>de</strong> esposa <strong>de</strong> los ángeles caídos constituía un<br />

verda<strong>de</strong>ro contrato matrimonial, según lo indica la frase verbal<br />

hebrea (lakach ishsha) utilizada para <strong>de</strong>scribirlo. Dice Delitzsch<br />

que para po<strong>de</strong>r concebir tal fenómeno, <strong>de</strong>be admitirse “que los<br />

ángeles asumieron cuerpo humano, y, por tanto, no mera<br />

apariencia transitoria <strong>de</strong> ángeles bajo forma humana sino real<br />

encarnación angélica” (1:225). Kurtz (1859) estuvo <strong>de</strong> acuerdo<br />

con Delitzsch en que los ángeles <strong>de</strong> Génesis 6 no eran meros<br />

espíritus incorpóreos sino que poseían cuerpos, cuando dijo que<br />

“los ángeles <strong>de</strong>bieron no solo <strong>de</strong>sear asomarse al misterio <strong>de</strong> la<br />

naturaleza humana sino también compartirlo.” Aña<strong>de</strong> que “solo<br />

po<strong>de</strong>mos concebir un vínculo sexual entre ángeles e hijas <strong>de</strong> los<br />

hombres si la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> corporeidad está supuesta en los primeros”<br />

(p. 100-101).<br />

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