La-antiguedad-del-Futuro_pdf - Espacio de Arpon Files
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‘Rocas <strong>de</strong> fuego’<br />
<strong>La</strong> antigüedad <strong><strong>de</strong>l</strong> futuro… / A. H. Toledo<br />
A la luz <strong>de</strong> nuestros conocimientos actuales acerca <strong><strong>de</strong>l</strong> agua que<br />
ha sido hallada en los polos lunares y la confirmación <strong>de</strong> la<br />
presencia <strong>de</strong> agua en Europa (satélite marciano), ¿<strong>de</strong>biera<br />
sonarnos <strong>de</strong>scabellada la teoría <strong>de</strong> que Marte alguna vez fuera<br />
habitable gracias a su atmósfera y océanos? ¿No es verdad que<br />
el reciente anuncio <strong>de</strong> microorganismos hallados en rocas<br />
marcianas al menos sugiere la posibilidad <strong>de</strong> que algún tipo <strong>de</strong><br />
vida se halla <strong>de</strong>sarrollado abundantemente hace mucho tiempo,<br />
antes <strong>de</strong> que algún cataclismo lo hubiera <strong>de</strong>struido?<br />
Por sorpren<strong>de</strong>nte que parezca, existen numerosos<br />
pasajes bíblicos que hacen referencia a planetas habitables, en<br />
particular al planeta que los astrónomos llaman Astera, es <strong>de</strong>cir<br />
el que <strong>de</strong>bió haber ocupado el verda<strong>de</strong>ro quinto lugar <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
Sistema Solar empezando a contar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Mercurio. Estos<br />
planetas cercanos a la Tierra, que las Escrituras llaman “piedras<br />
<strong>de</strong> fuego”, alguna vez no solo fueron capaces <strong>de</strong> sostener<br />
formas <strong>de</strong> vida sino que en efecto fueron el asiento <strong>de</strong><br />
civilizaciones más gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> lo que podamos imaginar. 56<br />
56<br />
En el Museo Estatal <strong>de</strong> Berlín se conserva una llamativa tablilla sumeria <strong>de</strong> unos<br />
5,000 años <strong>de</strong> antigüedad que, curiosamente, parece representar un sistema solar. En la<br />
pieza aparecen tallados once satelitales situados en torno a un círculo central más<br />
gran<strong>de</strong>, que, a juzgar por los ‘rayos’ que <strong>de</strong> él emanan, parece representar al Sol. Si<br />
suponemos que los cuerpos que ro<strong>de</strong>an a este ‘Sol’ tienen el fin <strong>de</strong> representar a los<br />
planetas <strong>de</strong> nuestro Sistema Solar, la presencia en la tablilla <strong>de</strong> los planetas no visibles a<br />
simple vista ya supondría un misterioso problema muy difícil <strong>de</strong> <strong>de</strong>scifrar por los<br />
medios corrientes, pues se <strong>de</strong>be recordar que, oficialmente, los sumerios <strong>de</strong>sconocían la<br />
existencia <strong>de</strong> Neptuno, Urano y Plutón, <strong>de</strong>scubiertos en los pasados siglos XIX y XX.<br />
El enigma no termina ahí, pues junto al ‘Sol’, la Luna y los nueve planetas que<br />
conocemos, la tablilla muestra un cuerpo extra: lo que parece ser un décimo planeta.<br />
¿Se trata <strong><strong>de</strong>l</strong> perdido planeta ‘X’ que algunos astrónomos mo<strong>de</strong>rnos han incluido en sus<br />
sistemas <strong>de</strong> hipótesis <strong>de</strong> trabajo acerca <strong><strong>de</strong>l</strong> Sistema Solar? Al menos el escritor Zecharia<br />
Sitchin así lo cree. En su obra, Sitchin (2002) incluso le da nombre al astro: Nibiru, el<br />
mismo nombre que le otorga la mitología sumeria. Según este sabio, la tablilla en<br />
cuestión se encontraría representando la estructura <strong>de</strong> nuestro sistema planetario poco<br />
tiempo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su creación, y explicaría un evento cósmico <strong>de</strong> carácter catastrófico.<br />
Nibiru, un planeta con una órbita excéntrica que tardaría 3600 años en completar una<br />
vuelta alre<strong>de</strong>dor <strong><strong>de</strong>l</strong> Sol, habría cruzado el Sistema Solar colapsándose contra y<br />
causando la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> un planeta antiguamente ubicado entre Marte y Júpiter,<br />
Tiamat, que no aparece representado. Los restos más gran<strong>de</strong>s <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>spedazado Tiamat<br />
habrían dado lugar a nuestro satélite, la Luna, mientras los pequeños formaron el actual<br />
cinturón <strong>de</strong> asteroi<strong>de</strong>s existente entre los mencionados planetas. Nibiru ―siempre<br />
según la interpretación <strong>de</strong> Sitchin― sería un planeta habitado por una civilización<br />
extraterrestre cuya raza, los Annunaki ―literalmente ‘los <strong>de</strong>scendidos <strong><strong>de</strong>l</strong> cielo a la<br />
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